17- Por Encima De Todo

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Harry despertó dando un fuerte salto sobre la cama y un quejido escapó de sus labios. Ya habían pasado varios días, pero las pesadillas aún lo acompañaban.

-¿Estás bien, amor?- Fue la voz de Louis quien dormía abrazado a su costado la que lo hizo reaccionar.

-Si, hermoso... solo fue una pesadilla- Harry inhaló profundamente, intentando calmar los acelerados latidos de su corazón -Lo siento, por despertarte...-

-Harry, llevas varios días con estas  pesadillas... ¿Sucede algo?- Louis preguntó alzando la vista, intentando buscar el rostro del ojiverde en la oscuridad -Puedes confiar en mi, bonito-

Maldita sea, ahí estaba otra vez. El dolor punzante en el pecho, el que no hacía otra cosa que aumentar, ahora a pesar de estar cerca de Louis. Él que incluso era peor cuando sentía al castaño demasiado cerca, y hacía que sus manos temblaran con la sola idea de tocarlo mientras estaban entre las sábanas.

Todo había empeorado la mañana anterior. Cuando un cabizbajo Louis le había entregado su teléfono al salir del baño, diciéndole "Un tal Liam te estaba llamando".

Fue entonces cuando el corazón de Harry pareció congelarse, y la ansiedad comenzó a arremeter con más fuerza. El castaño se mostró algo más distante y silencioso desde aquel momento, y el rizado no podía dejar de pensar en que había leído los últimos mensajes enviados por un insistente Liam.

Sin embargo, al pasar de las horas Louis fue recobrando su actitud habitual. Es más, de pronto comenzó mostrarse más cariñoso y dulce con el ojiverde, como si sintiera la necesidad de darle calma.

Y es que la verdad era que Louis estaba asustado. Se le había implantado ya la idea en su cabeza de que Harry le ocultaba algo, y algo muy importante. Porque el castaño podía ser más inocente en algunos aspectos, pero no era estúpido, y atar cabos sueltos se le daba con bastante sencillez, así que, a pesar de dolerle mucho más de lo que mostraba; presentía que Harry había estado con alguien más aquella noche en la que se fue de su casa, con la excusa de encontrarse con unos amigos.

Sin embargo, el ojiazul no se encontraba herido o lleno de la rabia que podría pretender tener en una situación así. Y es que Louis miraba a Harry, y en él no podía ver otra cosa más que angustia y dolor. Y no dejaba de preguntarse si aquella actitud en el ojiverde no era más que un simple remordimiento, o había algo más.

Louis había aprendido a leer a Harry con demasiada facilidad. Y el tener que escucharlo llorar entre sueños, solo lo ayudó a confirmar sus teorías. Probablemente el mayor se había acostado con alguien estando demasiado drogado, ebrio, o al menos no muy consciente. Y lo que si daba por hecho, era que lo habían lastimado, y mucho.

Y Louis quizás podría querer gritar y montar una escena de celos y despecho, tal y como lo haría la mayoría de las personas que descubren que los han engañado. Pero no podía, primero porque aunque creía tener la certeza de que sus teorías eran ciertas; aún no había una confirmación. Y después, estaba el hecho de que moría de ganas de saber que era lo que había sucedido exactamente, para que Harry se encontrara en ese estado de angustia.

El menor no sabía mucho sobre el pasado de Harry; pero sin ir más lejos, y sin atreverse a indagar más todavía, sabía con certeza que su novio estaba lleno de profundas heridas, y su vida hasta entonces había sido mucho más difícil de lo que su imponente y atractiva presencia podía sugerir.

-Harry, amor... solo dime que está pasando. No importa lo difícil que sea, podremos superarlo juntos, solo confía en mi por favor...-

-Lou...- Harry murmuró y su voz se quebró al instante.

El menor se inclinó para encender la lámpara que estaba sobre una de las mesitas de noche. Se topó de golpe con la imagen de un Harry aparentemente destrozado. Y Louis viéndolo llorar por primera vez, sintió su corazón hacerse pequeño.

¿Cómo conquistar a un virgen en la primera cita? || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora