Capitulo 5

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— Mihrimah, me gustaría que ese fuera tu nombre. — Suleyman sonrió, justo cuando Sherezade se acercaba a el después de terminar de bailar.

Ambos habían pasado los ultimos días juntos, ya todo el palacio rumoraba que al fin había llegado alguien capaz de desplazar a la sultana Hürrem del corazón del sultán.

— ¿Que significa? — preguntó curiosa.

— Es sol y luna, tu eres mi sol y mi luna, la mujer mas hermosa del palacio. — sonrió el, acariciando su mejilla levemente.

— Suena hermoso. — sonrió ella.

— No tan hermoso como tu. — el sultan sentía que esa pelirroja ya lo tenia en sus manos y no le importaba en lo mas mínimo, seria su esclavo si ella lo quisiera.

— Mihrimah, me gusta. — ella sonrió, haciendo sentir al sultan que su sonrisa era la mas hermosa que había visto.

Aun así, ella no pudo evitar sentir que no quería estar en ese palacio, no después de leer todas las desgracias que en un futuro vendrían, pues aunque quisiera, no podría evitarlas, estaba escrito, Selim seria el sultan y mataría a sus hermanos al llegar al trono, el príncipe que aun no nacía seria el inicio del fin.

— Mi sultana Mihrimah, la sultana del sol y la luna. — el sonrió, besando su frente.

— No soy una sultana. — ella lo miró sonriendo, ni por un segundo querría ser una, ella no estaba hecha para vivir con una daga bajo su almohada.

— Lo seras, darás a luz a un príncipe, a un poderoso príncipe. — el la miró con una sonrisa, mientras ella sentía su estomago retorcerse al escucharlo, esperaba que su Dios no la castigara de esa forma.

Su desayuno se vio interrumpido por unos toques en la puerta, mientras el sultán ordenaba que entraran.

— Su majestad. — Ibrahim entró en los aposentos, haciendo una reverencia. — El consejo lo espera.

— Voy en un momento Ibrahim. — asintió, mientras este salía de los aposentos. — El trabajo me llama.

— Parece que si. — ella lo miró con una sonrisa.

— Volveré por la tarde, puedes quedarte aquí si lo quieres o ir al harén, se que mi madre tendrá una fiesta. — el sultán sonrió, mientras la joven asentía.

Besó nuevamente su frente y salió de los aposentos, dejándola ahí, con un terrible sentimiento, pues se había dado cuenta que comenzaba a tener sentimientos por el sultan, sentimientos que solo podrían tener un nombre y que no estaba segura de querer aceptar.

Tomó sus cosas, necesitaba despejarse de todo, pues su cabeza comenzaba a dar vueltas, mientras observaba el amuleto colgado en su cuello, dándose cuenta que quiza por eso estaba ahí, tal vez este siempre había sido su destino.

Su mente de pronto fue hasta Dimitri, su hermano, se preguntaba como estaría el, si tal vez la extrañaba o la buscaba al menos, después de todo, no sabia como funcionaba el tiempo ahí, tal vez solo habrian pasado días en el futuro o tal vez serian años, temía descubrir que nunca lo sabría con exactitud.

Llegó hasta el pequeño balcón de favoritas, mirando la fiesta en el interior del harén, las mujeres bailaban y reían, mientras otro grupo de mujeres simplemente estaban sentadas, disfrutando del espectaculo.

Mihrimah veía todo desde el balcon de favoritas, siempre le habían gustado las fiestas, sobretodo las gitanas, sentarse alrededor de una fogata y bailar o cantar le encantaba, sentía que era una forma de liberarse o al menos así lo era para ella, se sentía un ave libre cada vez que bailaba.

Dynasty ||•Sultan Suleyman•||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora