25- El Miedo

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Harry realmente no comprendía desde que lugar de su ser consiguió la fortaleza para no ceder ante las provocaciones de Louis. Sentía como su cuerpo parecía estar siendo consumido por las llamas, pero aún así, todavía lograba mantenerse firme.

Se apegaba al cuerpo de Louis con fuerza, impidiéndole moverse como el deseaba, manteniéndolo de esa forma bajo control. Sin embargo no era fácil, el castaño no paraba de jadear y suplicar de manera atrevida cerca del oído del ojiverde, y eran sus palabras tan directas y llenas de deseo, las que hacían que la mente y el cuerpo de Harry se sintieran en todo momento al borde del abismo.

-Por favor, Harry... yo te necesito tanto dentro de mi una vez más- Louis parecía estar llegando al punto máximo del efecto del extasis. Todo a su alrededor se percibía de una forma diferente, y la bien nombrada droga del amor, lo hacía sentir desesperado y deseoso de tocar y sentir más del mayor.

-Shhh, tranquilo amor... tranquilo- Harry murmuraba, intentando pasar por alto las súplicas de Louis; intentando no caer en la inmensa tentación de perder la razón y complacerlo en ese mismo instante.

Harry podría, claro que podría hacerlo; aprovecharse de la vulnerabilidad de un chico que rogaba por su atención. Pero Louis no era cualquier chico, era su chico; a quien amaba, y por quien había prometido y se había empeñado en cuidar desde el minuto uno de su historia. Fallarle a Louis no era una opción.

El mayor sintió un alivio cuando al fin vio al taxi que había solicitado llegar y estacionarse frente a ellos. Tuvo que guiar a Louis con cuidado hasta el vehículo, y una vez dentro dio su dirección de manera apresurada, dándole a entender al conductor que tenía demasiada prisa por llegar a destino.

Pero a Louis seguía sin importarle el entorno, y nada que no fuera su incesante necesidad del cuerpo de su novio. Solo le bastó un minuto para estar sentado sobre el regazo del rizado, y empezar a besarlo una vez más de manera imprudente y agresiva.

Harry solo podía intentar abrazarlo con fuerza, y responder de una forma más adecuada a su tacto, mientras veía con incomodidad como el conductor del taxi los observaba a través del espejo retrovisor.

-Amor, por favor... basta- Harry murmuró tomando el rostro de Louis obligándolo a separar sus labios.

Pero todo intento parecía en vano; ahora Louis guiaba sus manos hasta su propio cuerpo, intentando darse placer con movimientos constantes y cargados sobre su entrepierna.

-Detente Lou, por favor...- El mayor comenzaba a sentir cierta incomodidad y dolor en su mandíbula, producto de la fuerte tensión que no lograba manejar.

Harry sostuvo con fuerza las muñecas del mayor, y lo atrajo a sus brazos para intentar inmovilizarlo. El viaje de regreso se sintió eterno, pero de cierta forma Louis se conformó con besar el rostro del rizado por el resto de camino, y este simplemente lo permitió.

Cuando finalmente llegaron a las afueras del enorme edificio donde Harry tenía su departamento, este se apresuró a entregarle al conductor un puñado de billetes, y luego descendió rápidamente sosteniendo a Louis por la cintura.

-Bien bebé, llegamos a casa...- Harry murmuró, sintiendo por fin un poco de alivio.

Louis no respondió a aquello, ahora se veía algo distraído mientras miraba con fascinación las luces que decoraban la fachada del edificio. Harry tomó suavemente su mano, y lo guió en silencio a través de la entrada.

Una vez dentro, el mayor saludó con una pequeña sonrisa al conserje, quien le respondió el gesto de manera incómoda. Era evidente a simple vista que Louis no iba en un buen estado, y la imagen dulce y algo menor que el castaño tenía en comparación a Harry, lo hacía ver indefenso.

¿Cómo conquistar a un virgen en la primera cita? || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora