Capítulo 14

6K 502 123
                                    

Mihrimah abrió los ojos al sentir como la luz del sol quemaba su rostro, se sentía extraña, tenía un mal sabor de boca y su garganta estaba rasposa, observó a su alrededor y el sultán se encontraba acostado junto a ella, fue entonces que recordó y comprendió lo que había sucedido, llevando rápidamente una mano a su vientre.

— Vamos cariño, muévete un poco, hazle saber a mamá que estás bien. — susurró en voz baja, sintiendo después de eso una suave patada, mientras sonreía alegremente. — Gracias a Dios.

— ¿Mihrimah? — Suleyman despertó en alerta al escuchar suaves susurros. 

— Buenos dias su majestad. — susurró la joven, haciéndolo sonreír, mientras se lanzaba a abrazarla, sintiendo nuevamente otra patada.

— Se mueve. — sonrió. 

— Por supuesto que si, mi bebe es fuerte. — ella sonrió orgullosa, haciendolo reir.

Hürrem por otro lado, miraba impaciente a Maria, quien traía noticias de Mihrimah.

— Sultana. — hizo una reverencia.

— Habla ya Maria, estoy impaciente. — ella la miró a los ojos. — ¿Murió? Dime, ¿esa criada está muerta al fin?

Unos toques en la puerta le impidieron responder su pregunta, mientras ella ordenaba a la persona entrar.

— Sultana. — Sumbul llegó hasta ella. — Ibrahim paşa desea verla, dijo que es muy importante.

— Está bien Sumbul. — ella asintió, colocándose su velo. — ¿Tienes noticias de la concubina?

— Estuvo realmente grave ayer sultana, pero está bien hoy. — el la miró negando. — Lo siento mi sultana.

Hürrem cerró los ojos molesta, ¿como era posible que su plan fallara? Había tenido todo perfectamente planeado, era un veneno muy poderoso, ¿como habia fallado? ¿Que clase de suerte tenia esa mujer?

A sus oidos llegaron las risas del sultan y la concubina, taladrando su cerebro, recordándole que el ya no reía junto a ella, ya no era mas su alegría.

— Sultana. — Ibrahim hizo una reverencia, invitándola a pasar a sus aposentos. — Gracias por venir sultana.

— Sumbul me dijo que quería verme paşa. — ella lo miró. — ¿Que ocurre?

Ibrahim puso el seguro a ambas puertas, mirandola fijamente.

— No puede volver a hacer algo como eso sultana. — acarició su rostro. — No puede volver a ponerse en peligro.

— Ibrahim, estoy perdiendo terreno con su majestad, debemos deshacernos de esa mujer. — ella lo miró con suplica.

— El sultán está realmente enamorado de ella, me lo confesó anoche. — la miró.

— Tienes que matarla. — Hürrem lo miró, mientras el negaba.

— Es muy peligroso intentar algo ahora. — la miró.

— ¿Acaso no me amas? Sabes lo que pasará si nos descubren ¿no es así? — ella lo miró. — Te ejecutaran, a mi también y a mi sultana junto a mi principe.

Ibrahim la miró negando, no podía hacer nada, el sultan habia sido claro con el.

— Son tus hijos Ibrahim, debes protegerlos. — ella lo miró. — Debes protegernos, y la única manera es eliminando a Mihrimah.

— Hürrem. — el trató de excusarse, justo cuando las puertas que conectaban su habitación con la del sultan sonaban. — Vete ahora, hablaremos despues.

Ella salió de los aposentos asintiendo, siendo seguida por Sumbul, su fiel confidente.

Mihrimah sonrió mientras observaba al sultan frente a ella, había decidido probar cada alimento el mismo antes de que ella lo comiera.

— ¿Encontraron al culpable? — preguntó la pelirroja.

— No, Ibrahim sigue investigando y castigaré a todo el que alla descuidado sus tareas. — el la miró. — Sheker y la señorita Niggar son quienes estan en los calabozos ahora, Ibrahim duda de ellos.

Mihrimah negó, sabia que no dudaba de ellos, pero esas dos personas iban a ser su chivo expiatorio, serian a quienes culparían.

— No creo que ellos tengan nada que ver. — ella lo miró. — Si ambos hubieran querido hacerme daño, lo podrían haber hecho desde antes, Firial era mi única acompañante y Sheker era quien preparaba todas mis comidas y postres.

— Tal vez tengas razón, hablaré con Ibrahim. — el asintió.

— ¿El será castigado? — preguntó la joven, ante la mirada de confusión en los ojos del sultan. — Dijo que castigaría a todos los que descuidaron sus tareas y el lo hizo, es el encargado de su seguridad, pero aun así, no estuvo aquí para impedir que tratasen de envenenarnos.

— Mihrimah, no hay nadie en quien confíe mas que en Ibrahim, ha salvado mi vida muchas veces. — el la miró con molestia.

— Lo entiendo, se que tienen una fuerte amistad y no es mi intención molestarlo. — ella le sonrió, la relación del paşa con el sultan era un asunto peligroso, pues sabia que el lo tenia en alta estima y que incluso lo consideraba su hermano. — El paşa me parece alguien confiable, pero tal vez no quiere afectar a los verdaderos culpables.

— ¿Crees que Ibrahim está protegiendo a los culpables? — la seriedad en el rostro de Suleyman era digna de temer.

— No me atrevería a afirmarlo, pero creo que podría ser una posibilidad. — el se levantó molesto. — ¿Está molesto por lo que dije?

— Voy a hablar con Ibrahim. — el dijo sin mirarla.

— Puedo irme entonces. — ella respondió, tomando por sorpresa al sultan, pues no le estaba preguntando, ella directamente se había levantado y tomado sus cosas. — Voy a visitar a Sheker y Firial a los calabozos, los sacaré de ahí, ese lugar es horrible.

— ¿Me lo estas preguntando? — el la miró.

— No, Firial es la única persona que me cuida y Sheker prepara los mejores postres del mundo. — ella sonrió, era una explicación lógica para ella. — Ademas, no le agrado a nadie del haren, solo a Nuray y a ella, no pueden estar tanto tiempo en los calabozos, los necesito.

El sultan la observó realmente confundido, ella era osada, no era sumisa, no le hacia reverencia, no le preguntaba antes de hacer las cosas, no le pedía su aprobación, era como si no le importara lo que el tuviese que decir.

— Adiós. — ella sonrió, haciendo un ademan con las manos, mientras salia de los aposentos, dejándolo ahí, totalmente confundido.

La joven recorrió los pasillos con una sonrisa, encontrándose con un par de señoritas, las cuales comenzaron a murmurar en cuanto la vieron.

Siguió avanzando sin prestarles atención, hasta que llegó a los calabozos, encontrándose con un guardia ahí.

— ¿Donde estan Firial y Sheker? — le preguntó. — Liberenlos ahora.

— No puede estar aquí señorita, vuelva al harén. — el dijo sin mirarla.

— Dije que quiero que los liberen ahora. — ella los observó altiva.

— Debe irse. — susurró el guardia, tratando de acercarse para sacarla de ahí.

— Si te atreves a tocarme haré que el sultan te ejecute. — ella le dio una sonrisa, justo cuando una figura se posaba tras ella.


¡Gracias por leer!❤

Dynasty ||•Sultan Suleyman•||Where stories live. Discover now