28- Una Razón

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La puerta se abrió lentamente y después de casi dos días, Harry volvió a ver el rostro de Louis. Todo se sentía aún demasiado confuso, demasiado inestable, y completamente irreal.

Louis no había sido capaz de darle una respuesta al rizado, cuando éste lleno de emoción le propuso la idea de vivir juntos. El ojiazul estaba seguro de sus sentimientos por Harry, pero aún así con todo lo que estaban enfrentando, no sentía que apresurar las cosas fuera una buena opción.

A Harry le fue difícil entender el silencio y la indecisión del menor, sin embargo luego del tiempo que se tomaron de manera espontánea debido a las circunstancias, comenzó a entender un poco más la posición de su novio.

El ojiverde estaba lleno de confusión y emociones, pero más allá de todo, primaba en él una cálida sensación de felicidad. Ahora tenía un hermano. Un niño adorable y al que ya le tenía un inmenso cariño; ahora era su familia. Y eso sonaba realmente increíble en la mente de un chico que se había sentido demasiado solo, desde el día en que su madre lo abandonó sin siquiera una despedida.

Para Harry había una ilusión, el comienzo de una nueva familia. Una razón para hacer las cosas bien, y ser feliz.

Pero en la mente de Louis era diferente. No encontraba en toda esa situación más que pensamientos y sentimientos angustiantes y llenos de dolor. Para él, era Rebecca arruinando su vida una vez más. Era la pesadilla de saber que su hermano menor compartía sangre con un hombre tan aterrador como Desmond Styles. Y era él, teniendo ahora que comprender que Elliot era hermano del hombre que había robado su corazón; su primer amor.

Para Louis solo había miedo, la incertidumbre de lo que venía. Una razón para que todo lo hermoso que estaba construyendo con Harry se arruinara.

-Hola cariño...- Harry saludó con una sonrisa triste al notar que Louis parecía algo nervioso con su presencia. -¿Vengo en un mal momento?, ¿Tu madre aún está en casa?-

Luego de haberse despedido aquella noche fuera de la casa de Louis, y luego de haber llorado abrazados por largos minutos, solo se habían hablado por mensaje para saludarse y saber como se encontraban. Mensajes cortos y cordiales, que sin quererlo, expresaban la incomodidad y toda complejidad de lo que estaban viviendo.

Pero ya era Lunes por la mañana, y Harry se presentaba como cualquier otro día, listo para acompañar a Louis a dejar a Elliot a la escuela; aunque claramente todo se sentía diferente.

-Hazz hola, no, adelante... ella se ha ido ayer por la noche- Louis respondió ahogando un suspiro.

Rebecca había dormido la mayor parte del tiempo, y a pesar de que Elliot estaba feliz con su presencia, ella simplemente hizo lo que era habitual; dormir, comer darse una ducha, hablar con el pequeño y fingir interés en sus cosas por unos cuantos minutos, y luego buscar dentro de la casa algo de valor que le sirviera para empeñar y comenzar de vuelta con sus apuestas y noches de fiesta. Finalmente discutir con Louis, y salir de casa sintiéndose ofendida.

Lo único positivo de su visita, era que el ojiazul había conseguido que firmara la autorización para el viaje escolar de Elliot.

-¿Y Elliot?- Harry preguntó en un tono de voz bajito, sus ojos moviéndose por la habitación casi sin un sentido, mostrándole así a Louis lo nervioso que también se sentía.

-En la cocina, terminando de desayunar...- Louis respondió en un murmullo. No quería que las cosas se sintieran así, pero ahí estaban, tal y como imaginó, evadiendo sus miradas; incómodos.

-¿Puedo pasar a verlo?- Harry preguntó con una sensación hormigueante en el cuerpo.

-Claro, por supuesto...- Louis farfulló intentando mostrar seguridad, como si realmente por dentro no se sintiera como un manojo de nervios y ansiedad.

¿Cómo conquistar a un virgen en la primera cita? || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora