Capítulo 1: María

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El día estaba nublado y en las noticias anunciaron que hoy llovería de forma intermitente. Me puse mi chaqueta de color rojo y un gorro que me cubría las orejas para no pasar frío durante el resto del día en el colegio. Era el segundo semestre y ya se podía sentir el frescor de la temporada.

Mi pueblo es pequeño, es un sector en donde la gran mayoría de las personas se conocen entre sí, dicen que la gente del lugar es buena, pero en lo personal no se bien si eso es real o mentira, no soy de esas chicas que le guste salir mucho, en cambio mi madre conoce a cada persona del pueblo, ya que es la profesora de lenguaje del colegio al que asisto. No me gusta mucho la idea que mi madre sea mi profesora, sabe cada uno de mis movimientos y eso me da un poco de miedo.

La gente me dice que soy una chica muy dotada y también amable, bueno me incomoda la idea que me pongan etiquetas, pero así me reconocen hoy en día o también me suelen llamar: "La hija de la profe".

—¡Oye nerd! —me giré para ver quién era la persona que gritaba—, Acuérdate que hoy voy a tu casa—sonrió.

Cuando ya estaba cerca, vi que era Antonio, mi mejor amigo de casi ya ocho años.

—No me gusta que me llames así y lo sabes Antonio—pronuncié enojada.

—Lo sé, lo sé, pero me gusta llamarte así, además es de cariño—pellizcó mis mejillas.

—¡Aja! —chasquee la lengua.

Él se alejó para ir a su otra clase mientras yo hacía lo mismo. No me gustaba llegar tarde a las clases y mucho menos llegar tarde a la hora de matemáticas, la profesora era muy pesada. Cuando entré, solo se encontraba un chico. Un chico al que nunca había visto en el colegio, al parecer era nuevo. La profe llegó y detrás de ella entraba el resto de mis compañeros, cuando todos estábamos listos para empezar la clase, la profe ordenó al chico nuevo que se encontraba detrás de mí, que se levantara.

—Chicos, él es Agustín, su nuevo compañero de clases.

El chico tenía su rostro completamente rojo.

—Háganlo sentir como en casa—dijo la profe mientras hacía una señal,  para que tomará su asiento.

Cuando terminó la clase, todos se levantaron para ir al patio, Agustín tomo su mochila de color negro y salió rápidamente del salón. Antonio me espera en el patio para poder almorzar juntos, pero a su lado se encontraba Tom y Fernanda, ellos son los hermanos Morrison, los conozco desde niña y toda mi vida he estado enamorada de Tom, el chico más popular del colegio, sin embargo, él no lo sabe o mejor dicho, creo que lo sospecha. Su hermana es mi amiga desde hace ya bastante tiempo, siempre me ha ayudado con mis problemas y yo con los suyos.

Los Morrison son los más "cool" del pueblo, eso dice la gente, aunque a veces se comporten de una manera extraña, ellos siempre están con nosotros para apoyarnos y alentarnos.

Me senté al lado de Antonio,  ya me había comprado el almuerzo, era una rica lasaña junto con una lata de bebida. Eso era lo que más me gustaba de mi mejor amigo, el hecho de conocerme a la perfección.

—Hola nerd—expresó nuevamente Antonio.

—Hola Mari—Tom junto con Fernanda me saludaron.

Miré a todos y di un hola al aire para que todos los de la mesa escucharan.

—¿Cómo te fue en matemáticas?

—Bien, eso creo- miré Antonio.

—No entiendo cómo pudiste elegir ese electivo, es demasiado aburrido, además la profesora es muy pesada—alegó Fernanda.

—¡Déjala! a ella le gusta y no tiene nada de malo elegir matemáticas—Tom me defendió.

—Matemáticas es divertido, además es buena materia, bueno para las personas que les gusta estudiar— miré mofándome de Fernanda.

Mientras discutíamos por el electivo de matemáticas pude ver de lejos que se acercaba el chico nuevo al casino, la gente lo miraba de una manera tan extraña  eso hizó que aumentara  mi atención por él.

—¡Hey! ¡María! — Antonio me hablaba, aunque no le presté mucha atención, porque  veía al  nuevo  sentarse sólo en una de las mesas que estaba desocupada.

—¡María!— chilló Antonio y esta vez giré mi cabeza para mirarlo.

—¿Te pasa algo?— preguntó.

—No, no—negué volviendo a mirar al nuevo.

—¿Qué miras tanto?—escuché una voz ronca a mi lado.

—No, nada Tom—giré mi cabeza para mirarlo.

Después de veinte minutos en silencio, sonó el timbre para la última hora, me tocaba lenguaje, por ende, me tocaría con mi madre. Fui rápidamente a la sala, así al llegar a mi casa mi madre no me regañaría por haber llegado tarde. Entré al salón y vi nuevamente al chico sólo con unos audífonos blancos  y con una mirada profunda y enojada.

Entró mi madre al salón y pidió que tomáramos asiento, pasaron cinco minutos y ya había empezado la clase, estábamos leyendo un artículo sobre las muertes y desapariciones que han estado sucediendo en estas últimas semanas. Mientras estábamos leyendo, el nuevo salió de la sala corriendo, mi madre no dijo nada y solo nos pidió que siguiéramos leyendo en forma silenciosa. Ella salió en busca del chico o eso creía yo. Mil preguntas pasaron  en mi mente. 

¿Por qué estuvo tan sólo hoy? ¿Por qué salió corriendo de la sala? ¿Por qué mi madre no lo habia regañado? 

Nunca lo sabremos, cabecita. 

Te amaré más allá de las estrellasحيث تعيش القصص. اكتشف الآن