Otra oportunidad (Countryhumans • Francia • UK)

16. Amour

Narra Francia.

Estaba recostada en mi cama con los ánimos hasta -1.

Quizá era un poco inmaduro de mi parte actuar así ante la propuesta de divorcio, pero la realidad era que yo había vivido siempre con aquel hombre.

UK ha sido el único que ha estado a mi lado toda mi vida…
Aunque haya sido forzado, me niego a pensar en tener una vida sin él.

Me levanté de la cama al rededor de las 9:30 a.m. tenía una salida pendiente con Dim, me dijo que me llevaría a conocer su casa.

Al cabo de una media hora ya estaba vestida.
Una falda corta con medias, botines y un abrigo gris sobre una camiseta blanca fue lo que decidí ponerme. No me maquillé, aveces me da un poco de pereza hacerlo.

Al poco rato recibí una llamada de Dimitri, al parecer ya estaba afuera de mi casa.
Jalé mi bolso junto con mi cartera y celular para luego bajar las escaleras de la casa.

Tomé las llaves y salí, lo primero que ví fue el auto de mi amigo estacionado en la calle y a Dim saludando desde dentro.

Caminé hasta el carro y subí confiada. Después de ello, comenzamos el viaje.
Hicimos charla la mayor parte del viaje y traté de poner atención en el camino. Extrañamente nos dirigimos al centro de la ciudad, me sorprendió un poco porque vivir en el centro es bastante caro.

—No sabía que vivías en el centro de la ciudad —cambié de tema estando frente al semáforo rojo.

—Es que no vivo en el centro —sonrió nervioso. Ahí me di cuenta de que no íbamos a su casa.

—¿A dónde me llevas secuestrador? —pregunté risueña.

Logré sacarle una carcajada y luego una risita tierna.
—¿Recuerdas lo que te dije ayer? —dijo avanzando por la calle.

—¿Qué cosa? —cuestioné algo aturdida.

Se quedó callado un par de segundos pero mantenía una bonita sonrisa en sus labios, eso le quitaba estrés al momento.

El tráfico tenía atascados a cientos de autos así que no tardamos en volver a detenernos.
—Sobre… —soltó en voz baja— sobre, que creo que serías una modelo hermosa… —terminó de decir sonrojandose levemente.

Yo también lo hice, no pude evitar que mis mejillas se ruborizaran un poco.
—¿Y qué quiere decir eso? —aparté la mirada, me ponía más nerviosa si lo miraba a la cara.

—Toma —me dijo.
Volteé la mirada y me estaba entregando un pequeño folleto, lo agarré y comencé a leerlo, se trataba de publicidad de una sesión fotográfica de uno de los mejores fotógrafos de la ciudad.

Me sorprendí demasiado.
Conseguir una cita en aquel lugar era prácticamente imposible además de caro. Era demasiado, un bonito detalle pero muy costoso, tan costoso que me negué a aceptarlo.
—No debiste molestarte Dim —dije con el corazón un poco acelerado—. Es demasiado para–

—Shhh —me interrumpió—. No me digas que no lo vas a aceptar… —agachó la mirada fingiendo tristeza, se veía muy tierno.

Suspiré, definitivamente la expresión en su cara me hizo sonreír y por otra parte pensé en que los gastos ya estaban hechos, quizá me vería mal si no accedía.
—De acuerdo —sonreí y él levantó la mirada—, aunque no soy del todo fotogénica.

—No te preocupes por eso —se apresuró a contestar—, te aseguro que te verás hermosa en las fotos.

Me sonrojé una vez más y continuamos con el camino.
El tráfico nos tuvo atorados en la misma calle durante unos veinte minutos tal vez, pero luego de ello todos los autos comenzaron a fluir más rápido.