11:11 [Terminada]

Capítulo 32

La realidad a veces duele. A veces no es como la queremos, pero toca aceptarla. Es difícil, muy difícil pero no tenemos otra alternativa.

- Me mude del vecindario cuando tenía 17 años, en mayo de ese mismo año, mi padre comenzó a volverse alcohólico. Llegaba todas las noches ebrio a la casa. Una vez llegó a quebrar todos los platos de la cocina. Era un completo desastre, pero mi madre lo toleraba. hasta que una vez la golpeó...

Presté atención a cada detalle, había conocido a su familia tan bien y tan unida que se me hizo difícil comprender lo. Cuando tienes una imagen de algo o alguien es complicado cambiar la percepción que tienes de ella.

- Un día - continúo contando. - Mi mamá se hartó y pidió el divorcio. Así sucedió, solo un mes después mi madre y yo estábamos viviendo en Boston. Mi mamá se levantaba temprano para ir a trabajar y llegaba muy tarde, la mayoría de las veces ya me había dormido y al ella irse en las mañanas yo seguía dormido. Prácticamente me crie yo solo. Pensé en un tiempo irme a vivir con Tayler y su familia, pero me enteré que se había ido a California con Ben así que tampoco fue una opción.

- ¿tu seguías hablando con Tayler? - pregunté.

La verdad recuerdo a la familia Rogers como una familia de clase media normal, su padre trabajaba y su madre trabajaba desde la casa para estar pendiente de las tareas de Tony.
Tayler, Tony y yo éramos mejores amigos en la escuela y vivíamos en el mismo bloque de casas.
El primer día del verano, la familia de Antony se había mudado sin dejar rastro y sin decir adiós. Todos nuestros compañeros nos preguntaban a Tayler y a mí por el, pero ninguno de los dos daba respuesta.

- Si, yo seguía hablando con él, pero siempre le dije que no dijera nada en la escuela y mucho menos a ti de que la sabia dónde estaba y como estaba.

- ¿por qué?

- Lo sabía que yo te atraía y no quería hacerte daño.

Me sorprendió enterarme de todo esto sinceramente.

- Cuando cumplí 19, comencé a andar en malos grupos. Pandilleros y cosas así, nos ocultábamos en edificios viejos a tomar alcohol. Como mi madre seguía en el trabajo, invitaba chicas al departamento... no era una vida muy ejemplar que digamos.

Note su vergüenza al contar esto, se nota que no había tenido una adolescencia fácil con su padre ausente y su madre en el trabajo.

- Aun así, entre a la universidad, pero cada vez que era vacaciones me reunía con Will y ellos para comenzar las malas andanzas.

Hubo un silencio y note como sus ojos se volvieron cristalinos, como su pierna comenzaba a temblar. Estaba nervioso.

Tomo un poco de su café y me miró, para mi sorpresa tenía una mirada de culpa.

- En una de esas vacaciones nos metimos a las bodegas viejas que había en el barrio. Will invito a unas amigas a pasar el rato mientras bebíamos vodka.
Ya era muy de madrugada y todos estábamos muy borrachos la verdad, yo ni siquiera recuerdo bien las cosas, habíamos bebido como 3 botellas entre las 6 personas que había.

Su nerviosismo comenzó a aumentar y sus manos comenzaron a temblar. La verdad me dolía verlo de esa manera, pero quería saber que había ocurrido.

- Había una chica...- sorbio por la nariz - Se llamaba Raquel y era muy bella la verdad. Tenía el cabello rojizo y unas ondas que le quedaban genial. No tuve el más mínimo cuidado en subirla en el auto y hacerla mía en ese mismo instante.

Me recorrió un aire frío, al escuchar eso.

- Tampoco tuve ningún cuidado en conducir con una botella entera de vodka fluyendo por todas mis venas y pasarme el semáforo en rojo. Ella... - su voz se quebrantaba- ella no llevaba el cinturón. Desperté 15 días después en el hospital. Raquel nunca despertó.

TRÁGICO.

Un silencio nos envolvió a ambos. Mi asombro ante la historia se notaba en mi cara y se sentía en el ambiente lo duro que era para Tony eso.

- Raquel era la novia de Will, él es mucho mayor que yo y tenían planes de casarse. El juro vengarse de mí de cualquier manera. Juro que me quitaría lo que más quería en mi vida. Supe que había jodido todo en un instante entonces comencé a tomar decisiones. Mi mamá y yo nos mudamos a Nueva York y me cambié de universidad también. Quise iniciar mi vida desde 0, ser un nuevo yo con la mejor versión así que cambié mi identidad - y señaló su pelo ahora rubio y su nariz un poco más perfilada - y me convertí en gerente de finanzas. Dedique cada segundo de mi tiempo a ser el mejor y darle la mejor vida a mi madre, que es lo que hago ahora.

Parecía una locura todo lo que Tony me estaba contando. Como un problema familiar como la separación y el poco interés de sus padres a él había desencadenado en esto.

Sin embargo, me dejaba si palabras su valentía al querer comenzar desde cero su vida. Al proponerse una meta de darle a su madre la mejor calidad de vida.

Me asombraba también la actitud de Tayler, guardo el secreto durante todo este tiempo.

- Tony pues... la verdad no se ni que decir, me parece hermoso la decisión que tomaste al reiniciar.

- ¿todo sigue igual entonces?

Tome un largo suspiro y un gran sorbo de café

- A una persona no lo define su pasado, la maestra de lengua Castellana siempre nos decía: "si no te afectan las cosas, no aprendes" y tiene toda la razón. Si no te hubiera ocurrido lo que ocurrió tal vez seguirías en las mismas actitudes y tal vez sería hasta peor, pero supiste como aprovechar ese error para superarte y salir adelante.

A Tony se le iluminó el rostro cuando dije eso, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, me tomó de las manos y me miró a los ojos aún con ellos llorosos.

- Créeme cuando te digo que ya soy una persona completamente diferente y que en verdad aprendí de ese error y jamás dejare que te ocurra algo por mi pasado.

Una sonrisa y un corto beso en los labios fue lo único y creería que lo mejor que se me pudo haber ocurrido en ese momento.