capítulo 40

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ANDY. 15 DE NOVIEMBRE DE 2019

ya no sé cuánto tiempo llevaba aquí metida, quizás ¿uno o dos días? No sabía exactamente cuánto tiempo había dormido. Solo recuerdo que cuando llegamos aquí me aplicaron algo que me durmió no sé cuánto tiempo.
Cuando desperté, el hombre que tenía como alias "hulk" coloco sobre la cama una manta que parecía caliente.

me iba a dar de comer, pero me negué, podían haber metido cualquier cosa y poderme intoxicar o matar.
Después hablé con Marco y volvieron a aplicarme lo mismo para dormir. Ahora estaba de día.

Estaba atada de pies y manos a una silla de madera, llevaba la misma ropa que llevaba el jueves en la mañana cuando me secuestraron. En el cuarto donde estaba solo estaba una cama y un pequeño baño al lado.

Sentí ese sabor metálico en mis labios y supe que me habían reventado la boca. Mis brazos seguían morados y tal vez me encontrará deshidratada.

Estaba vez entro un chico que no había visto antes, con una bandeja que tenía dos sándwiches.

Tenía hambre, no sabía cuánto tiempo había estado sin comer, pero no me podía confiar en ellos.

— Come, no tienen nada malo. Los prepare yo mismo — dijo el chico al notar mi cara de duda ante los sándwiches.

— ¿y crees que confiaré en ti? — pregunté.

— Escuché a Will, no te quiere muerta. Solo quiere asustar a Tony.

No dijo nada más, solo me inyecto de nuevo ese líquido que me dejaba como atontada y salió encerrándome con llave. Paso por mi mente la opción de que esta sería mi muerte.

De un momento a otro escuché unos disparos en la planta de abajo. Me asuste.

Observé por la ventana, pero no vi a nadie cerca. Genial ahora estaba alucinando.

Volví a oír más disparos y ahí fue donde supe que no eran producto de mi imaginación.

— Andy — gritó Marco.

En ese instante mi esperanza recobro vida. Vi el más mínimo destello de luz al final del camino cuando escuché su voz.

— Marco — intente Grité en su respuesta — Marco, arriba.

Sentí unas pisadas fuertes por las escaleras.

— ¿Andy? — preguntaba Marco desesperado.

— Marco aquí. — respondí, pero sentía que no tenía aire suficiente. El mundo estaba nublado a mi alrededor y todo giraba.

— Apártate te la puerta.

Marco dio un disparo a la cerradura y logró abrir la puerta.

Corrió hacia mí y me desató. Nos abrazamos más fuerte que nunca y yo comencé a llorar.

— Tranquila, tranquila. Todo va a estar bien.

Escuché como le quitaban el seguro a una de las armas y corrí a Marco de mi lado para tener mejor visualización de que estaba ocurriendo.

El chico que me había dado de comer tenía un arma apuntando a Marco.

— Déjala Jensen — amenazó el chico.

Marco también apuntó con su arma hacia el chico y comenzó a caminar en circulos sin perder de vista el blanco.

— Esto no es problema tuyo. — contestó él con firmeza.

— No hagas que Will pierda la cordura y termine pagando ella.

Me señaló con la mirada y me aterro, aún seguía sentada en la silla y mareada.

— Will es lo que menos me importa en este instante.

El muchacho entrecerró los ojos y cuando iba a disparar, todo pasó demasiado rápido.

Tayler entró y prendió fuego contra el muchacho quien cayó al suelo, al mismo tiempo Will estaba caminando por el pasillo dando disparos a Tayler y Marco comenzó a atacar a Will desplomándolo en medio del pasillo.

Pegue un grito de horror al ver como Tayler se desangraba a centímetros míos.

Busque las fuerzas para levantarme e ir hacia él.

Me tire al suelo y tome su cabeza.

— Tayler, Tayler mírame eh — comencé a llorar — Tu... tú te tienes que quedar aquí conmigo... Michael te necesita, Vero te necesita, Marco te necesita, Velavente yo te necesito... Tayler, yo te necesito más que a nadie.

Marco sacó su teléfono y llamó a emergencias mientras yo seguía sosteniendo la cabeza de Tayler mientras sangre salía de los orificios de bala.

Sentí que me quitaban el aire, que se me desgarraba el alma y el corazón se me hacía añicos.

— Te dejé en buenas manos Andy — dijo Tayler casi de manera inaudible y entrecerrados los ojos.

— No, no, no. Tú te tienes que quedar aquí conmigo, oíste. Aquí Tayler — sorbí por la nariz.

Llegó la ambulancia y se llevaron a Tayler de inmediato al hospital.

Mientras Marco contactaba a Verónica, a mí me hacían estudios para saber cómo estaba.

Al parecer, lo que habían inyectado esos criminales en mí, era una especie de calmante extra fuerte. Me conectaron a suero, porque había pasado 3 días sin probar bocado y estaba colapsando mi cuerpo.

Dormí un rato, ya de manera natural en mi camilla.
Cuando desperté, entreabrí mis ojos y vi que Marco estaba a mi lado sosteniéndome la mano.

— ¿cómo sigues cariño — preguntó notando que ya estaba consciente.

— ¿cómo está Tayler? — pregunté de inmediato.

— El... tuvo una herida en el cuello, cerca de la aorta y....— parecía estar buscando las palabras adecuadas para explicarme. — No tuvo tiempo — terminó con la voz quebrada y los ojos llorosos.

Me desarme por completo.

Inhalé profundamente y comencé a llorar. Pensé en Michael, en Verónica, en la señora Julia que estaba en Filadelfia, en Gabriela y Lucía, en los hijos de ellas.

Tayler aún tenía tanto que vivir, tanto que hacer.

— Fue... fue mi culpa — se quejó Marco limpiándose algunas lágrimas que se le habían salido. — Si no hubiera hecho lo que hice hace tantos años, si hubiera estado ese día a Queens a hacer ese negocio. Tayler murió y tu estas aquí por mi culpa.

Sentía tanto dolor dentro de mí que parecía que no resistiría más.

Había perdido a papá, ahora perdí a Tayler y todo comenzó desde que Marco Cruzó las puertas de la empresa.

Es cierto. El día que me contó toda la verdad, le asegure que un pasado no define a nadie. Pero me estaba dañando y lastimando a mi todo eso.

Había acabado de perder a mi padre, lo cual me hizo el alma trizas. Aunque estuviera tranquila en la oficina, cuando llegaba a mi casa y estaba sola, sentía un frío en mi interior y un vacío indescriptible.

Luego ocurrió esto. Un secuestro es algo abominable. No tienes ni idea de lo que te esperas, temes a cada segundo que al siguiente solo seas alguien que existió y te matan o sabrá Dios que otras cosas horrendas te puedan ocurrir.

Y presenciar la muerte de tu mejor amigo, de tu sombra durante años de amistad es devastador. Ver como se desangra en tus manos y escucharlo decir sus últimas palabras es la pesadilla más grande del universo.

Me dolía el corazón pensar que Tayler había muerto cuando habíamos pasado tantas cosas juntos.

Marco apoyo su cabeza en mi mano y me la beso con dulzura mientras una lágrima salía de sus ojos, pero yo aparte mi mano enseguida.

Es increíble como una noticia así te cambia la vida en un instante y todo a tu alrededor se vuelve diferente. Como literalmente sientes que te falta un pedazo dentro de ti.

11:11 [Terminada]Where stories live. Discover now