Capítulo 2: María

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Llegué a casa junto con Antonio, pedimos una pizza tradicional, nos encantaba ver películas de acción mientras comíamos y engordábamos juntos. Escuché como sonaba la cerradura de la puerta principal de la casa y supuse que era mi madre,  en realidad era mi hermana mayor. Tiene 19 años ya había egresado del colegio, ahora está estudiando Medicina y trabajando al mismo tiempo. Cuando la vi acercándose a la cocina fui rápidamente hacia ella para poder abrazarla y sentir su rico aroma a flores. Es el que siempre ella solia usar.

—Hola enana— Saludó mientras, seguiamos abrazadas.

—Hola, hola...—no me salia la voz de lo emocionada que estába. 

—Hola Stephanie—Antonio expresó mientras nosotras seguiamos abrazadas.

—Hola Antonis— burló separandose de nuestro agarre.

—¿Qué haces aquí hermana? ¿No venías la otra semana?

—Si, pero mejor ahora, además Ángel está muy pesado y no quiero discutir con él.

—¿Las cosas no van bien parece?—la miré con intriga.

—No, pero no vine hablar sobre mi relación, mas bien  a pasar un momento agradable con ustedes.

—Bueno nosotros pedimos pizza y vamos a ver una película, si quieres te nos unes a nuestro panorama.

—Si no les molesta— miró a Antonio.

—No, no me molesta para nada.

Pasamos toda la tarde viendo películas, hasta que  dieron las nueve de la noche y mi mejor amigo se tenía que ir a su hogar, dejándome sola con mi hermana. Hablamos mucho de cómo nos ha ido en los estudios y como ha ella le ha ido con su trabajo. Mi madre apareció al lado de nosotras causándonos un susto enorme. Ella llegaba tarde, ya que después del colegio tenía que trabajar en una universidad.

—¡Hola hijas!

—Hola mamá—saludamos al mismo tiempo con Stephanie.

Mi madre abrazó a mi hermana muy fuerte y a mí me dio un beso largo. Sabía que ella nos amaba mucho y eso me hacía sentir bien, puesto que nuestra familia ha sufrido mucho desde la muerte de papá,  falleció hace seis  años, cuando yo tenía tan solo once años de edad, desde entontces mi madre ha ocupado el rol de ambos.  Es una mujer muy luchadora y fuerte.

—¿Cómo te fue hoy en la escuela María?

—bastante bien.

—¿Algo nuevo que haya pasado?

Recordé al chico que salió corriendo del salón mientras estaba en la clase de mi madre.

Preguntale ¿Por qué el chico salió de la clase?

No te metas.

—¿Hija? —me miraba con curiosidad.

En ese momento quería hacerle tantas preguntas, pero no podía hablar, mi mente se nubló y ella volvió a dirigirme la palabra, hasta que volví a la realidad.

Vamos, no seas tan miedosa y preguntalé. 

No me estas ayudando mucho. 

—Mamá... ¿Por qué dejaste salir al nuevo, así como si nada de tu clase?

Mi madre sorprendida por la pregunta, se puso nerviosa y trató de desviar la conversación, aunque supo al instante que eso no funcionaba conmigo.

—María, no puedo hablar de ese tema contigo, son problemas entre alumno y profesora—aclaró tratando de cortar la conversación

—Lo sé, pero me parece raro que no le llames la atención.

—¡María, basta! No quiero hablar de ese tema en este momento—frunció el ceño molesta.

Mi madre se levantó de la mesa y lavó lo que  utilizó para así después despedirse de nosotras. Mi hermana a los minutos después hizó lo mismo dejandome sola en la sala de estar.  Prendi el televisor, aunque al instante recordé que estaba leyendo un libro y fui en busca de el a mi habitación, luego bajé para colocar música en mi celular. 

Me encanta leer mientras escucho música de fondo, era la parte que mas amaba de tener mis tardes o noches libres. Abrí mi libro y no sé en qué momento me quede dormida, porque madre me fue a despertar y ya eran las siente de la mañana, teníamos que ir al colegio, así que me bañe lo más rápido posible, me vestí con lo primero que encontré. Mi conjunto no era lo mas llamativo posible, aunque eso era lo de menos,  tome  un jeans ajustados, una camisa lisa con un polerón blanco y unos zapatos de color negro.

—¿Estas lista? —gritó mi madre para saber si ya había acabado.

- Si, ya estoy lista.

Bajé las escaleras lo mas rápido posible, mi madre me estaba esperando en el auto y no sé como alcancé a despedirme de mi hermana a los gritos. Mi madre me esperaba con el desayuno en sus manos y me lo tendió para comer algo antes de entrar al colegio.

—Hija para la próxima si vas a leer, acuérdate de poner tu alarma—habló entre dientes.

- Si, mamá. Se me olvidó y no volverá a pasar lo prometó.

Estuvismos cerca ¿no?

Cállate.

Te amaré más allá de las estrellasWhere stories live. Discover now