25. Francesa

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Narra Argentina.

Apenas había pasado una noche desde que UK y yo discutimos, no pedí disculpas, no tenía porqué hacerlo si realmente el que estaba ocultando cosas era él.

No le hablé durante toda la mañana, él tampoco trató de hacer conversación.
Fui al trabajo en transporte público, no pensaba compartir auto con ese imbécil.

Decidí llegar temprano a las oficinas, quería ir directamente al grano, si UK no iba a decirme quién es esa vieja, entonces lo descubriría por mis propios medios, preguntándole a su secretaria.

En cuanto llegué al último piso del edificio, me dirigí al escritorio de la secretaria de UK.

—Discúlpeme señorita —traté de ser cortés, si me veía irritado se podría preocupar y contarle a su jefe, mi pareja — ¿Me podría decir quién es la nueva modelo? —fui directo—, todos hablan de ella y yo ni siquiera he tenido el gusto de saber su nombre.

—Por supuesto —sonrió—, su nombre artístico es Fran, su oficina queda en el piso 18 hasta el fondo del pasillo izquierdo.

—Gracias —respondí, la mujer me fue más útil de lo que creí—, pero me interesa saber  su nombre real.

—Francia, su nombre es Francia —sentí un vacío en el estómago cuando lo pronunció.

—Muchas gracias —mantuve la calma, con que esa era la razón por la que el imbécil de Reino Unido no quería que supiera de ella.

Inmediatamente sonó el ascensor detenerse y abrir la puerta, parece que el rey de Roma acababa de llegar, fue oportuno ya que tenía que hablar con él.

—Buenos días —dijo UK al pasar.

—Buenos —respondí—, señor, necesito hablar con usted.

Me miró de reojo, sabía que yo estaba molesto y que no iba a hablarle de cosas bonitas dentro de su oficina.

—Adelante —abrió la puerta—, sea bienvenido a mi humilde zona de trabajo.

«Estúpido», pensé, siempre odié que se expresará con esa clase de palabras, lo estaba haciendo para molestarme.

No dije nada y simplemente entré a la oficina, luego de que la puerta fuera cerrada, tomé asiento y me crucé de brazos.

Por su parte, el mayor solo suspiró y se sentó frente a su escritorio.
—¿Qué quieres? —preguntó.

—Respuestas —le dije—, la verdad.

—La tendrás —respondió—, en cuanto tengas la suficiente madurez para confrontarla. Solo esperemos que sigas con vida para ese entonces.

—Jaja… —fingí reírme—, que chiste tan gracioso, casi tan estúpido como tú.

Nadie daba la iniciativa, por lo que la tomé yo.
—Hablo en serio Reino Unido —me levanté de la mesa y coloqué mis manos sobre su escritorio—, ¿Porqué carajos te ves con tu exesposa?

Hubo un corto momento de silencio, la expresión en su rostro no cambió en lo absoluto, supongo que ya esperaba que lo supiera.

—Es por trabajo —finalmente dijo algo.

—Si, pues haz que la despidan o que renuncie —exigí, tenía que darme mi lugar.

—No funciona así —suspiró—. No te pongas celoso por algo como esto, me acabo de divorciar de ella, no creo que alguno de los piense en regresar.

—No me interesa que clase de relación exista entre ustedes —continué indiferente—, no quiero verte con ella.

De la nada, la puerta se abrió.
—Oh, discúlpenme, no quería interrumpir —la voz de una mujer sonó a mis espaldas.

Otra oportunidad (Countryhumans • Francia • UK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora