noventa y dos

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—... ¡y entonces se produjo otro destello y volví a aterrizar en la cama! — Ron le dijo a Hermione y Faith durante el desayuno, la mañana de un viaje a Hogsmeade.

Ron les estaba contando a las dos lo que había sucedido esa mañana en la sala común de Gryffindor. Harry había probado un hechizo que hizo que Ron se colgara de los tobillos, despertando a todos los niños con los gritos de Ron, pero resultó ser bastante divertido. Bueno, no mucho para Hermione.

—¿No sería ese hechizo, por casualidad, otro de los de ese libro de pociones? — preguntó Hermione con severidad.

—Siempre piensas lo peor, ¿eh? —Harry frunció el ceño.

—¿Lo era?

—Bueno... Sí, lo era, ¿y qué?

Faith negó con la cabeza hacia él con una sonrisa. Definitivamente no era el más brillante leyendo a la gente. Para diversión de Faith y Ron, Harry había estado probando muchos hechizos del libro del Príncipe. Uno hizo crecer las uñas de los pies de una persona (lo probó en Crabbe), otro que había usado dos veces, bajo el aplauso de los estudiantes, hizo que la lengua de la víctima se pegara al paladar (Filch no estaba muy feliz), pero Muffliato resultó ser el más útil, ya que provocó que las personas cercanas tuvieran los oídos llenos de un zumbido para que el lanzador pudiera tener una conversación sin ser escuchado. Cada vez que Harry lo usaba, Hermione se negaba a hablar con él. Faith pensó que los hechizos eran más divertidos que peligrosos, pero aun así entendió mucho mejor el punto de vista de Hermione.

—¿Estás diciéndome que decidiste probar un conjuro desconocido que encontraste escrito a mano yver qué pasaba?

—¿Por qué importa tanto que estuviera escrito a mano? —dijo Harry, ignorando la primera parte.

—Probablemente no esté aprobado por el Ministerio— respondió Faith sin levantar la vista del libro que estaba leyendo. Había decidido empezar a practicar algunos de los trucos de los libros de metamorfomagos que tenía.

Harry la miró con los ojos entrecerrados, pero ella solo le guiñó un ojo descaradamente cuando notó que él la estaba mirando.

—Y también— dijo Hermione— porque estoy empezando a pensar queese príncipe no era de fiar.

—¡Fue una broma! —Ron dijo indignado—. ¡Sólo nos divertíamos un poco, Hermione!

—¿Colgar a la gente del tobillo es divertido? —preguntó Hermione—. ¿Quién invierte tiempo y energía en realizar hechizos como ése?

—Fred y George —dijo Ron de inmediato—. Es propio de ellos. Y de...

—No importa quién haría o no haría eso—interrumpió Harry. —No pasa nada. Faith, estás de acuerdo con nosotros, ¿verdad?

Faith miró hacia arriba con las cejas levantadas, sorprendida de que la estuvieran metiendo en esto.

—Lo haría, pero ambos estaríamos equivocados—sonrió inocentemente antes de volver a su libro. Harry rápidamente se lo arrebató de debajo de la nariz. —¡Oye!

Faith | Harry James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora