11:11 [Terminada]

capítulo 31

septiembre 25 2019

Tayler había estado nervioso los últimos meses.

Unas semanas antes de que Marco entrará, lo noté un poco distraído y seguía con un comportamiento algo similar.
Estaba intentando disimularlo, pero la verdad Tayler podía mentirle a cualquiera menos de mí, sabía perfectamente cuando Tayler mentía.

Recuerdo que cuando éramos pequeños y yo estaba en la casa de los Warren y Tayler mentía, la señora Julia me preguntaba si él estaba mintiendo o no.

Caminé hacia la oficina y toqué la puerta.
Escuché un "si pase" de Tayler, así que me asomé.

— Oh Andy, eres tú, pasa tranquila.

Entré y cerré la puerta detrás de mí.
El siguió concentrado en lo que estuviera haciendo en su computador.

Me senté en una de las sillas que estaba al frente de su escritorio y me quedé mirándolo unos minutos.

— ¿ocurre algo? — preguntó al ver que yo no decía nada.

— Eso pregunto yo — respondí seria.

— No, no pasa nada. ¿porque lo preguntas?

— No lo sé, llevas casi un año actuando muy extraño.

— No sé de lo que hablas Andy — apuntó riendo con nerviosismo.

— He notado que últimamente estas teniendo gran afinidad con nuestro director de finanzas. — dije mintiendo. Desde que Marco piso la primera baldosa de esta compañía se había vuelto la mano derecha de Tayler

En ese momento había dejado de escribir lo que fuera que estuviera escribiendo y me miró.

— ¿qué pasa con Marco?

— Nada, solo que tu actitud sospechosa y la manera tan extraña de tu compañerismo con Marco, teniendo en cuenta también que yo como directora de recursos humanos no tuve ni voz ni voto en esa elección, me intriga.

— Está bien te diré la verdad — afirmó el dejando de lado todo lo que estaba haciendo y centrando su mirada en mi — Me sorprende que no te haya dicho nada. Cuando prometió decirte después de año nuevo pero bueno. Ya que.

En ese instante cambie mi expresión seria a una curiosa. ¿Cómo que me dirá la verdad? Así que... ¡lo sabía! Me había estado mintiendo, pero, ¿por qué?

— Andy... tu conoces a Marco.

— Por favor. el día que llegó lo conocí.

— No no. Cuando tú le dijiste a él el primer día si se conocían él te mintió.

— Tayler ¿qué estás diciendo?

— Andy, él es Anthony Rogers.

Pareció como cuando toman una foto y te queda el brillo del flash en los ojos.

En mi memoria apareció mi imagen de pequeña, con el vestido color lila que tanto me gustaba.
Tenía 14 años y estaba sentada al frente de un piano.
Recordé perfectamente lo que tocaba " la quinta sinfonía de Beethoven"
Iba en medio de la partitura cuando se me fue una tecla que no debía ir.

— No estuvo nada mal.
Un chico de ojos verdes, dos años mayor que yo, estaba recostado en la puerta con los brazos cruzados mirándome.

— Siempre me equivoco en la misma parte de la partitura y siempre la repaso. — protesté molesta.

— Quizás sea porque siempre entró a la habitación en la misma parte. — dijo él entrando en la habitación y sentándose a mi lado, mirándonos uno al otro.