〘Capítulo 45〙

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Estoy parada en medio de donde sea que estamos mientras Hades se aleja de mí. Él mira su grabadora vieja cambiar la canción de fondo y reproducir una nueva. Está de espaldas a mí y su ropa oscura acompaña su aura cansada y tormentosa. Si pudiera decir que estoy feliz de verlo aquí no mentiría, porque extrañamente todo dentro de mí es un mar de emociones.

Hades Fenrir es todo lo que está mal. Y por alguna razón, eso está bien para mí.

Lleva unos segundos en silencio, meditando lo que va a decirme. Ahora mismo mi mirada lo sigue deambular mientras mis manos apenas rozan la tela de mi ropa, inertes a mis lados. No emito sonido alguno, y parezco tranquila, pero no lo estoy.

Mi corazón late con fuerza pero de forma pesada, golpeando con parsimonia mi pecho y acabando con el último rastro de calma en mi cuerpo. Pero me mantengo serena, esperando luego de haberle dicho que no voy a huir, que no pensaré que él es un monstruo pese lo que pese o lo que sea que haya hecho.

Cuando conocí a Hades Fenrir apenas había salido de mi instituto de monjas. Ahora soy muy distinta a esa niña ingenua y manipulable que creía que tener un amor de cuentos era lo mejor que podía pasar en la vida. Porque sí, la vida no es como lo pintan.

No sé por qué, pero Hades ni siquiera me interesó la primera vez que lo ví, pero ahora siento que mi corazón late desbocado al verlo, que las mariposas en mi estómago son poco en comparación a lo que me hace sentir sin siquiera tocarme.

Me asusta sentir lo que siento, pero cada centímetro de mi cuerpo anhela sentir. Quiero sentir, deseo sentir. Eso es culpa completamente suya. Con sus chistes malos, sus bromas pesadas, esa actitud burlesca cargada de picardía. Esa forma en la que camina, el color de sus ojos, la suavidad de su piel. El aroma de su perfume, sus manos, sus labios. Él.

Completamente él.

Siempre ha sido él.

El mismísimo rey del inframundo logró robarse mi corazón.

Hades se detiene un momento y luego de unos segundos que parecen instantes me observa.

—¿Qué estás escuchando? —pregunto para romper la tensión, sintiendo mis pies moverse lentamente hacia él. Hades mira la grabadora vieja y luego a mí. Una sonrisa de costado, muy sutil se posa en sus labios al verme.

—¿No conoces la canción? —cuestiona levantando ligeramente las cejas. Niego con la cabeza y él frunce el ceño.

—No tienes cultura, promiscua —me sonríe y luego susurra una parte de la letra mientras observa al suelo y luego clava sus ojos grises en mí—, If you need help, if you need help I'll shut down the city lights I'll lie, cheat, I'll beg and bribe To make you well, to make you well

Lo observo con curiosidad y él niega con la cabeza. Si, parece que empezó a nevar en el desierto y en Alaska ahora hay playas. Porque los cosmos se alinearon y Hades Fenrir me está cantando. Son apenas susurros, pero lo hace mientras me mira con algo así como una sonrisa.

Dentro de mi una sonrisa se empieza a formar, y no me doy cuenta hasta que exhalo sin poder contener la sonrisa. Es curioso la forma en la que me mira y más aún en la que yo lo miro a él.

When enemies are at your door, I'll carry you way from war, If you need help, if you need help. Your hope dangling by a stringI'll share in your suffering.To make you well, to make you well...

Hades deja de cantar y se acerca a mi lentamente. Yo lo observo en silencio, mordiendo el interior de mi mejilla. No tarda mucho en acortar la distancia y posar sus manos en mis caderas. Él se pone detrás de mí y presiona mi cuerpo con el suyo. Siento su pecho en mi espalda y su rostro se presiona sutilmente contra mi cabeza.

El Juego de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora