Capítulo 5: María

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Estaba sentado al lado de Tom en la clase de música. El profe pidió que formáramos parejas para realizar el trabajo, consistiría en crear una canción a elección. Tom y yo nos miramos fijamente para hacer el trabajo, él se me acercó para hablar del tema de la canción, sin embargo, me distraje mirando su rostro tan perfecto, era simplemente el más guapo de la escuela, sus labios se movían tan malditamente bien y por un momento sentí ganas de besarlo.

—¿Te parece si la canción habla sobre una declaración?— preguntó sacándome de mis pensamientos. 

Mi corazón se detuvo al escuchar su voz tan hermosa...

—¿Mari?—movió una sus manos, para atraer mi atención—. Tierra llamando a María Ramos.

Odiaba que la gente me llamase por mi apellido, asi que tuvó mi atención rápidamente.

—Eh... sí claro.

—Nos juntamos hoy en la tarde para ver la letra de la canción ¿te parece la idea?

—Sí. A las tres nos juntamos en mi casa— indiqué.

Una vez mas me  distraje cuando vi entrar al  nuevo a clases, para variar tarde. El profe no dijo nada, solo lo  dejó entrar diciéndole que  se  una con alguien para realizar el trabajo, sin embargó, él se negó hacerlo en pareja y el profe no tuvo otra opción que aceptar la petición que hizo. Tom me habló y giré sobre mi eje para saber qué me quería decir, pero él no siguió hablando, poque solo me miró y sonrió mientras su mano estaba tocando la mía de  forma tan suave. A lo lejos él chico nuevo nos veía de una manera tan irritante causando así, que soltara la mano de Tom al instante .

La clase acabó y todos salieron del salón, yo estaba a punto de hacerlo cuando tropiezo con algo y caigo al suelo, levanté mi cabeza rapidamente para ver el obstáculo con el cual tropecé, pero solo encontré a Agustín riéndose de mi caída.

—¿Fuiste tú?— lo fulminé con la mirada.

—¿No se dé que me hablas, Ramos?—rio.

¿Cómo él sabía que mi apellido era Ramos? ¿Por qué  hizo que me tropezara? Eran preguntas que me hacía en la mente, tratando de buscar algunas respuestas.

—¿Tú hiciste que tropezara?

—No es mi culpa que seas tan torpe Ramos—burló.

—¿Cómo sabes que mi apellido es Ramos?— pregunté después de cuestionarme tanto en mi mente.

Él no dijo ninguna palabra por un largo rato. El silencio se empezó a sentir un poco incómodo, así que decidí romper el silencio tratando de que  confesara. 

—¡Oye!—traté captar su atención.

 —¿Qué?

—Te hice una pregunta ¿cómo sabes mi Apellido?

—El otro día escuché a la profesora llamarte por tu apellido— pronunció en un tonó  nervioso.

Sabía que él estaba mintiendo, ya que los profesores me llamaban por mi nombre y por mi segundo apellido que era López. Lo vi tan nervioso que solo le hice creer que me había creído semejaste verso. Ninguno de los dos habló por unos segundos.

—Ya te vas idiota— acortó el silencio.

Volvió a la realidad todo, él con sus insultos y yo siguiéndole el juego.

¿Qué esperabas? ¿Un chupetín?

—Si, me alejo de ti porque eres un imbécil solitario— salí del salón de clases.

No suelo tratar mal a las personas, pero no me gustaba quedarme callada ante un insulto de parte de él, así que me fui y a unos metros estaba mi mejor amigo, le grité para que viniera a mi lado, pero él solo me ignoró y se fue junto con Fernanda.  Miré mi reloj y eran las dos de la tarde,  llame a mamá y a Stephanie para avisarles que me iría sola a casa y que hoy vendrá Tom a realizar un trabajo conmigo.

Fui a mi casillero para tomar unos libros que necesitaba. Por impulso miré a mi alrededor para ver si veía al nuevo, aunque no tuve suerte de verlo por ningún lado. No comprendía porque me importaba si él estaba viéndome o no. Lo odio y creo que él también me odia.

Entré a mi casa y eran las catorce con cuarenta horas y Tom llegaría pronto así que tome una ducha rápida y comencé a leer mi libro favorito con música de fondo. Pasaron unos minuos y tocaron la puerta, fui a ver quién era. Con ver su sonrisa de oreja a oreja viéndome con mi pelo todo mojado y mi ropa sin combinar,  era Tom. 

—Pasa, no te quedes afuera—tomé su mano para que entrara a casa.

—Gracias, linda...— miró dulce.

Me puse nerviosa al escuchar la palabra "linda". Tom me dijo linda y no lo podía creer, mi mente no sabía que responder a un linda por parte de él, no estaba preparada para escuchar un simple alago de su parte.

—¿Empezamos?— traté de calmarme.

—Si. Tenia pensado hacer un rap, ósea él chico se le declara a la chica con un rap.

 —Em... si me parece bien un rap.

Empezamos a crear la canción. Él decía una que otra rima y yo trataba de darle un poco de ritmo, se nos hizo muy fácil crear el rap. Dieron las  cinco de la tarde y llevábamos una estrofa junto con el coro.

—Mira hagamos algo, yo canto y tú me dices si estamos bien en la primera estrofa—me miró sonriendo.

—Ya.

Tomó un poco de aire y empezó a rapear la primera estrofa de nuestra canción.

Mira mi niña hermosa

    Nuestros corazones están unidos como un pétalo de rosa

    Y sé que lo  que podemos llegar a tener

    Puede ser un placer

    Solo déjame amarte

    Y cuidarte, te prometo nunca fallarte."- terminó de rapear.

—Me encanta— enuncié emocionada—. Ahora canta el coro—él asintió y comenzó a rapear

"Déjame ser tu novio

     Hoy y siempre, nunca te dejaré

    Será un placer, estar contigo

    hasta el  amanecer...".

—Si está bien el coro—sonreí.

—Buenísimo, oh mira la hora me tengo que ir. Nos vemos mañana linda—me dio un beso en la mejilla y se fue.

Me dio un beso en la mejilla y me dijo linda nuevamente. Este día no podía ser el más feliz.

Estás completamente loca. 

Déjame ser feliz. 

Te amaré más allá de las estrellasМесто, где живут истории. Откройте их для себя