4- Luz, Cámara y ¡Alto!

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-Hola Harry...-

Fue Louis quien saludó primero en esta ocasión. Una sonrisa cálida llenado su rostro, mientras que sus manos jugaban con las mangas de su sweater de color rojo, mostrando con eso lo nervioso que estaba.

Había dormido bastante poco durante la noche. No lograba dejar de pensar en ningún momento en el contrato, y específicamente en los detalles solicitados por el cliente. Aunque la verdad era que al transcurrir de las horas, se había sentido algo más tranquilo al respecto.

Es decir, era solo actuación de todos modos, quizás el daño físico se podía fingir. La verdad no lo sabía, pero había algo que lo hacía confiar en que Harry no permitiría que lo dañaran de tal manera.

Y si bien era estúpido confiar en un desconocido solo por mostrarse amable, y ofrecerle galletas; él lo hacía. Su instinto le decía que Harry era una buena persona, y todo lo contrario de lo que se esperaría de un productor de pornografía.

-Oh Louis, Hola- Harry se mostró sorprendido, pero sonrió inmediatamente al verlo -Por favor, siéntate-

Estaban exactamente en el mismo lugar que él día anterior, solo que esta vez el desayuno sobre la mesa lucía bastante diferente.

En una enorme bandeja se formaba un hermoso arcoiris con decenas y decenas de variedades de galletas. Colores pasteles, y otros más intensos, cubiertas con chispitas, frutas confitadas, glaseados y cremas; y las infaltables nueces.

Harry sonrió complacido cuando vio la sonrisa y la expresión de asombro en el rostro de Louis.

-¿Pue-puedo probarlas todas?- Louis murmuró con el asombro de un niño decorando su rostro.

-Claro, las pedí para ti...- Harry sonrió y junto con eso sacó una pequeña caja que aguardaba en una silla junto a él -Y pedí esto también-

-¿Qué es eso?- Louis preguntó frunciendo el ceño algo confundido.

-Más galletas...- Harry sonrió y se las tendió por sobre la mesa -Pero estas son para que las lleves a tu casa, y puedas comerlas después...-

-Sé perfectamente lo que intentas hacer Harry...- Louis mencionó borrando su sonrisa; una inusual seriedad se dejaba ver ahora en sus gestos.

-¿Qué?- el rizado inquirió algo asustado.

-Si lo que quieres conseguir, es que firme el contrato y el pago sea en galletas en vez de dinero... déjame decirte, que estás logrando persuadirme-

Louis soltó una carcajada, la que logró contagiar al ojiverde un par de segundos después. La tensión nuevamente se desvanecía, mientras Harry pensaba en lo adorable que se veía Louis escogiendo galletas desde una bandeja.

-De verdad, agradezco mucho el gesto. Ayer pensé en sacar una bolsa desde mi mochila, y poner allí todas las galletas que sobraron... ahora eso no será necesario-

Harry volvió a reír enérgicamente. -Pero puedes hacerlo si lo quieres... son tuyas como dije-

-¿Es en serio?, porque eso sería genial... Elliot estaría tan feliz de ver tantos colores en galletas...- Louis añadió con un hermoso brillo en sus ojos.

-¿Quién es... Elliot?- Harry preguntó sin notar que su sonrisa había mutado rápidamente en un gesto serio y un ceño fruncido.

-Elliot es mi hermanito, tiene siete años y es tan adorable y adicto a las golosinas como yo...- Louis respondió con simpleza, sus ojos tan atrapados en las galletas que no notó como el ojiverde soltaba un suspiro aparentemente de alivio.

-Bien, Louis...- Harry hizo un sonido con su garganta y se acomodó sobre su asiento, ganando nuevamente la atención del castaño -¿Tienes ya tomada una decisión?-

¿Cómo conquistar a un virgen en la primera cita? || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora