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capítulo 19

Lunes 8 de octubre de 2018

No voy a mentir. Estaba bastante nerviosa de ir a trabajar.

Marco y yo ya habíamos oficializado todo.

Llegue a la recepción y Marco llegó al mismo tiempo.

— Buenos días cariño — me saludó frente a Artie quien se quedó mirando intrigada.

— Marco — susurré con sorpresa.

— ¡ay por favor! ni que fuéramos los primeros novios en una empresa — afirmó el sujetándome por la cintura — Artie, quisiera decirte que Andy y yo oficialmente somos novios.

— ¡Ay que emoción! — gritó Artie llena de alegría — Al fin una pareja en la compañía.

— ¿Qué paso aquí? — preguntó de repente Santiago que había salido de las escaleras.

— Andy y Marco están saliendo — exclamó Artie con alegría.

— Wow, enserio felicidades. — dijo Santi y nos abrazó a ambos - Eres un Ángel de buen agüero Marco. Desde que llegaste solo son buenas vibras en esta empresa.

Marco no pudo evitar reírse ante la analogía — Gracias Santi.

— Los dejo colegas, voy a la ecografía de mi esposa.

— Espero sea una hermosa princesa — apunté con ternura.

Santiago y su esposa Jane estaban esperando un hijo y hoy se podría conocer el sexo.

— Lo que sea siempre y cuando sea un bebito sano — apuntó Santiago y salió por la puerta principal

— Bueno y... ¿Qué dice el jefe? — preguntó Artie apoyando los codos sobre la mesa.

— Tengo que hablar con el — aseguré temerosa.

Puede que Marco hubiera hablado con Tayler y hubiera hecho maravillas. Pero como amiga y como empleada de él, sentía la responsabilidad de hablar con él y dejar las cosas claras.

"Las cuentas claras y el chocolate espeso"

— Eres su mejor amiga. Créeme que se alegrará mucho por ti — afirmó Artie con una sonrisa.

Marco y yo también sonreímos y comenzamos a subir para nuestras oficinas.

— Voy a subir donde Tay a conversar un rato — le comenté a Marco cuando llegamos a la oficina de él.

—  Claro cariño. Es entendible — afirmó él y me acarició la mejilla.

Me dio un tierno beso en los labios y siguió caminando por el pasillo para su oficina.

Me quedé mirándolo embobada. Aquel apuesto, caballeroso, dulce y tierno hombre era mi novio. Me sentía enormemente feliz de tenerlo como mi novio.

Seguí subiendo y llegué a la oficina de Tayler.

— Buenos días Mónica — saludé con amabilidad a la secretaria.

— Buenos días Andy — me devolvió el saludo.

— ¿será que Tayler está ocupado?

— La verdad no, acabó de llegar.

— Excelente. Voy a hablar un minuto con él.

— Si claro pasa.

— Gracias.

Toque la puerta primero por educación, aunque ya sabía la respuesta.

— Si pase. — dijo él al otro lado de la puerta.

Abrí la puerta y entré.

— Oh Andy. Buenos días — saludó él, levantando la vista del computador.