༒︎ CONCLUIDA༒︎
"𝑻𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒉𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒊𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒄𝒍𝒂𝒗𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒂𝒍𝒈𝒐, 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒔𝒊𝒏 𝒆𝒙𝒄𝒆𝒑𝒄𝒊𝒐́𝒏"
Conocí a personas que se volvieron esclavos de una promesa, de algún sueño o de algún recuerdo, pero jamás a alguien...
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Todos entramos en pánico al verlo acercarse, no lograríamos despegar a este paso.
—no hay opción, tendré que quedarme a ganar tiempo—dijo Armin.
—ni lo sueñes, seré yo. Eres la última esperanza para detener a Eren—ahora Reiner.
—todos los portadores lo son—interrumpí—no podemos permitirnos perder a ninguno...
—es suficiente—intervino Hange—yo los traje aquí, asumiré la responsabilidad.
Negué repetidas veces y la tomé de la mano—no tienes que hacerlo, puedo ir yo y será el mismo resultado.
—no lo será, Levi y yo perderemos la cabeza si vas tú...
—¿Crees que estaremos bien si eres tú quien muere? Tú comandas este grupo, si te vas solo nos puede esperar la perdición, ¿A quién dejarás a cargo?
—eso ya está resuelto.
Me soltó y se acercó a Armin, lo siguiente fue nombrarlo el 15° Comandante de la Legión, y el último probablemente.
—Armin Arlet, en mi puesto como 14° Comandante de la Legión de Reconocimiento, te nombro mi sucesor como 15° Comandante. Tienes las aptitudes necesarias para serlo, entre ellas el nunca rendirse y comprender cada detalle. No hay nadie más apto que tú.
Solo se dio la vuelta para encararme, a mis espaldas se sumó Levi así que nos dijo lo mismo a los dos—quiero lucir genial, por favor no intervengan.
No pude hacer nada, nada más que solo llorar y abrazarla—te odio, no tienes idea cuánto.
Me separé y después fue con Levi, quien solo se limitó a colocar su mano en el pecho de ella seguido de un "Entrega tu corazón".
Por más frío que se viera, fue el mayor gesto de cariño al despedirse que alguien podía recibir de Levi. Sentí odio hacia mí misma al no poder detenerla, al no poder hacer nada.
Vi su espalda antes de partir y algo me impulsó a ir con ella—¡Hange! —la atrapé antes de que se fuera y la hice voltear conmigo—nos veremos pronto—le di un beso y me alejé con la mejor sonrisa que pude fingir.
—vaya, qué lástima que me correspondieras hasta hoy, pero gracias—me sonrió por última vez y se fue.
Desde donde me encontraba pude verla acercarse hasta los titanes, uno a uno caían por sus cuchillas, uno a uno la quemaban poco a poco. No necesitaba mi poder para deducirlo, para saber su dolor, no necesitaba de nada para que doliera y ardiera desde lo más profundo.
—¡La nave está lista, rápido! —debido al shock Levi tuvo que jalarme dentro de la nave para que despegáramos—¡Listo, nos vamos!
Despegamos sin problemas, el barco donde los Azumabito y los demás iban también zarpó, todos logramos escapar del retumbar, todos menos ella.
