〘Capítulo 17〙

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Hades ya no me habla, y me lo dejó muy en claro al ignorarme en clase. No es que yo espere que me hable como lo hace normalmente, sino que él dejó de hacerlo, ni siquiera me tira del pelo como de costumbre.

Hoy es viernes y en la noche Nika pasa por Alex y por mí a la tienda, por lo que ella me está acompañando luego del instituto a la tienda para así estar juntas.

Le dijo a su padre que iba a salir conmigo y él lo aceptó, aún no lo conozco pero por lo que sé el comisario es un hombre simpático con sus hijos pero tosco con el resto. Y cuida mucho a Alex así que por ende me cae bien.

—¿Ya tienes la lista? —inquiero caminando por la acera, en el borde con Alex siguiéndome por la calle. Ella está emocionada por salir así que vamos a mi casa a buscar algo de ropa para salir y de ahí a la tienda.

—Yep, la tengo —sonríe—. Tengo el nombre de los chicos y las chicas, así que lo que resta es ver quién con quién.

Ya podemos descartar a Hades y a Nika de la lista, lo que nos deja dieciocho nombres disponibles.

Por momentos pienso que esto no me compete, pero no sé, quiero saber.

Lo sé, lo sé. La curiosidad mató al gato, pero... murió sabiendo y eso ya es un punto por delante.

Leia siguió siendo una... bruja conmigo. De hecho ayer me dejó muy en claro que no le caigo para nada bien cuando me vio pasando un trapo en el piso y volcó "accidentalmente" un jugo delante mio.

Con lo del bebé, no sé mucho, solo que Aaron no le habla en lo absoluto y que ella no le dijo de quién es.

Aaron, bueno, él es igual de capullo que siempre. Y le divierte molestarme, como cuando me dejó encerrada en la habitación dónde guardamos los productos de limpieza, aunque pude salir haciendo uso de la tan amada llave maestra de Hades.

Al final nunca me la pidió y yo tampoco se la devolví, sino que me la quedé y descubrí que abre cualquier puerta. Me siento una espía con ella y quisiera saber de dónde la consiguió. De hecho es un artefacto un poco peligroso en manos de cualquiera y me asusta el pensar en las cosas para las que la utilizó, aunque pensándolo bien, lo que parece primero en la lista es molestar a Larry.

—¿Estás emocionada? —le pregunto a Alex aunque se que lo está. Desde que le dije que Nika nos invitó a un bar ella está feliz, y más aún cuando Nika me dio dos pulseras.

Ella me pidió consejos sobre como acercarse a él, claro que yo empleé todo lo aprendido en libros porque mi experiencia acercándome al sexo opuesto es acotada. Solo puedo disque presumir de una experiencia en la materia la cual terminó de una forma un tanto... desastrosa para mí y para mi reputación.

Todavía odio a Fer por eso.

—¡Si! ¿Tú no? Ya vi muchas novelas para saber cómo actuar —asiente con la cabeza—. Primero finjo que bebo mucho alcohol para agarrar calorcito y luego finjo que me desmayo en sus brazos.

—Wow —frunzo el ceño.

—Lo sé, pero falta la mejor parte, porque luego él me va a llevar a una mansión en la que me va a sumergir en su mundo de fetiches y oscuridad.

Levanto las cejas y rio.

—Recuérdame no volver a prestarte ese libro. Además, Nika no tiene esa pinta.

—Tener un cuarto rojo del placer no es algo que se vaya comentando con naturaleza —menciona ella y yo me río.

—Tienes un punto.

—Y esperanzas —murmura y la verdad es que conocer a esta Alex tan soñadora creo que es culpa mía y los libros que le presté. Debería haber empezado de a poco, pero yo la bombardeé con la artillería pesada y ahora siento que creé un pequeño monstruo.

El Juego de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora