Capitulo 9

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Fecha: 24 de agosto de 1522

— Firial por favor, quiero un poco de esos dulces. — rogó Mihrimah.

— Has comido demasiados dulces Mihrimah, podrías enfermarte. — ella la miró riendo.

Habían pasado unos meses desde se se había descubierto el embarazo de Mihrimah, la valide sultan le había dado unos aposentos alejados del resto poco tiempo después de que la noticia saliera a la luz y aun seguían mintiendole a Kasim Paşa, diciéndole que la joven estaba cada vez mas enferma y por eso no había viajado a Edirne.

Mihrimah había rogado dia y noche a Allah, pidiendo y orando por que el bebe en su vientre fuese una niña, deseaba que así fuera, pues temia perderlo, temia que el palacio se lo tragara, tal y como haría con los demás príncipes.

— Por favor Firial, mi pequeña sultana tiene hambre. — la pelirroja hizo un puchero, haciendo reír a la mujer.

—¿Como sabes que será una niña? — preguntó con una sonrisa.

— No lo se, solo ruego que así sea. — ella acarició levemente su vientre. — Apuesto que seras una hermosa niña.

— Podría ser un príncipe, podrías ser sultana si asi fuera. — Firial la miró.

— No quiero hablar de eso Firial, aun faltan algunos meses y si Allah lo quiere, daré a luz a una bella sultana. — la pelirroja la miró sonriente.

— ¿El sultan te ha escrito? — la mujer cambió de tema.

— No lo se. — ella negó. — Probablemente no, o tal vez si y nadie me entrega sus cartas, ya sabes que estoy encerrada aquí, no puedo siquiera salir, solo puedo ver el mundo girar por esa ventana.

— La sultana lo hace por tu bien. — ella acaricio su brazo. — Las demás mujeres del sultan podrían intentar hacerte daño.

— Voy a enloquecer Firial, no te ofendas pero solo hablo contigo, nadie mas me visita y cuando Nuray lo intentó, la corrieron. — ella negó. — Necesito salir de aquí, quiero ir al jardin, quiero caminar, quiero estar fuera de estas cuatro paredes.

— Ten paciencia Mihrimah, el sultan regresará pronto. — ella sonrió. — Te traeré delicias turcas.

— Y un postre de los que Sheker prepara. — sonrió la joven.

— Bien, así será. — Firial salió de los aposentos con una sonrisa, dejando a la joven sola.

Mihrimah sonrió satisfecha, aunque no podía salir, al menos podía disfrutar de algo y era pedir todo lo que quisiera, con la excusa de que era su bebe quien lo quería.

La sultana Hafsa sonreía alegre al ver a las mujeres del harén bailar, mientras Hatice la miraba negando.

— Madre, ¿porque Mihrimah no sale de sus aposentos? — preguntó.

— No quiero que Hürrem la lastime en un ataque de celos. — ella la miró. — Oh peor aun, que le haga daño al bebe.

— ¿Tu crees que Hürrem sería capaz de hacer algo así? — Hatice la miró expectante.

— No lo se Hatice, Hürrem es muy impulsiva y puede cometer errores, uno como ese, le costaria la cabeza. — ella asintió.

— ¿Que pasará con Mihrimah cuando de a luz?

— Allah mediante dará a luz antes de que mi leon regrese. — ella sonrió. — Le diré a mi hijo que murió en el parto y la exiliaré.

— ¿Que pasará si no quiere irse madre? — Hatice la miró con curiosidad, necesitaba saber hasta donde podría llegar su madre.

Dynasty ||•Sultan Suleyman•||Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz