〘Capítulo 48〙

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Hades se pone su propio casco y yo me sujeto de su torso cuando la motocicleta avanza.

Lo mio son pequeños lapsos de osadía momentánea porque ahora mismo medito si esta es la mejor idea teniendo en cuenta lo que está ocurriendo, pero sentía esa necesidad de estar con él. Sigue con la ropa del instituto lo cual hace parecer que es un alumno más.

Mi abuelo no espera que él esté en un lugar tan público, eso espero. Me doy cuenta de que la motocicleta no es la misma, él tenía una parecida a la Harley Davison, y esta es más deportiva.

Le preguntaría de dónde la sacó pero posiblemente la respuesta es que la pidió prestada sin la parte de pedir prestada.

Se abre paso en la ciudad pero luego toma una ruta más despejada que me hace acordar al camino por el que fui a la fiesta en la playa con Nika, Bruno, Aira y Alex. Avanza rápido y yo solo rodeo su cintura con fuerza y siento el viento junto con el sol de la tarde en mi piel.

Lo oigo reir cuando yo me aferro con fuerza al verlo esquivar un auto.

—¡Hades! —grito sabiendo que él no me oye por el casco y el viento. Su pecho vibra dándome a entender que esto le causa cierta gracia aunque yo lo golpearía sin problemas.

Él avanza y yo veo el lugar, notando que estamos por subir a una colina por la que se desvía el camino. Mi corazón late fuerte al ver que nos estamos alejando bastante del pueblo, pero mucho no me importa. Mi falda del instituto ondea con el viento.

Tengo short debajo de esta sino posiblemente estaría mostrando las bragas. No conozco el camino, pero cuando veo que hay tulipanes abro los ojos. Sabía que había campos de tulipanes en el norte, no aquí.

Hay un pequeño campo que pasamos de largo y si miro hacia atrás veo que seguimos subiendo la colina poco empinada. Hay árboles a los costados del camino y veo que es poco transitado. Hades sigue por el camino cuando noto que el camino tiene un vacío al lado de la ruta. Veo la caída hacerse más profunda, y los árboles alrededor del camino.

Veo un lago a lo lejos y me doy cuenta de que puedo ver una cabaña. Es donde me llevó al campamento. ¿Está llevándome a la cabaña? Este no es el mismo camino por el que fui al campamento hace unos meses.

No pasan autos por aquí, no nos cruzamos con nadie mientras avanzamos unos diez minutos más, hasta que noto que empezamos a detenernos. Hades toma un camino de tierra y se abre paso entre los árboles. Esto parece campo pero hay algún que otro árbol. Él se mete entre un bosque pequeño y cuando se detiene miro con curiosidad una pequeña cabaña en medio del claro.

Me recuerda a la casa de Hope de Stranger Things. Hades detiene la motocicleta al lado de la pequeña cabaña y yo desciendo con cuidado de la moto observando todo a mi alrededor. No parece haber nadie aquí más que nosotros dos.

Pienso que quien vivió en algún momento en esa cabaña era un ermitaño o algo así, porque está muy alejado del pueblo y se nota que no hay vecinos cerca. Lo único que se escucha es el sutil sonido del viento en las hojas y algún que otro pájaro cantando.

Se siente ese aroma a naturaleza que no tiene el pueblo, y la humedad es propia del lugar.

—¿Dónde es este lugar? —pregunto al chico de ojos grises cuando él también se quita el casco. Le tiendo el mío y él lo deja en el suelo al lado del vehículo. Mira la casa y luego a mí.

—La encontré ayer cuando tuve que cambiar de lugar —se detiene un segundo a arremangar su camisa blanca y observa la casa.

Me siento nerviosa al tenerlo cerca, y él lo nota. Ladea la cabeza y me observa con diversión.

El Juego de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora