capítulo 27

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—  hola Tay, ¿cómo va todo? — respondí el teléfono después de escucharlo sonar en la cocina.

Era 5 de enero y pronto volveríamos al trabajo, así que Marco y yo ya habíamos vuelto de California.

— ¿te parece si vamos a cenar hoy a "cheese cake Factory"?

Me apoye sobre el mesón de la cocina. Que invitación más sorpresiva a cenar

— 7:30 p.m estoy allá — respondí ante la invitación.

— Gracias Andy. Créeme que te gustará la propuesta que te tengo.

7:00 p.m
Estaba en mi habitación terminando de organizarme para la cena de esta noche.
¿Qué propuesta? me entregó el cargo de directora de recursos humanos con 0 experiencia. ¿Qué más podría darme?

Tayler estaba sentado en la zona VIP como de costumbre. Al notar mi presencia levantó su mano, dándome la señal para que fuera allá.

Llegue y estaba con Verónica a su lado.

— Andy — saludó Verónica en un tono cordial y amigable como siempre.

— Hola vero, ¿cómo estás? — saludé también, dándole un abrazo.

— Bien preciosa — respondió ella.

Tomé asiento al frente de Verónica y mire a Tayler expectante.

— Esperemos un momento a Marco, es algo importante que Vero y yo tenemos que decirles — apuntó el ante mi mirada de confusión.

¿Quería preguntarnos algo sobre nuestro noviazgo? ¿Lo vería como una desventaja laboral? ¿Estaría en desacuerdo?

OK. Si, demasiadas preguntas y poca información.

Vero era profesora de primaria en una escuela de la ciudad. Había conocido a Tayler en un evento de beneficencia en donde habían coincidido.

A los pocos minutos llegó Marco como siempre impecable, con una camisa negra ajustada que le quedaba sumamente genial.

— Marco, amigo — saludó enérgicamente Tayler colocándose de pie y estrechando su mano.
Vero también se levantó y Marco dio la vuelta a la mesa para abrazarla.

— Hola cariño — me saludó a mí con un tierno beso en los labios.

Marco estaba en proceso de vender su departamento para mudarse al mío. Así que no nos habíamos visto desde que llegamos de donde mis padres.

— Hola mi amor — saludé con una sonrisa.

Ahora fue Marco quien tomó asiento a mi lado y miró a Tayler y a Verónica de manera inquietante.

— Ustedes son una pareja hermosa — comenzó Verónica en su típico tono pausado y tranquilo. Había que aceptarlo. Vero también era salvadora de los cambios de carácter de Tayler.

— Son parte de esta historia. De mi historia desde que éramos unos niños —apuntó ahora Tayler de manera alegre y tranquila fijándose más directamente en mí.

Verónica procedió a sacar de su bolso unos pequeños regalos envueltos en papel de regalo verde con un moño pequeño de color azul y rosado.

Me entregó uno de los paquetes a mí y otro a Marco. Nos miramos al instante con la misma expresión en la cara de: "¿qué rayos es esto?"

— ¿qué esperan? Desaten los regalos. — pronunció vero con una gran sonrisa. Se veía muy entusiasmada.

Halé de uno de los extremos de la cinta que hacia el moño y quité el papel de regalo.

Un pequeño juguete de bebé, de los que agitas y producen sonidos estaba dentro de el empaque.

Solté el pequeño cascabel y tapé mi boca con mis manos aun observando el pequeño juguete.

— Tay es... — comenzó a decir Marco también con su cara de sorpresa. Miró a vero y miro a Tayler.

— Vamos a ser padres — contestaron Vero y Tayler al mismo tiempo.

No pude evitar emitir un gritito de felicidad y levantarme a abrazar a Vero y a Tayler.

Marco también copio mi acción de ponerse de pie y abrazarlos.

— En serio es que... no lo puedo creer — dije con los ojos algo vidriosos de la emoción.

— Nosotros tampoco creemos que ya vayan 4 meses — afirmó vero entre risas.

Vero y Tayler llevaban casado algo alrededor de 7 años ya. Tayler siempre quiso formar una familia que fuera funcional y no un desastre como fue la de él en su momento. Quería ser ese padre ejemplar que apoyaba a sus hijos en toda situación y no ser como Ben.

Sin embargo, luego de muchas citas médicas y procedimientos. Se había llegado a la conclusión de que Verónica no podía concebir hijos ya que era algo arriesgado.

— ¿Que dijo mi querida señora Julia Tay? — preguntó Marco cuando nos volvimos a sentar.

— Que te puedo decir. Para que su primer nieto sea de su hijo menor es mucho que decir — aseguro Tayler con esa sonrisa tan característica de él.

— Ahora viene la parte más importante — anunció de repente Vero colocando sus manos sobre la mesa y entrelazando sus dedos.

Tayler la observo de manera relajada y con ternura.
Marco y yo miramos muy atentamente a Vero ya que se estaba dirigiendo a nosotros y queríamos poner toda nuestra atención a ella.

Marco tomó mi mano por la parte de abajo de la mesa. Su calor me hacía sentir más tranquila.

— Tay y yo queremos que sean los padrinos de Michael.

Nos tomó por completa sorpresa.

— ¿es un niño? — preguntó Marco incrédulo por la propuesta que nos habían hecho a el y a mí.

— Una lindo y dulce niño — afirmó Tayler colocando su mano en el abdomen de Vero.

Marco y yo nos miramos y como si el mero hecho de que nuestras pupilas se juntaran se tomara la decisión.

— Claro que si — respondimos los dos al mismo tiempo.

Más abrazos, más risas y más lágrimas de felicidad.

Llegó el mesero para tomar nuestro pedido y en ese momento fue cuando nos dignamos a observar el menú para decidí que pedir.

Mientras cenábamos seguíamos hablando de él nuevo integrante de la familia Warren.

— Sabes lo importante que es para mi familia los padrinos Andy — exclamó Tayler mientras cenábamos.

Era muy cierto lo que decía: en la familia Warren, los padrinos son muy importantes en la vida de sus ahijados.

La señora Julia, insiste en mantener la tradición de que si algún día los padres del chico o chica faltan. Los padrinos son los que deben hacerse cargo de la educación y crianza de él o ella.
Aunque también mantiene la tradición de que los padrinos son quienes debemos ser los guías espirituales de los chicos guiándonos por los principios de la religión.

— Claro Tay. Entiendo lo importante que es para tu mamá.

11:11 [Terminada]Where stories live. Discover now