26. Disculpas

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Narra Francia.

Eran las diez de la noche.
Seguía en mi oficina ocupándome de papeleo, aquello se debía entregar al día siguiente por lo que me quedaba poco tiempo y el estrés se estaba adueñando de mí.

Había comprado un café para mantenerme alerta pero parecía no funcionar. No había dormido bien durante la semana, como Dim aún no había encontrado la manera de ocuparse de sus dos empleos yo tenía que encargarme del otro mientras tanto.

Él estuvo muy ocupado durante la semana, todo el tiempo se la ha pasado buscando un buen horario para poder ocuparse de ambas cosas, pero al parecer su jefe no quiere cambiarle su horario. No quiere renunciar a la psicología por lo que las cosas se están poniendo difíciles.

Lejos de molestarme o exigirle, he estado haciendo lo posible por apoyarlo; si él quiere seguir trabajando en el hospital, daré lo mejor de mi para que no tenga tantas presiones.

Pero aquello tiene su precio, estuve trabajando hasta media noche durante toda la semana para intentar cubrir sus debes y así no se estrese tanto, aunque ahora era yo la que se estresaba.

Comenzaba a quedarme dormida sobre el escritorio, intentaba mantenerme despierta pero era una de esas veces en las que tú cuerpo no hace caso y tus párpados dejan de obedecer.

De no ser por un par de golpecitos en la puerta, habría quedado profundamente dormida.
—Adelante —dije como reflejo y me enderecé.

—¿Aún sigues aquí? —era Reino Unido.

—Sí —respondí—, hay un poco de papeleo que entregar mañana.

Abrí mis ojos con un poco más de energía y pude notar que traía algo consigo.

—Te traje esto —me dijo.
Se trataba de un ramo de tulipanes rojos, un pay de limón y un café con leche.
—Sé que te gusta el pay de limón, al igual que el café con leche —continuó—, también sé que te gustan los tulipanes… y que el color rojo es tu favorito.

Quizá demostré un poco de debilidad, pero no pude contener mi sonrojo, realmente adoro los detalles, incluso eso me hizo desaparecer el estrés.

—Sí… —no sabía que decir, hace tiempo pensé en actuar con indiferencia al estar con UK y no iba a retractar mis palabras—, gracias, lo necesitaba; deja todo en el escritorio.

Mantuve seriedad en mis palabras, aunque tuviera un sonrojo, no iba a demostrar tanta amabilidad.

Él, por su parte, hizo lo que le pedí; dejó todo en el escritorio, todo amontonado en una esquina ya que estaba repleto de papeles en los que estaba trabajando.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó.

—No —dije de inmediato—, ya puedes retirarte, hasta luego.

Esta vez no me hizo caso, jaló una silla y se sentó frente al escritorio también; tomó una pluma de la pequeña lapicera de madera, un papel y lo empezó a rellenar.

—Déjalo —le pedí—, yo puedo encargarme.

—No —respondió—, quiero ayudarte, esto es demasiado para ti, toma un descanso si quieres.

Honestamente, no dudé mucho para tomarle la palabra.
Me levanté de la silla y me dirigí al sillón de la oficina para sentarme y tomar el pay para comerlo.

—Francia —el inglés volvió a tomar la palabra—, necesito disculparme, por lo de en la mañana, de verdad, perdóname.

Agaché la mirada, sabía a qué se refería.
—No te preocupes —le di un bocado al pay—, realmente no tienes por qué disculparte.

—Claro que tengo que disculparme —continuó—, sé que tratas de que la relación entre nosotros no sea incómoda, yo también lo hago; pero al parecer Argentina se siente amenazado contigo aquí.

—¿Estás diciendo que me valla? —cuestioné.

—No, para nada —dijo de inmediato—, me gustaría pedirte que lo ignores, realmente actúa con inmadurez.

—Tranquilo —bostecé—, de cualquier modo ya pasó, olvidemos eso.

—Deberías dormir un poco —sonrió—, yo puedo encargarme del resto, puedes ir a casa si quieres.

—No, no —negué inmediatamente—, este es mi trabajo, deberías irte tú, no tienes nada que ver con esto.
Me levanté del sillón y me acerqué para tomar el café y darle un buen trago.
—Esto me mantendrá despierta.

Por su parte, rió un poco y volteó a mirarme.
—Descansa —me dijo y me tomó suavemente de los brazos para llevarme hasta el sillón—. Duerme un poco, te lo mereces.

Lo miré con un poco de confusión, aunque el sueño realmente me estaba matando, no quería dejarle mi trabajo.

—No digas nada —continuó y se quitó su saco—, puedes dormir un par de horas mientras yo termino con esto.
Y me tapó con el saco.

Literalmente no dije nada más, simplemente me acomodé en el pequeño sillón y me dejé llevar por el sueño.

Para cuando él me despertó, aún estaba aturdida por dormir.
—Francia —susurró—, ya terminé, puedo llevarte a casa si quieres.

Me enderecé, estaba recostada en mala postura por lo que me dolió un poco la espalda, aunque no me quejé.
—¿Qué hora es? —pregunté.

—La una de la mañana, ya todo está terminado, no te preocupes.

Miré hacia el escritorio, era verdad, todo ya estaba acomodado como debía ser y no parecía faltar nada más.

—Ven —me tomó de la mano—, toma los tulipanes y deja que te lleve a casa.

Correspondí a su agarre y me levanté del sillón aún con sueño, agarré el ramo y salí junto con él del edificio.

—Toma —le dije—, gracias por tu saco.

—Tranquila —sonrió—, afuera hace frío, llévatelo.

Le tomé la palabra, yo tenía puesto un vestido de manga corta, así que tener su saco era una salvación para mí.

Subimos a su auto y le entregué su saco, tenía muchas ganas de dormir pero no quise hacerlo en su coche y menos llendo camino a casa.

Finalmente llegamos y me bajé de su coche.
—Hasta mañana —le dije—, gracias —traté de ser cortante, no sé porque pero no puedo tratarlo de la misma manera que antes, ni quiero.

—Hasta luego, solo una cosa más —estuve a punto de irme, pero me detuve—. Si me permites, me gustaría tomar un poco de vino tinto contigo mañana por la noche, hay un par de cosas de las que quiero hablarte.

—No sé —respondí sin pensar—, creo que estaré ocupada.

Se quedó callado, creo que no esperaba mi respuesta.
—De acuerdo, me avisas más tarde si es que estás disponible.

—Claro, nos vemos —cerré la puerta del auto, di media vuelta y caminé a la casa.

Ese día actuó realmente extraño.

Otra oportunidad (Countryhumans • Francia • UK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora