capítulo 14

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CAPITULO 14.

Tayler.

Viernes 15 de junio de 2018.

Hace una semana hable con Lucía, mi hermana que hace 8 años me hizo tío de una hermosa princesa llamada Antonella.

Una semana atrás

— No me digas que mamá empeoró — contesté mi teléfono preocupado cuando vi en la pantalla de mi celular el número de Lucía, mi hermana.

Tayler, tranquilo. Cada día mamá se recupera más — me tranquilizo ella con voz pausada y serena. Hace algunas semanas, mamá había sufrido un accidente cerebral que la había dejado hospitalizada con oxígeno 24 horas.

por fortuna, ahora estaba en casa, pero de igual forma tenía que seguir en recuperación y alguien debía estar muy pendiente de ella.

— Gracias al cielo — expresé después de soltar todo el aire que inconscientemente había contenido por la angustia de que algo le hubiera pasado a mi madre.

— Tay, iba a pedirte un favor en realidad.

— Claro, dime.

— Sabes que mamá en estos momentos necesita toda la atención y bueno: tú no estás en la ciudad, Gabriela está en Chile y no puede venir y Austin no tiene tiempo en el trabajo. Así que la única que puede cuidar a mamá soy yo, pero tengo que estar pendiente de Anto también.

— ¿ella no sale a vacaciones de verano? — pregunté.

— Sí, el viernes. No sé qué posibilidades haya de que Anto pase algunos días contigo y con Verónica.

Anto era lo más mimado de los Warren. Al ser por ahora la única nieta y sobrina toda atención era para ella.

— Claro Lulu, tráela que ella se queda aquí con nosotros. Vero estará más que feliz de cuidarla.

— Gracias Tay Tay, te lo agradezco en el alma.

— Para nada. Me la traes el viernes en la tarde entonces apenas ella salga del colegio.

— Perfecto. Te estoy diciendo cualquier cosa.

Al día siguiente me encontraba caminando hacia la oficina de Andy.
Desde que estuvimos en la preparatoria y teníamos a veces que cuidar a los niños del kínder, Andy siempre tenía alguna idea en su cabeza para entretenerlos y hacerlos pasar un buen rato.

Llame a la puerta de su oficina y la abrí un poco para asomar la cabeza — ¿ocupada?

— Para el jefe nunca estoy ocupada — respondió ella sonriente levantando la vista hacía mí. — ven, pasa.

Abrí la puerta completamente, entre a la oficina, cerré y me senté en una de las sillas que había frente al escritorio.

— El viernes en la tarde aterrizan Lucía y Antonella para que Anto pase una semana aquí conmigo y con Verónica mientras Lucía cuida a mi mamá.

— Pero qué bueno Tay, ya Anto debe estar muy grande — dijo Andy sonriente.

— Sí, ya tiene 8 años. El punto Andy, es que sé que Vero tendrá actividades y cosas para entretenerla entre semana y no se aburra, al fin y al cabo, su profesión le enseñó a lidiar con niños. Pero quiero hacer algo con ella el sábado que nos una más como tío y sobrina.

Andy se quedó analizando un momento hasta que por fin soltó — Podrían hacer un picnic. En esta época del año hace mucho viento, puedes comprar una cometa y elevarla con ella en el parque central mientras disfrutan de un picnic. No es muy original que digamos, pero, podrían comprar un helado e ir a las tiendas que quedan cerca y comprarle algo.

— Grandiosa idea Andy. Te espero el sábado en el parque entonces.

— ¿voy yo también? — preguntó ella incrédula a lo que le había pedido.

— Claro, si fuiste la que ideó el plan, sería el colmo que no fueras. Te espero ahí junto a la fuente.

— Vale, allá nos vemos el sábado.

Ya era viernes en la tarde. En unas horas el avión desde mi ciudad natal aterrizará en el aeropuerto con Lucía y Antonella. Esta noche, Austin mi cuñado había pedido permiso en el trabajo y se haría cargo de mi madre hasta que Lucía volviera al otro día en la mañana.

— ¡TIO TAY! — escuché un grito desde las puertas de llegadas nacionales.

Una pequeña de cabello rubio con una camiseta rosa, unos jeans rotos y unas sandalias venía corriendo hacia mí.

— ¿dónde está la sobrina preferida? — me coloqué en cuclillas y abrí mis brazos.

Antonella se aferró a mí con sus pequeños brazos alrededor de mi cuello, yo la cargué y di una vuelta que la hizo reír.

Detrás de Anto, llegó Lucía con una maleta rosada y un pequeño morral.

— Hola hermanito — saludó ella.

— Hola lulu, ¿qué tal el viaje?

— Todo bien. Anto estaba que se moría por verte.

— ¿es verdad que pasaré todo el verano contigo tío Tay? — preguntó la pequeña en mis brazos.

— Vamos a ver si tu mamá te deja quedarte todo el verano. — respondí con una sonrisa.

Llegamos a casa y Vero ya les tenía preparada la cena y la habitación de huéspedes lista para Anto.

— Esta delicioso todo Vero. Mi hermano tiene un Excelente gusto — confesó Lucía después de terminar la comida.

— Para nada Lucía, solo cocino con mucho amor para esta pequeña — se excusó mi esposa.

— Buen gusto, así como el de la familia de mamá. Chicas hermosas y educadas con una sazón exquisita — opiné tomando un poco de agua.

— ¿qué haremos mañana tío Tay? — preguntó Anto desde su silla.

— Hija por favor, espera a terminar un día para planear el otro—regañó Lucía a Antonella mirándola con firmeza.

— No te preocupes por eso — tranquilice a mi hermana. — ¿qué te parece si vamos al parque central y hacemos un picnic? Podemos comer helado, elevar cometas y comprar algo por las tiendas que hay por ahí con una amiga — propuse mirando a Anto.

— ¡GENIAL! — Gritó ella de entusiasmo — Amo los picnics y en el parque central hay patos en el estanque.

— Sí, podemos alimentarlos también.

— Me encanta la idea tío.

Sonreí y seguí comiendo animadamente.

— ¿quiénes son tus amigos tío Tay? — preguntó de repente Anto.

— ¡Antonella! Deja de preguntar— protestó de nuevo Lucía.

—déjala tranquila que quiere saber — contradije yo con una sonrisa cómplice a Anto. — veras Anto. Es una amiga que tengo desde que tenía más o menos tu edad. O desde antes creo yo.

— Ah, te refieres a Andrea. La hija de Archie y Linda Dawson.

— Si. Esa misma.

— Ella es hermosa. Dale mis saludos.

— Con todo gusto.

Terminamos de cenar y Anto se fue a dormir al igual que Lucía.

— Supongo que no te dará un ataque de celos ahora que dije que saldría un momento con Andy — apunte mientras organizaba los platos de la cocina.

— Si no supiera que a Marco le gusta y que Marco es tu mejor amigo, créeme que te reclamaría — sentenció ella con mirada seria.

— Amor, ¿cómo puedes pensar eso? Andrea es y solo ha sido y solo será mi mejor amiga. No pasara de ahí jamás — admití con sinceridad.

— Y por eso confío en ti mi amor. — afirmó ella con una sonrisa.

Me acerqué a ella y le di un tierno beso en los labios.

11:11 [Terminada]Where stories live. Discover now