capítulo 13

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DOMINGO 6 DE MAYO.

ANDY.

La luz se colaba por las cortinas de la ventana dejando entrar un fino rayo de luz a mi habitación.

Abrí los ojos, di un bostezo y me senté estirando los brazos arriba.

Hacia un poco de viento, pero estaba bien para mí. Me gustaba sentir un poco el viento natural.

Observé el reloj que tenía en la mesita de noche, eran las 8:25 de la mañana.

Froté mis manos contra mis ojos y volví a bostezar.

Los domingos tenía el hábito de salir a trotar al parque en las mañanas, más o menos unos 20 o 30 minutos.

Me puse de pie y fui a la cocina para preparar mi batido matutino.

Preparé mi batido y comí un par de tostadas con aguacate y tomate.

El día estaba precioso. Hacía sol con la típica brisa de primavera

Terminé mi batido y fui a ponerme mi deportivo para salir a trotar.

Busqué mis audífonos, tomé las llaves del departamento, mi celular y salí.

Tenía también la costumbre de poner debajo del tapete de la entrada las llaves. Desde que las perdí una vez trotando decido dejarlas ahí escondidas.

Salí del departamento y le di play a la playlist que tenía es Spotify.

No control, de One Direction comenzó a sonar, amaba la música de One Direction para salir a trotar, sobre todo las canciones del primer y tercer álbum.

Llevaba más o menos 20 minutos trotando cuando se me acercó lo que menos pensé que se me acercaría un domingo: Marco.

Llevaba una camiseta sin mangas de color blanco que dejaba apreciar sus brazos bien definidos, una Bermuda a media pierna y unos tenis grises. Se veía realmente espectacular.

— Hola Andy — saludó cordialmente con esa encantadora voz sexy que tenía.

Me quité mis auriculares y comencé a enrollarlos al rededor del celular: lo sé, mala costumbre.

— Marco, que sorpresa verte — saludé también cordialmente e intentando tomar aire.

— Sí, digo lo mismo.

— Todos los domingos salgo a trotar - dije tratando de explicar porque está ahí. — Vivo cerca así que....

Me detuve un segundo a pensar. Soy una persona que recuerda todo lo que ve, sobre todo lo que ve y le gusta.

Como ese bolso que había en la tienda de Prada que tanto me gustó. Estoy segura que si hubiera visto a Marco antes en el parque lo recordaría.

¿Vendría de ahí el presentimiento de que lo conocía?

— ¿así que? — preguntó él, esperando a que yo continuará la historia.

Nada. No era del parque, era otro lugar, pero no estaba claro. Sólo recordaba sus ojos verdes esmeralda encantadores y su sonrisa coqueta.

— No te había visto antes aquí — reclamé con cara de confusión.

— Si es que me acabo de mudar por aquí para estar más cerca del trabajo y eso - se defendió él. Parecía algo muy creíble la verdad.

— Oh, comprendo. ¿Dónde vivías antes? — pregunté.

— Vivía en Georgia, en Atlanta — respondió relajado.

¿Si vivía en Atlanta como Tayler lo encontró? La verdad para ser sinceros era muy misteriosa la manera en cómo Marco llegó aquí. En fin, sería paranoia mía.

— ¿quieres desayunar? Cerca hay un café donde venden comida saludable y todo eso.

— Claro, encantada — respondí.

Caminamos hasta un local que quedaba en una parte muy comercial cerca del parque.

El local era todo verde y con muchas plantas alrededor. Algo realmente encantador.

Entramos y pedí un smottie con granola y un batido de fresa.

Marco ordenó unos pancakes de avena con fruta y jugo de naranja.

— ¿así que vivías en Georgia? —pregunté mientras desayunábamos.

— Si. Me mude allá con mi madre cuando era muy chico.

— Entonces ¿cómo conociste a Tay?

— Mi padre y el de él eran muy cercanos.

Se me habían acabado las jugadas. Las respuestas en donde estaba incluido cualquier cosa acerca de Ben Warren eran cerradas, si derecho a réplica o más preguntas.

Es cierto desde muy pequeña me llevo bien con Tayler y la señora Julia.

Gabriela y Lucía, sus hermanas mayores, también eran muy amables, pero de Benjamin Warren no puedo decir mucho. Casi no lo conocí.

— Claro — respondí pensativa. Había algo que no cuadraba en la historia.

— ¿y tú? — preguntó él de repente —  ¿cómo conociste a Tay?

— Vivíamos en la misma calle en Filadelfia y bueno ya después me vine a vivir aquí con mis padres y mis hermanos y seguimos teniendo contacto.

Era un poco raro compartir tiempo con Marco fuera del trabajo. Pero aun así era bastante agradable. Era una persona con muy buena vibra y me sentía cómoda con él.

— ¿vives cerca? — preguntó él de repente.

— Algo así, a unas pocas calles de aquí hacia al sur — respondí terminando el desayuno.

— Perfecto, entonces te acompaño hasta tu casa. La mía también queda cerca — sentenció sin derecho a réplica.

Se puso de pie y fui a la caja a pagar los desayunos. Salimos y comenzamos a caminar hacia mi casa.

— ¿quién te cae mejor? ¿Gabriela o Lucía? — preguntó de repente.

Gabriela y lucía eran las hermanas mayores de Tayler. Ambas eran bastante cariñosas y excelentes profesionales.

Gaby, (como le decíamos de cariño a Gabriela) era una gran ingeniera civil y vivía en Chile.

lulu, (como acostumbramos a llamar a lucia) por otra parte, había estudiado administración de empresas igual que Tayler, pero ella trabajaba en el área de logística de un hospital en Filadelfia.

— Creo que ambas son geniales — respondí con sinceridad. Aunque hacía mucho no las veía, me caían muy pero muy bien.

— Es extraño que Tay tenga ese temperamento cuando su madre y sus hermanas son tan amables. — apuntó Marco mientras pasábamos la calle.

— Tay tuvo una época difícil con su padre aquí en Nueva York. Esa señora no era nada amable con él.

Tayler sufrió bastante con Eleanor y su padre cegado por la belleza de esa mujer no hizo nada más que creerle a ella y no a Tay.

— Así es. Es duro para él lidiar con ella y su hijo.

Cuando Benjamin Warren murió, dejó el 50% de la empresa a Eleanor y James y 50% para Tayler.

El intentando liberarse de esa mujer tan cruel y dejar todo en el pasado le compro la parte que le correspondía de la empresa, quedando así el con el 100% de las acciones y liberándose de ella y de su hermanastro.

Llegamos a el edificio donde vivía. Fue una mañana agradable para mi parecer. Aprecié la compañía de Marco.

Marco siguió su camino unas cuadras más arriba donde quedaba su nuevo departamento y el día transcurrió ahora si normal, sin ninguna otra sorpresa. Por ahora.

11:11 [Terminada]Where stories live. Discover now