〘Capítulo 47〙

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—¿Qué haces aquí? —pregunto al cabo de dos segundos después de verlo parado frente a la escalera para subir al piso de arriba. Él tiene los brazos cruzados y me mira con seriedad.

Garu camina hasta él olvidando su comida por un segundo y Aaron observa al animal por un segundo, para luego alejarlo con su pie. Garu maúlla y se va a seguir comiendo. Mientras tanto él se mantiene en silencio.

De pronto el ambiente se siente cargado, pesado. Su vibra oscura es extraña, me hace sentir incómoda. De pronto siento que algo malo pasa y por eso él está aquí. Pero por otro lado barajo la idea de que él solo está aquí porque simplemente algo está pasando y él está siendo mi tonta niñera. No necesito una niñera.

Menos a él.

No dice nada, así que insisto. Y luego pienso que si logro sacarle información sabré si Hades está bien.

—¿Qué ocurrió en la tienda? —insisto y él sigue observándome. Yo me quedo mirando la oscuridad y enciendo la luz para verlo bien. Cuando lo hago me horrorizo al notar que tiene sangre en la comisura de su labio, y sus nudillos tienen sangre también.

Parece que acabó de darle una golpiza a alguien. Y la sangre se me hiela. Algo malo pasó. Estoy segura de que algo malo pasó.

—¿Qué demonios te ocurrió Aaron? —camino hacia él, quien se mantiene serio pero cansado. Sus ojos tienen ojeras, y su labio tiene sangre que aún está fresca.

—Nada, sube a tu habitación —ordena soez y yo levanto las cejas.

—Tú no me ordenas en absoluto Aaron, ahora dime, ¿Qué demonios haces aquí? ¿Dónde están mis abuelos? —insisto perdiendo la paciencia.

Ni siquiera quiero pensar en de quién es esa sangre, no hay razón para estar calma bajo las circunstancias en las que mis abuelos se fueron de repente. De pronto siento tanto miedo que me es difícil respirar.

Finjo lo mejor que puedo.

Finjo calma lo mejor que puedo.

—No sé —me observa con aburrimiento y yo quiero golpearlo.

No sé qué tan bueno será pelear con él en este momento, pero necesito saber que Hades está bien. No quiero correr y llamarlo por teléfono, no quiero arriesgarlo. Pero quiero salir corriendo buscarlo y asegurarme de que está bien. Ya son muchos dias sin saber de él, la embarcación es en cuatro días y necesito saber que está bien.

—Responde de una maldita vez —siseo perdiendo el temple.

—¿Me estás amenazando princesita? —sonríe con burla como si no supiera que tengo ganas de darle un sartenazo.

—Aaron, yo no te caigo bien por toda esta tonta historia de tu hermana por la que yo no tengo nada que ver y tú no me caes bien porque eres un idiota, pero teniendo en cuenta que yo pronto seré tu jefa te conviene decirme lo que está pasando —levanto el mentón y él se mantiene en silencio.

Luego ladea la cabeza y me mira con curiosidad, como intentando descifrar algo en mí.

—Me sorprendes, princesita, tienes agallas —pone los ojos en blanco.

—Aaron, te doy un minuto para irte o para decirme qué pasa, si no haces ninguna de las dos haré que te maten, ¿Oíste? —me acerco a él y lo observo desafiante.

Aaron descruza sus brazos y camina un paso hacia mí. No tolero a este chico, no me importa toda la mierda que dijo de que "estoy enamorado de tí". Pues que bien, que esté enamorado de quien quiera, es un capullo.

Como trató a Andy lo demuestra.

—¿Por qué no lo haces tú? —levanta el mentón.

—No me provoques Draven, no me tiembla el pulso como a tí —cito las palabras de mi abuela. Aaron me observa posando sus ojos marrones en mí y luego suspira.

El Juego de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora