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Capítulo 36

Noviembre 9 2019

Me levante con un presentimiento extraño, como si algo no estuviera bien.

Le calcé las pantuflas y me puse mi levantadora, estaba haciendo muchísimo frío. Se notaba que se aproximaba el invierno.

Sali de la habitación y me encontré en la sala a Marco mirando por el ventanal hacia afuera: estaba nevando.

— ¿buen día? — me atreví a decir aun en el corredor.

Cuando me miró, vi en sus ojos preocupación y tristeza.

— Marco, ¿qué ocurre? — pregunté angustiada y fui rápido hacia donde él.

Cuando estuve a su lado él me tomó de la mejilla e intento darme una pequeña sonrisa.

— Hace 10 minutos llamo Charles — susurró.

Eso solo podía significar una cosa.

En julio le habían diagnosticado cáncer de pulmón a mi padre, al inicio los médicos consideraban que se trataba de un cáncer en etapa 1, pero los tratamientos no estaban dando resultados.

Comenzaron con quimioterapias, pero era un tratamiento demasiado agresivo y las expectativas no eran nada buenas.

— ¿qué le paso a mi papá? — pregunté horrorizada por la posible respuesta que podría tener.

— Charles dice que están en el hospital y que está muy complicado — respondió el pasando su mano por mi cintura y abrazándome.

No pude hacer nada más que llorar, sabía que esto ocurriría en cualquier momento.

— Cariño, ¿llamo a Tayler y le digo que iremos a Filadelfia unos días? — preguntó Marco con un tono de solidaridad, como si mi tristeza también fuera de él.

— Le diré en el avión, el entenderá — respondí sacándome las lágrimas y caminando de nuevo hacia mi habitación.

— ¿quieres que vaya contigo?

Me detuve y miré a Marco que aún seguía en la sala con su pijama azul de pantalón largo y camisa de manga larga.

— Yo... — comencé a decir, la verdad no sabía muy bien si quería que fuera conmigo o quería ir sola a estar con mi familia. Llevaba casi un año de noviazgo con Marco, ya era parte de la familia también.

— Cualquier decisión que tomes está bien cariño — dijo el con dulzura.

— ¿crees que Lottie se pueda hacer cargo un par de días?

— Tayler lo resolverá, no te preocupes.

Sonreí a medias y salí corriendo hacia mi habitación para empacar mi maleta.

Marco no sé cómo en media hora logró hacer su maleta, comprar los pasajes y organizar todo para que en la empresa todo siguiera funcionando con normalidad.

Gracias al cielo Gregory era una persona que aprendía rápido y ya sabía hacer muchas cosas de las que yo hacía, Tayler comprendió la situación y busco a la hija de Rosa María para que le ayudara durante algunos días.

Llegamos al aeropuerto y el vuelo se me hizo eterno.

Llame con anterioridad a mamá y a Lexi.

Mamá estaba inconsolable, hecha un mar de lágrimas, lo cual hacía que mi angustia se cuadruplicara.

Sin embargo, Lexi, desde su experiencia con la medicina, decía que aún tenía posibilidades de vivir, aunque eran muy pocas.

Llegue a casa de mis padres donde me recibió la maleta la señora Wendy, quien se encargaba de hacer el aseo a la casa y cocinar.

Tomamos un taxi y nos dirigimos directo al hospital donde estaba toda mi familia.

Cuando llegue a la habitación, mi madre estaba sentada a un lado de la cama tomando de la mano a mi padre.

Estaba Tom, Silvia, Lexi y Charles al otro lado.

Corrí a su lado y tomé su otra mano.

— Aquí estoy papá, aquí estoy — susurre mientras las lágrimas salían solas de mis ojos.

Se veía pálido y cansado.

No dijo nada, solo tenía sus ojos cerrados.

Pasaron un par de horas cuando simplemente suspiro y el monitor comenzó a sonar de la manera que a nadie le gusta oír.

Mamá coloco su cabeza sobre la mano que sostenía de mi papá y comenzó a llorar mientras Lexi acariciaba sus hombros también llorando.

Silvia intentaba no demostrar su tristeza, pero llegó un momento en que no fue capaz y fue a los brazos de Charles para llorar.

Yo seguía al lado de papá y lo único que se escuchaba en la habitación era el llanto de todos y el monitor con una línea verde completamente recta.

Lexi desconecto el monitor para que el sonido no nos agobiara más de lo que estábamos.

Marco se acercó a mí y coloco su mano en si espalda.
Pude ver como tenía sus ojos cristalinos y su expresión era de una tristeza profunda.

Una doctora bastante amable entro en ese momento para declarar la hora de la muerte y hablar con mi madre, cosa que no se logró y tuvo que ser Lexi la que firmara todos los papeles.

Al llegar a casa con mi mamá, se sintió un vacío enorme, un frío que recorrió todo nuestro cuerpo.

La abrace y la lleve hasta su cama.

— No puedo hija — exclamó en el instante en que se sentó.

— ¿Qué no puedes mamá? — pregunté.

— No... — pronunció y todo aire — No puedo dormir aquí, no si no está tu padre.

Había durado 37 años de casados, era más que comprensible la situación.

— Puedes dormir en la habitación de Charles, si quieres.

En la casa había 4 habitaciones: la de mis padres, al lado quedaba la de Charles, frente a la de Charles quedaba la de Lexi y al final del pasillo quedaba la mía.

Aunque ya todos los hijos nos habíamos mudado a otras cosas, mamá seguía conservando nuestras habitaciones iguales.

Charles tenía una cama grande, igual a la de mis padres, mientras que Lexi y yo teníamos una cama sencilla cada una.

— Andy puede dormir en su habitación y yo puedo dormir en la de Lexi — propuso Marco.

Desde que mi papá murió no había dicho ni una sola palabra.

— Si me parece mejor — aceptó mi madre.

Nos arreglamos para dormir y mi mamá se fue a la cama relativamente rápido.

Estaba en la cocina bebiendo un vaso con agua cuando llegó Marco de repente.

— No preguntare si estas bien porque sé que no lo estas.

— No ha pasado ni 12 horas y ya siento que fuera una eternidad — dije con tristeza.

— Lo sé, sé que no es fácil — afirmó el mientras se acercaba y me abrazó por detrás.

Estaba mirando por la ventana, viendo como las luces de la calle iluminaba el jardín.

— Solo sé que lo mantendré a mi lado siempre, incluso cuando este yo sola, el siempre estará conmigo — exclame mientras una lágrima salía de mi ojo de nuevo.

— Vivirás una vida por los dos cariños y serás siempre feliz por él.