11:11 [Terminada]

capítulo 2

— Es todo muy sencillo Gregory, solo tendrás que revisar algunas hojas de vida y las que realmente consideres buenas me las envías a mí, organizar algunos informes, planear mi horario para algunos viajes que debo hacer a lo largo del año y bueno, alguna que otra cosa más.

— Está bien Señora Andrea — pronunció el ajustándose las gafas.

— No, no, no — dije colocando las manos sobre la mesa. — Nada de señora ni doña, Andy. Solo Andy.

El me miró un poco confundido, como sin entender.

— No soy como Tayler, el hecho que seamos amigos desde pequeños no significa que tenga el mismo carácter y temperamento. Yo suelo ser más tranquila y no darles tanta importancia a cosas tan sencillas. Solo Andy.

Él sonrió y agachó la cabeza.

— Entonces solo Greg para mi — apuntó estirándome su mano.
Se la estreché con amabilidad y le di una sonrisa calidad.

— Bueno, tu oficina es la que está al lado, en mi caso, puedes decorarla como quieras, agregarle lo que quieras, no tengo problema con eso y necesito que organices unos papeles que tiene Rosa María. Ve a el tercer piso y pregúntale a Alicia por ellos, es la secretaria de ese departamento.

Hice una pausa para recordar otra cosa más que debería decirle a Greg.

— Ah, por poco lo olvido, dile a Amelia que venga a mi oficina por ahí a las 8:15 am para organizar una despedida a Rosa María. Ahora cuando vayas a finanzas, no vayas a decirle nada a ella.
El apuntó las tareas en una libreta café con un lapicero azul oscuro.

— A las 3:15 reunión tiene con el señor Vincent para organizar el cronograma de vacaciones de los empleados de diseño — apuntó Greg mirando su libreta.

— Verdad — pronuncié dándome una palmada en la frente. Lo había olvidado por completo.

— Bueno, miraremos como organizamos eso ahora corre por esos papeles de Rosa que necesito verlos y mandárselo a Tayler, no queremos que el lobo feroz salga de su madriguera.
Gregory asintió y salió de mi oficina.

Eran las 7:15 de la mañana, así que encendí mi computador y fui por una taza de café.

Mientras organizaba unos cronogramas de vacaciones sonó mi teléfono que lo tenía en el bolso.

Después de minuto y medio rebuscando entre todo lo que tenía por fin logre dar con él.

— Hola mamá, ¿cómo estás?

— Andy, que milagro que responde el teléfono hija.

— Mamá sabes que tengo mucho trabajo, la empresa no trabaja sola — me defendí con una risa pequeña.

— Lo sé nena, pero sería bueno que te acuerdes de llamarnos de vez en cuando.

— Lo sé, prometo llamar más seguido ¿cómo sigue papá?

Silencio .... un silencio que me hizo pensar en miles de cosas.

Mi papá estaba comenzando a sufrir de Alzheimer, a pesar que era muy reciente era algo muy difícil para nosotros.

— Hoy está bien, la semana pasada fue difícil pero hoy ya está mejor.

Di un suspiro de alivio y sonreí para mí misma.

— ¿Podría hablar con él?

— Claro mi cielo, cuídate mucho y recuerda llamar más seguido.

— Si mamá, créeme que lo haré.

Espere unos segundos y escuche la voz de mi padre al otro lado de la línea.

— Hola ¿con quién?