Capítulo 34

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Andy 2008

— ¿en qué piensas? — me preguntó Tayler.

— En quien pienso en realidad — corregí yo con una pequeña risa.

Los dos estábamos tumbados boca arriba mirando el cielo desde el jardín trasero de mi casa disfrutando las vacaciones.

Era verano: caluroso, con un sol radiante y un cielo azul.

— ¿así que piensas en alguien?

— Aja.

— Déjame adivinar.... Antony ¿quizás?

Giré mi cabeza a su dirección y entrecerré mis ojos.

— Que inteligente Tayler — respondí riéndome y empujándolo un poco.

— Por supuesto. Soy el mejor de todos — presumió él.

Si era cierto. Tayler era el mejor estudiante en la escuela. Las matemáticas se le daban perfectamente, cosa que nunca pude aprender de él. Sin embargo, siempre me ayudo a entender un poco y ganar los exámenes.

Di un largo suspiro y entrelacé mis dedos sobre mi estómago.

—¿Gabriela si te dio la foto De Tony? — preguntó Tayler observando el cielo.

— Tengo su foto, pero los recuerdos no se abrazan — respondí con tristeza.

Hace una semana que comenzó el verano. Hace una semana que Anthony desapareció sin dejar ni un solo rastro.

— ¿a dónde abra ido?
— Tayler. ¿No crees que son demasiadas preguntas? — me queje antes tantas preguntas sin una respuesta lógica o verídica.

— No lo sé Andy. Todo es demasiado extraño. Se mudaron de la ciudad y no sabemos dónde. No nos dijo nada de adonde iba y por qué...
— Créeme que a mí también me inquieta — interrumpí mientras jugaba con una hoja que había en el suelo.

— No volviste a tocar el piano — apuntó el con cara de confusión.

Justo cuando puse mi cara de " suficientes preguntas" continuo.

— Solo era una afirmación. No una pregunta.

Volví a dirigir mi mirada al cielo y estuve un silencio por un rato.

—¿Qué sentido tiene tocarlo ya? Ni siquiera eso de que eso mejora las notas es verdad — contesté de mala gana.

Era la realidad. Tocar el piano no había mejorado mis notas académicas en nada. Solo lo tocaba para ir a las clases y ver a Antony. ¿Qué sentido tiene ahora?

— Bueno. Quizás ahora no te equivoques — apuntó Tayler riéndose de su propio comentario.

— ¡Ay! Por favor. Obviamente no me equivocaba por él. Solo eran casualidades — me defendí.

— Si claro.

Volvimos a mirar al cielo. Debían ser algo cerca del mediodía o algo así.

— Andy, Tay. Entren ya — ordenó mi madre desde la puerta trasera de la casa.

— Ya voy mamá — respondí rápido

— Papá volvió — dijo Tayler así de la nada.

— ¿qué, que?

— Que mi papá volvió. — repitió el sentándose en la grama del jardín.

Copié su acción y lo miré. No podía imaginarme lo que estaba sintiendo luego de ver a su padre después de 7 largos años sin verse.

— Quiere que me vaya a Nueva York con él a estudiar — soltó Tayler junto con un suspiro.

— ¿que? ¿Hablas enserio? —pregunté con sorpresa.

Ben nunca se había interesado por sus hijos. Ni a Gabriela ni a Lucía les dio un centavo para sus estudios.

— Dice que quiere remendar todo lo pasado y.... un poco de tonterías ahí — dijo frustrado. Se nota que no le gustaba la idea.

— ¿y tú mamá que piensa?

— Ese es mi gran problema. Ella está de acuerdo en que me vaya.

— ¿me hablas enserio?

Tayler me miró con preocupación y tristeza. Era verdad todo, lo cual se me hacía demasiado extrañado.

Escuché muy bien hace algunos meses atrás, cuando la madre de Tayler, la señora Julia, le decía a mi mamá que ya no necesitaba el dinero de Ben para sus hijos. Que, así como fue capaz de darle estudios de Gabriela y a Lucía sería capaz de dárselos a Tayler.

— Mi padre piensa que ya porque construyó una compañía y tiene suficiente dinero para todo va a poder pagar todos estos años que se fue de casa. ¡TENIA 5 AÑOS ANDREA! tenía 5 años cuando se marchó y jamás regreso, ¿y ahora quiere pagar todo eso con dinero? — expreso con rabia. Se le notaba que no estaba nada contento con la situación.

Y tenía razones suficientes para estarlo. La familia Warren no la había pasado nada bien desde la ausencia de Ben.

La señora Julia era secretaria en una compañía que fabricaba zapatos. Después de separarse de Ben coloco su propio negocio de perfumes para ganarse unos centavos más.

Gabriela y Lucía, como ya estaban más grandes también comenzaron a vender perfumes en la universidad y Lucía comenzó a trabajar de recepcionista en un hotel.

— Tay sabes que la elección que tomes la voy a apoyar — dije de manera sincera colocando mi mano sobre su hombro.

— No creo que tome la decisión yo. La tomará mi mamá y a ella le entusiasma mucho que vaya a Nueva York a estudiar. Quiere para mí la oportunidad que Gaby y Lucía no tuvieron.

— Me harás falta — apunté con un puchero.

— Y tú a mi patico — me dijo poniendo su mano en mis rodillas.

Tayler me decía "patico" de cariño desde muy pequeños. Me puso ese sobrenombre porque un día que salimos del colegio mientras caminábamos a la casa comenzó a llover muy fuerte.
Tanto fue así que llegamos empapados a la casa y él dijo que parecía un "patico" todo mojado.

— No me lo puedo creer, primero Anthony se esfuma y ahora tú te vas — no pude esconder algunas lágrimas que de escaparon de mis ojos.

— Ey patico. No llores, vendré a visitarte cuando tu vengas a ver a tus papás. No soy tan degenerado como Tony en dejar todo así tirado y sin rastro.

No pude evitar sonreír. Era cierto, confiaba en que Tayler volvería. Habíamos sido amigos por más de 14 años. Amigos de los confiables.

Y se cumplió tal y como Tayler me lo había dicho.

11:11 [Terminada]Where stories live. Discover now