Capítulo 33: El obsequio

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Había pasado horas y nadie podía separar a Madame Wen de donde estaba el cuerpo de su pequeño sol.

Wei Ying con manos temblorosas acariciaba la cabeza del hijo del sol, esperando que el habrá sus ojos y lo mire. Sin embargo, habían pasado mucho tiempo y eso no sucedía.

Los médicos en el lugar, se miraban entre sí, sabiendo que no podían hacer nada más por el segundo heredero. Reprendiéndose entre si sobre lo poco capaces que son.

Tampoco pudieron convencer a su Madame de ir a descansar. Ni siquiera pudieron pedirle a Wen Ruohan de aconsejar a su señora que descasara, ya que este ni siquiera se atrevía a separar a su esposa del cuerpo Wen Chao.

Los ancianos de secta habían llegado pocos minutos después que llegaron los lideres al lugar, y tampoco se atrevieron a interrumpir la escena frente a sus ojos. Nadie pudo decir nada excepto el anciano cuatro, Wen He... quien queria ver sangre correr

¿Quién rayos se había atrevido a hacerle daño al segundo joven maestro?
¿Quién era tan idiota para no apreciar su vida?

¿Cómo el segundo joven amo podría caer? ¡Algo tuvo que haber pasado!

Wen He quería encontrar esa persona y acabar con él.

Wen He tenía sujetada la empuñadura de su hermosa espada, lista para sacarla de su funda

Se calmaba solo por el hecho que la única persona que estuvo en el accidente fue Wen Zhuliu. No podía ir a intimidar a Wen Zhuliu, ya que este era el protegido del Líder, aunque quisiera no podía hacerlo. Se consolaba a si mismo pensando que el Líder luego le pediría una clara y consistente explicación de lo sucedido. Los demás ancianos solo mostraban una expresión melancólica, entristecidos por ver como el joven lleno de vida había acabado así, y segundo por ver a Wei Ying al estar tan triste por su pequeño.

El clima había empeorado, la lluvia había caído fuertemente en el lugar, y había continuado por horas.

Wen Ruohan había cubierto en cuerpo de su esposa con una gruesa manta para protegerles del frio, del cansancio de su cuerpo se había quedado dormido junto a Wen Chao.

Wen Ruohan estuvo despierto todo el tiempo

Los suspiros del Líder era lo único que se podía escuchar de su parte. Se encamino hacia la salida apreciando que todas las personas se habían retirado del lugar.
Necesitaba un tiempo en silencio y meditar mucho para no cometer alguna locura.

Cuando hecho un vistazo hacia afuera del pabellón médico, vio a un discípulo haciendo guardia a una distancia considerable. Con palabras secas y cortas el Líder le mando a traer a Wen Xu.

Ese día Wen Xu había salido a una cacería. Tras muchas quejas de parte de Wen Xu por tener tanta gente extraña ahí, Wen Ruohan le concedió un respiro, acepto en que podía irse a una cacería para despejarse un poco, si y solo sí regresaba a la secta intacto. Wen Ruohan a este punto no sabía cómo reaccionaria su hijo con tal noticia

Wen Ruohan vio al discípulo retirarse rápidamente por los pabellones. El sonido del viento y de la lluvia era lo único que percibían sus oídos, el olor a petricor le hacía caricias a su nariz y el viento hacia bailar su largo cabello y túnicas.

Sus ojos vagaron hasta un punto en específico. Al parecer ese guardia no era el único que se encontraba ahí.
Un discípulo estaba de rodillas a pocos metros.

Wen Ruohan dio la espalda ignorándolo completamente. En este momento el Líder no se sentía capaz de sostener alguna conversación.

Para todos fue esperado ver al primer heredero en un brote de histeria al saber lo de su hermano. Había tomado su espada y se encamino rápidamente a la secta dejando a todos los discípulos que se encontraban en medio de la cacería sorprendidos por tal rapidez y furiosa reacción.

El sol de QishanWen☀️Where stories live. Discover now