24- Un Punto Débil

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Harry sintió como su corazón comenzaba a agitarse violentamente, y aún no lograba comprender si era producto de lo que fuera que había consumido sin saberlo, o si simplemente era debido a la ansiedad y el miedo que le provocaba lo que podía suceder.

La temperatura corporal de Louis había aumentado considerablemente. Sus pupilas estaban dilatadas, y parecía no poder dejar de restregar su cuerpo sobre el del mayor, quien sólo lo sostenía con demasiada fuerza, sin saber aún cómo reaccionar.

-Louis, escúchame... necesito que te quedes aquí un momento, volveremos a casa...- El rizado murmuró despegando de manera firme el cuerpo de Louis.

Harry sabía en principio como se sentía el efecto de consumir extasis o cualquiera otra droga estimulante. Recordaba a la perfección su primera vez, así como también lo que venía después de que el efecto terminara. Durante los últimos años aprendió a como mezclar diferentes tipos de sustancias, hasta lograr borrar su consciencia, o al menos eso creía él, quien nunca llegó a sospechar que su fiel amigo Erick era el encargado de manejar las dosis perfectas y seguras para dejarlo completamente vulnerable.

Nunca sintió miedo. Jamás temió por su salud, ni mucho menos en lo que una sobredosis pudiera provocarle. Pero ahora era diferente, se trataba de Louis, su novio, la persona a la que amaba; y se sentía aterrado al no saber las consecuencias y la respuesta que el cuerpo del ojiazul tendría frente a la desconocida sustancia que algún imbécil puso en su trago.

Había visto a personar convulsionar, otras sufrir golpes de calor, padecer arritmias, delirar, e incluso tener una deshidratación severa, hasta acabar en el hospital.

-No, amor- Louis respondió sonriente mientras mordía el labio inferir del rizado -Quedémonos otro rato, podríamos bailar, o no lo sé... hacer algo divertido-

Las palabras de Louis salían con una inusual sensualidad. Sus sentidos estaban alertas, completamente estimulados, y el aroma, el calor del cuerpo de Harry, e incluso las luces y la música se percibían en su cabeza de una manera diferente.

Se sentía con una extraña energía, y quería usarla toda en Harry. Su piel ardía de una manera intensa pero satisfactoria. El deseo comenzaba a filtrarse por sus poros, y solo quería sentir al mayor más y más cerca, y recrear con él algunas de las escenas que robaban su atencióna su alrededor, sin importar en lo absoluto estar rodeado de gente.

Ya no había rastro de pudor, y tampoco de razonamiento. Louis había perdido el control de su consciencia, y ahora el instinto lo gobernaba.

-Nos divertiremos mi sol, pero no ahora, no aquí...- Harry tomó con firmeza el rostro del castaño, sentía lentamente como su cuerpo comenzaba a tensarse, y un calor extraño se agolpaba en su vientre. El cuerpo de Louis tan cerca comenzaba a tener su efecto. -Espérame aquí, bonito... ¿Si?-

Louis hizo un puchero exagerado al sentir como Harry lo separaba de su cuerpo para ponerse de pie. Sacó sugestivamente su lengua, y dejó que esta remarcara los gruesos labios del mayor.

-Pero yo quiero divertireme ahora, Hazz... por favor- La voz de Louis sonaba diferente, su mirada era distinta; y Harry en su frágil consciencia podía sentir una extraña amargura al sentirlo tan diferente.

-Solo espérame aquí, por favor... te prometo que regreso en un minuto- Harry hablaba pausado, tratando de mantener la calma. Sabía que habían casos donde los consumidores de extasis y otras drogas similirares, entraban en estados de ansiedad, angustia e incluso ira; y en esos casos es fundamental tratar con ellos con la mayor tranquilidad posible.

-No tardes...- murmuró un muy agitado Louis, mientras veía a Harry alejarse hacia un rincón alejado de lo que podía considerarse el centro de la fiesta.

¿Cómo conquistar a un virgen en la primera cita? || L.SWhere stories live. Discover now