Capitulo 26

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— ¡Llevenselos a todos! — ordenó con voz firme, tomando a Mihrimah del brazo y llevándosela con el, mientras Ibrahim asentía, cumpliendo la orden.

— ¡No la toque! — Burak gritó con fuerza. — ¡La lastima!

Orhan trató de calmar a su hermano, quien tenia el fuego ardiente en sus ojos, quería matar al sultan por haber tomado a su hermana de esa forma.

— Burak, van a ejecutarnos a todos, guarda la calma. — susurró Orhan. — Hazlo o no podremos proteger a Katerina.

Por otro lado, Malkoçoğlu y Serhan solo observaban con odio a Suleyman, mientras este apretaba aun mas el brazo de la joven.

Todas las mujeres sonrieron complacidas al ver como los soldados se llevaban a los hombres, mientras el sultán obligaba a la pelirroja a ir con el, Mihrimah habia cavado su propia tumba, esta vez el sultan no iba a perdonarla, habían ganado muy fácilmente.

— Su majestad, por favor. — Hatice trató de intervenir.

— Llevate a Mehmed a tus aposentos Hatice. — ordenó sin mirarla, aun apretando firmemente el brazo de la pelirroja, obligándola a caminar junto a el.

— Suleyman, estás lastimandome. — ella se quejó, dejando escapar unas lágrimas por el dolor, mientras trataba de zafarse de su fuerte agarre.

El simplemente siguió avanzando por los pasillos, hasta que llegó a sus aposentos furiosos, ordenando que nadie se atreviera a molestarlo, mientras lanzaba con fuerza a Mihrimah a la cama.

— ¿Como osas abrazar a un hombre delante mio? — reclamó furioso, sacando su espada y colocándola sobre el escritorio. — ¡Habla!

El grito del sultan fue ensordecedor, dejando completamente en silencio la habitación después de eso.

Mihrimah de pronto sintió algo extraño recorrerla, estaba mareada, en sus oidos retumbaba un molesto sonido, mientras sus ojos comenzaban a pesar.

— Mihrimah, mi paciencia está por acabarse. — la miró totalmente furioso, tomando nuevamente su espada y poniéndola sobre el pecho de la joven. — Voy a ejecutarlos a todos por esto y a ti te enviaré al viejo palacio.

Mihrimah entonces presionó su pecho sobre la espada por accidente, haciendo que esta le hiciera un pequeño corte, uno del que rápidamente brotó sangre.

El rostro de Suleyman se descompuso al ver eso, le había hecho daño, había lastimado a la mujer que amaba, había reafirmado por tanto tiempo que jamas la lastimaría y ahora la habia herido.

— Le suplico su majestad que no los lastime. — ella se arrodilló frente a el, haciendo que la espada quedase sobre su cuello. — Le ruego que no les haga daño.

— ¿Como puedes pedirme que no ejecute a ese hombre? Te ha mirado y te ha tocado, es suficiente para matarlo, debería haberlo ejecutado ahí mismo. — el seguía furioso, aun sin quitar la vista de la sangre.

— Son mi familia su majestad. — ella comenzó a llorar. — Son mis hermanos, ellos son lo único que tengo.

El shock llenó los ojos de Suleyman al escucharla, mientras observaba como pequeñas lágrimas se deslizaban por su rostro.

— No se si me equivoqué al abrazarlo tan efusivamente, pero el es mi hermano mayor y creí que jamas volvería a verlos. — ella lo miró fijamente. — No les haga daño a ellos, mateme a mi si quiere tener a un culpable, yo he sido quien ha cometido el error.

La comprensión poco a poco llegó a la mente del sultan, recordando las palabras del paşa.

— No son mis hijos su majestad. — Suleyman paşa sonrió. — Han naufragado en el mar, perdieron a su hermana y yo decidí brindarles techo y comida, no llevan mi sangre, pero son mis hijos, Allah los envió para aliviar la pena en mi corazón.”

Observó entonces a la pelirroja, quien seguía arrodillada en el suelo, soltando grandes lágrimas.

— Lo unico que se de barcos, es como mi familia naufragó en uno. — Mihrimah sonrió.”

“— Los gitanos me acogieron cuando mi barco se hundió, ellos me cuidaron y velaron por mi los ultimos cinco años, les debo mas que mi vida. — la pelirroja le dio una sonrisa brillante.”

Soltó la espada, dejándola caer al suelo, mientras sentía su estomago revolverse, ¿como se había atrevido a tratar de esa forma a la mujer que amaba? ¿como habia osado maltratar a la madre de su hijo?

Observó entonces los ojos de Mihrimah, lo miraban suplicantes, mientras ella seguía rogando porque no le hiciera daño a su familia.

¿Que clase de monstruo era? La había humillado y maltratado frente a todas esas mujeres, las mismas que no dejaban de atacarla y ahora era el quien les había dado un motivo para hacerlo, la había irrespetado, ella era su esposa y el no se había comportado como un esposo con ella.

Mihrimah sintió de pronto como un fuerte mareo la atravesaba, debilitandola por completo, haciéndola caerse inconsciente al suelo.

— ¡Aghas, aghas! — gritó el sultan al ver a la joven desmayarse frente a el. — ¡Traigan a la doctora!

Ambos guardias lo miraron sorprendido al ver la escena frente a ellos.

— ¿Que esperan? ¡Ahora! — gritó furioso, tomando a la joven en brazos para depositarla sobre la cama.

“Oh Allah, te suplico perdones mi inconsciencia y mi crueldad, he prometido no ser un tirano y he fallado, también prometí no ser un mal hombre y he fallado.

Te imploro perdones mi necedad y fiereza, mi coraje y furia, mi temperamento y mi poca paciencia.

No me castigues arrebatandome a la única mujer que amo, te ruego que tu castigo no sea tan cruel, porque aunque lo merezco, aun no estoy listo para vivir sin mi sol y mi luna, sin la sultana de mi vida”.



¡Gracias por leer!❤

Dynasty ||•Sultan Suleyman•||Where stories live. Discover now