22. Presentación 1/2

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Narra UK.

—De acuerdo, nos vemos en quince minutos —le dije para luego colgar.

Eran alrededor de las ocho de la noche, estaba vestido de traje pues aquel día tenía una reunión los mis superiores, los dueños de la compañía y los accionistas más importantes de la misma.

La reunión se iba a tratar de algo simple, más bien era una cena que se había organizado para presentar a la nueva imagen de la compañía, Francia.

Yo, al ser el presidente de la compañía, sería el encargado de presentar a la modelo, así que estaba preparado para pasar una noche incómoda junto a mi exesposa.

Ni siquiera le había contado a Argentina respecto a ella, él no estaba enterado de que tendría que trabajar a su lado, no había encontrado la manera de decírselo. Conociéndolo, estaría muy enfadado.

Pero no tenía tiempo para pensar en él, se me estaba haciendo tarde y apenas había llamado a "Fran" para confirmar la hora y lugar para vernos.
Quizá por fin tendría la oportunidad de conocer a su representante.

Llegué al parque y me detuve cerca de la acera, a los pocos minutos ella subió al auto tomando el asiento del copiloto.

—Buenas noches —saludó y se puso el cinturón.

Tenía un vestido negro corto junto con unas medias y un abrigo delgado color gris, se veía bien con su maquillaje, el color rojo de su labial hacia resaltar sus ojos verdes.

—¿Qué esperas? —cuestionó de la nada y me miró a los ojos—, deja de juzgarme con la mirada y vayamos de una vez a la fiesta con los accionistas y dueños de la compañía.

—Lo siento —me disculpé, acepto que quizá fui descortés—, te ves bien con ese vestido.
Encendí el auto.

—Gracias —respondió.

Nos esperaba casi una hora de camino, por lo que decidí emprender el viaje a una velocidad constante, además de hacer un poco de conversación.
—¿Qué hay de tu mánager? —pregunté—, no he tenido el gusto de conocerlo.

—Él es un hombre ocupado —tardó en responder—, es psicólogo así que le cuesta un poco tratar con ambos empleos.

—¿Psicólogo eh? ¿Cómo lo conociste? —traté de mantener la conversación.

—Es gracioso, ¿Sabes? —sonrió—, yo tomé un par de sesiones con él antes de nuestro divorcio y con el tiempo nos volvimos cercanos. Todo empezó de manera repentina y muchas cosas mejoraron después.

La miré de reojo, no sabía que ella había decidido tomar sesiones con un psicólogo; las cosas no estaban bien durante nuestro matrimonio, probablemente buscó refugio en la psicología…
El haberme dado cuenta de ello, me dejó pensativo, no sabía que mis acciones habían marcado de tal modo a Francia, no me detuve a pensarlo antes.

Volví la vista al frente y traté de mantener un estado neutro, hablar del pasado resultaba ser un poco incómodo para mí.
—Me alegra saber que todo mejoró —sonreí—, ¿Puedo preguntar de dónde salió la idea de modelar? Nunca me hablaste de eso y me parece un poco curioso —fui discreto.

—Él me lo propuso —respondió—, solía decir que tenía el físico para el trabajo, me elogiaba bastante y al final fue él quién me consiguió el empleo.

—Ya veo —hice una pausa, parece que el chico era más que alguien cercano para Francia.

—El día del divorcio —ella tomó la palabra—; el día del divorcio él me consiguió un abogado y se presentó conmigo, su nombre es Dimitri.

Quedé un poco estático con sus palabras, había respondido varias preguntas mías sin que se las hubiera dicho, algo conveniente para mí.
—Honestamente —sonreí—, no recuerdo cómo era el sujeto, aunque me alegra saber que haz encontrado alguien en quien confiar —dije sin tanta honestidad, algo en mí no me dejaba tranquilo y no sabía qué.

—Sí —asintió—, es un gran… amigo, sí —aquella parte la pronunció extraño—. Ese día —continuó— ese día, antes de firmar ¿Me ibas a abrazar?

Esta vez sí me quedé helado, recordé que incluso aquel sujeto, Dimitri, nos separó.
—Sí —respondí sin pensar.

—¿Por qué? —cuestionó de inmediato.

—Yo… —hice una pausa, me dejé llevar y ya no sabía que decir—, quería cerrar el ciclo, de algún modo… tú sabes, terminar sin rencores ni nada por el estilo.

Nos quedamos en silencio, creo que ambos nos dejamos llevar un poco y, con ello, convertimos un ambiente tenso.
Durante el resto del camino, nadie dijo una palabra más…

Al llegar a nuestro destino, bajamos del auto y yo le entregué las llaves al encargado del estacionamiento.

—No te apartes de mí —le dije a Francia—, se supone que seré yo quien te presente frente a los superiores, mantente cerca.

—De acuerdo —respondió y con su mano derecha se enganchó de mi brazo—, solo espero no hacer el ridículo —susurró entre pequeñas risillas.

—Tranquila —sonreí—, lo harás bien.
Y comencé a caminar con ella a mi lado, parecía que sí se podrían evitar rencores y me alegraba eso, poder coexistir con ella sin problemas. Aunque aveces fuera incómodo…

—Bienvenidos —nos dijo el pasante con una sonrisa claramente fingida—, adelante dama y caballero, tomen asiento en donde más les guste, el legitimo dueño de la compañía llegará dentro de una media hora, pónganse cómodos y disfruten de la comida que corre por su cuenta.

—Gracias —respondí un poco confundido y pasamos de largo—, parece un robot —susurré con una sonrisa.

Me sorprendió escuchar una carcajada por parte de la modelo, una que apenada intentó disimular.
—Justo eso pensé, habló en un tono muy extraño —me respondió, yo sólo reí a lo bajo.

Tomamos asiento y casi de inmediato llegó un camarero y nos dejó un platillo para cada uno en la mesa.
—¿Champaña, ron, vino, whisky?

—Un whisky para mí y un vino tinto para la señorita —le respondí y él rápidamente se marchó.

Puse la mirada en el plato y noté que nos habían servido algo extraño, parecía ser un pedazo de carne relleno con queso y remojado en una salsa extraña. No sé veía apetitoso pero tampoco malo.

—¿Qué es esto? —dijo mi acompañante con una leve risa.

—No tengo idea —respondí con una sonrisa—, pero no luce tan mal —y piqué la carne con el tenedor.

—Sus bebidas —interrumpió el mesero dejando dos copas en la mesa para luego servirlas hasta la mitad, una de whisky y otra de vino.

—Gracias —respondimos al unison.

Jalé mi copa y le di un buen trago, hacía tanto tiempo que no tomaba whisky, creo que ya me hacía falta.

Miré de reojo a la señorita frente a mí, ella también estaba tomando de la copa; y de la nada, eso me hizo recordar que yo ordené por ella, fui descortés y pedí vino tinto sin preguntarle.

—Disculpame Francia —dije de inmediato, no quería provocar ninguna clase de problemas entre nosotros.

—¿Qué cosa? —dijo extrañada.

—Ordené vino tinto para ti sin preguntarte —aclaré, sé que esa es su bebida alcohólica favorita pero no justifica el hecho de que no le pedí su opinión al respecto.

—Tranquilo —sonrió—, es mi favorito.

—Lo sé —susurré a lo bajo, aún conozco muchas cosas de ella.

Otra oportunidad (Countryhumans • Francia • UK)Where stories live. Discover now