Capítulo 21: María

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Hoy es el día de hacer galletitas con chispas de chocolate. Mi madre hacía la mescla y yo solo la ayudaba en lo que ella me pidiera. Mi padre era fans de los postres que preparábamos, cada vez que llegaba del trabajo preguntaba si teníamos algún postre para probar y cuando le decíamos que sí, él solo se sentaba en la mesa y saboreaba cada una de nuestras creaciones,  Stephanie también lo probaba y nos daba su opinión, ese era el único momento que teníamos para convivir juntos. extraño esa instancia con mi padre.

—Pon a hervir agua hija por favor—mi madre habló.

Tomé el hervidor y lo llené de agua.

—Listo—la miré.

—Gracias hija—sacó las galletas del horno—.Te he notado un poco rara estos días, ¿Pasa algo?

El fin de semana solo me dediqué a estar encerrada en mi habitación, leía una y otra vez mi libro favorito, como de costumbre escuchaba música, Antonio me llamaba de vez en cuando y me contaba sobre su ruptura,  sus padres se lo llevarán a la playa por unos dos días para que despejara su mente. Ojalá yo pudiera hacer lo mismo.

—¿Hija?—mi madre movió sus manos para captar mi atención.

—Perdón mamá, pero no. No pasó nada—mentí.

—Hija, sabes que siempre  puedes confiar en mí. No quiero que cargues una mochila llena de tristeza al hombro pasó sus dedos por mi cabello.

Me dolía al escuchar a mi madre tan preocupada, sabía que debía contarle la verdad, pero quería resolver mis cosas yo solita.

—Mamá, estoy bien, tranquila—la abracé con fuerza.

Al día siguiente

Él profe me pidió que ingresara a la sala. La gente se me quedaba viendo y suponía que era por lo ocurrido el viernes, traté de no darle tanta importancia, asi que miré algún banco desocupado y vi que quedaba uno al lado de la ventana.

La clase comenzó en cuanto me senté y unos segundos más tarde, Tom entró a clases. Atrasado como de costumbre. Él profesor le pidió que pasara rápido y que se sentara, así que él se dirigió hacia su asiento mirándome fijamente, al parecer le molestaba que estuviera en la misma clase que él.

Sonó el timbre y salí de la sala rápidamente, caminé por los pasillos y recorrí el colegio con la mirada para ver si encontraba Antonio, él me había prometido que haría lo posible para venir el lunes, pero al parecer no vino, así que seguí mi recorrido por los pasillos hasta llegar a mi casillero. Guardé mis libros y cerré la puerta. Al girar vi a mi madre, estaba llorando frente de mí.

—Hija...—sollozo—,Tu...

Su aspecto no era el mejor, estaba tan mal que sus palabras no salían de su boca. Me comencé a desesperar.

—¿Qué pasa?—hablé asustada.

—Tu-tu—tartamudeo—,Tu hermana... tuvo un accidente—dijo entre llantos.

Mi boca se entreabrió para decir algo, pero no salía nada y eso me agobiaba. Sentí como alguien clavaba un puñal en mi corazón y mi mente se nubló por completo.

—¿Qué?— fue lo único que pude decir.

—Tu-tu hermana venía a vernos porque ya había terminado su trabajo—la voz le temblo—. Y cuando venía... un auto choco contra ella, haciendo que ella perdiera el control del manubrio y cayó por el barranco—su voz se quebraba cada vez más.

Esto... esto es una maldita joda ¿cierto?

—¡Vamos rápido al hospital! 

Fue lo único que pensé.

Te amaré más allá de las estrellasWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu