Capitulo 31

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La sultana Hafsa decidió entonces entrar a los aposentos, siendo seguida por las demás sultanas, encontrándose a una destrozada Firuze dentro.

— ¿Que ha ocurrido mujer? — preguntó a la doctora.

— Lo siento mucho sultana. — ella respondió. — El bebe no respira.

La mujer trataba de hacerlo llorar, golpeandolo, pero nada parecia funcionar.

— ¡No, no! — gritó Firuze. — ¡Hagan algo, por favor!

— ¿Como pasó? ¿La caída tuvo algo que ver? — la sultana madre preguntó.

— No lo sabemos sultana, pudo haber sido eso. — la doctora respondió.

Mihrimah observó a la mujer frente a ella llorar desesperadamente, mientras el pequeño poco a poco perdía el color.

— ¡Basta, damelo ya! — ella habló, haciendo que un silencio cayera en los aposentos.

— Mihrimah no te inmiscuyas en esto. — la sultana Hafsa susurró.

— ¡Que me lo des! — le gritó a la doctora, asustandola con su potente grito, mientras esta le entregaba al bebe.

Mihrimah suspiró, golpeando levemente su espalda, recordando las clases que habían recibido en la escuela.

— ¡Vamos cariño, por favor! — susurró en voz baja. — Escupe cariño.

Suspiró al sentir al fin en sus dedos una masa extraña, sacándola de la boca del bebe, para después golpear un par de veces mas al niño, hasta lograr que llorara.

— Eso querido. — sonrió, recibiendo una manta para envolverlo. — Sin duda eres un príncipe valiente cariño.

La sultana Hatice la observó con una sonrisa, mientras Mihrimah le pasaba el bebe a Firuze, aun con la sonrisa plasmada en su rostro.

— Estaré agradecida por siempre contigo Mihrimah. — susurró Firuze.

— No me agradezcas, no he olvidado lo sucedido y esto no nos deja a mano, no permitiré que te quedes en el palacio. — ella la miró, borrando su sonrisa. — El sultan me ha otorgado el permiso para decidir tu futuro después de que su hijo naciera, seras exiliada al palacio de caza, no quiero volver a ver tu rostro.

— No tienes ese poder Mihrimah. — la sultana Hafsa la miró.

— Es eso o que muera, elija usted sultana. — Mihrimah la miró desafiante, no iba a perdonarle lo que le había hecho a su hijo.

Curiosamente para todos, Mihrimah habia salvado la vida del hijo de la mujer que intentó matar al suyo, los designios de Allah eran sin duda extraños.

A pesar de la molestia y el enojo de Mihrimah, la sultana Hafsa había decidido que Firuze se quedara en el palacio e incluso había puesto protección para ella y el pequeño príncipe, alegando que Mihrimah podía llegar a lastimarlo.

Fecha: 18 de diciembre de 1523

— ¿Como está el pequeño principe sultana? — Mihrimah preguntó a Hatice con una sonrisa, no podía negar que desde que habia tenido en brazos a ese niño, un extraño cariño por el habia nacido.

— Está bien, bastante sano. — ella sonrió. — Es hermoso.

— Imagino que si. — ella asintió de acuerdo.

— Sultanas, la madre sultana las espera en sus aposentos. — Daye informó.

— Bien, vamos ahora. — Hatice sonrió, ayudando a Mihrimah a levantarse, pues su enorme vientre de 8 meses le impedía hacerlo. — Es mas grande que cuando estabas embarazada de Mehmed.

— Lo es, al parecer será una sultana enorme. — ella sonrió.

— O un príncipe igual a su padre. — ella se burló.

— Claro que no, este pequeño bebe y yo tenemos un acuerdo, ¿cierto cariño?. — la pelirroja acarició su vientre, recibiendo una patada del bebe. — ¿Lo ve? Estamos de acuerdo.

— Me encantaría que ya naciera, será un principe, estoy segura de ello. — Hatice asintió para si misma, justo cuando ambas llegaban a los aposentos de su madre.

— ¿Donde estaban? Mi leon no tarda en aparecer por aquí. — la sultana las reprimió a ambas.

— Madre, ya estamos aquí. — Hatice sonrió amablemente.

La mirada de la pelirroja se enfocó rápidamente en Neylan, esa misma mujer que no había visto en meses y ahora sabia porque, ella estaba embarazada y lo habían ocultado.

De pronto la sonrisa de Hatice también se borró al verla, ¿como era posible? Habían puesto hierbas en sus comidas y bebidas, ella no debía embarazarse.

Mihrimah tomó su lugar al fondo de la fila, mientras Hatice tomaba al pequeño Mehmed en sus brazos, justo cuando el sultan era anunciado.

— ¡Atención, su majestad el sultan Suleyman, el magnifico! — gritó el agha.

— Mi leon, gracias a Allah has vuelto victorioso. — sonrió la sultana Hafsa. — Allah también nos ha dado su bendicion aquí, Firuze ha dado a luz a un príncipe y Neylan está embarazada.

— Allah ha sido misericordioso con nosotros madre. — Suleyman asintió, mientras Mihrimah lo miraba fijamente, queriendo clavar un cuchillo en su garganta.

El sonrió al verla, notando como ella giraba los ojos molesta y acercándose directamente hasta ella.

— Mi sol y mi luna, mi hermosa sultana. — el sonrió, tomando su mano para besarla. — Allah me ha concedido volver a ver tu bello rostro.

— Me alegro que esté de vuelta su majestad. — ella sonrió de forma hipócrita, haciendo que la sonrisa en el rostro del sultan se hiciera mas grande al notar que aun seguía molesta.

— Su majestad, bienvenido al palacio, estoy feliz que Allah lo haya traído sano y salvo de vuelta. — Hatice besó su mano.

— También me alegra verte nuevamente Hatice. — el sonrió, besando a Mehmed. — Mi amado príncipe.

El pequeño bebe sonrió como si entendiera de lo que su padre hablaba, acomodándose mas en el pecho de la sultana.

— Mi Mustafá. — cargó a su hijo.

— Padre, ¿has matado a muchos hombres? — preguntó el niño.

— Hemos sido victoriosos mi querido hijo. — el sonrió, besando su mejilla, para después hacer lo mismo con sus demás hijos.

El sultan entonces se retiró a sus aposentos después de eso, mandando llamar a Mihrimah, quien a pesar de su molestia fue, llevando a su pequeño hijo con ella.

— Mihrimah, mi sol y mi luna. — el la abrazó al verla, mientras se le escapaba una pequeña sonrisa a la joven, sonrisa que rápidamente borró. — No puedes imaginar cuanto te he extrañado mi tan hermosa sultana.

— Su majestad. — ella entonces lo miró. — Quiero que Firuze se vaya.

El abrió los ojos con sorpresa, aunque ya imaginaba que esa sería su petición.

— Se lo que hiciste Mihrimah, salvaste la vida de mi príncipe. — el la miró fijamente. — Firuze se irá al palacio de caza mañana mismo.

— Quiero pedirle algo mas. — ella sonrió complacida, mientras el la miraba interesado. — Quiero ser yo quien cuide a su príncipe.




¡Gracias por leer!❤

¡Holi a todxs! Ya volví, mi proyecto salió de maravilla y estoy muy feliz ❤

Dynasty ||•Sultan Suleyman•||Where stories live. Discover now