༒︎ CONCLUIDA༒︎
"𝑻𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒉𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒊𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒄𝒍𝒂𝒗𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒂𝒍𝒈𝒐, 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒔𝒊𝒏 𝒆𝒙𝒄𝒆𝒑𝒄𝒊𝒐́𝒏"
Conocí a personas que se volvieron esclavos de una promesa, de algún sueño o de algún recuerdo, pero jamás a alguien...
Quiero advertir de una vez que a partir de aquí la historia está bien random y se debe a que ha salido de mi imaginación todo este arco de Tsuriko en Marley. Mostraré el verdadero ser de la protagonista y mucho sobre su pasado en estos capítulos así que no dejen de leer.
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-¿Cómo dice? -el chico miró al doctor y éste salió corriendo. Los tipos no dejaban de verme-¿Unirme sin derecho a negativa? Sea más específico.
-comenzaré con una ligera presentación. De nuevo, me llamo Alexander Tanaka, primer ministro de Linas. La primera vez que la vi en ese hospital encontré en usted el perfil ideal para sernos útil...
-¿Útil para qué? -miré a todos uno por uno-¿Ustedes causaron ese revuelo en el tren no es verdad?
-no me sorprendería que lo notase-era cierto, el estúpido mono apuntó a cierto vagón pero todo el tren fue destruido-dentro del tren en el que usted iba, también se hallaba una colega nuestra, la embajadora de Kloper, el lugar donde la encontré a usted. Verá, horas antes de conocerla tuve una disputa con esta persona, de nombre Renata Montrel...-«Montrel, me han estado llamando así, y hace poco escuché que querían que me uniera a su proyecto, ¿La asesinaron? ¿Buscan un reemplazo?».
-Tanaka, no hay tiempo qué perder, solo dale los detalles importantes-exigió otro de los hombres que estaban en la habitación, me volteó a ver y sonrió-o mejor se lo diré yo. Escuche señorita, su rol es simple, deberá suplantar la identidad de alguien a quien tuvimos que desaparecer, solo eso. no necesita estar en reuniones ni nada parecido, solo necesitamos un rostro para la prensa...
-así que la asesinaron ustedes...-todos me miraron extrañados.
-no entiendo su preocupación, esa mujer era solo un problema...
-ustedes asesinaron a Danielle, y a todos esos pasajeros-después de unos segundos sin responder el mismo hombre habló.
-si, fuimos nosotros, ¿Algún problema? -me levanté y me lancé sobre el tipo, antes de siquiera notarlo ya estaba siendo amenazada por los guardaespaldas del señor con armas, estaban vestidos de la misma manera elegante que el resto por lo que no sabía quienes eran los importantes y quienes meros guardaespaldas.
-son unas malditas escorias, asesinaron a decenas de personas inocentes en ese tren solo por un objetivo, no solo son un montón de basura, son tan idiotas...-presioné el cuello del hombre que tenía entre mis manos con algo de fuerza, escuché cómo quitaron el seguro de un arma y volteé.
-un solo movimiento y tu cerebro estará volando por todo este lugar, entiende que no tienes opción alguna...-volví a presionar el cuello del hombre haciéndolo callar.
-como si eso me importara, denme una razón para no deshacerme de todos ustedes...-de nuevo se escuchó cómo quitaron el seguro de un arma, pero a comparación de las que cargaban los guardaespaldas, todas iguales en modelo, ésta se escuchó distinto. «Maldición».
