༒︎ Capítulo 45 ༒︎

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Llegamos a una residencia hermosa, bajamos y en la entrada nos recibió un hombre de tal vez cuarenta o cincuenta años—señor Tanaka, es un gusto recibirlo, todo está listo para la llegada de Lady Montrel—«hace un momento dijo que iríamos a la residencia Montrel, osease que aquí es donde debería estar la mujer a la que mataron, pero en lugar de sorprenderse por algo inusual o dirigirse hacia mí, se han dirigido directamente a él, ¿Saben del asesinato de su señora?».

—una vez sea establecida tu rutina a seguir deberás cumplirla al pie de la letra, se hará un canal exclusivo para que hable por teléfono contigo, será solo para darte órdenes de tus presentaciones al público, si no te lo digo yo no puedes salir, las únicas salidas que tendrás serán para las reuniones que estaremos haciendo, ¿Me he explicado?

—entiendo—entramos a la residencia y me presentó con toda la servidumbre de la casa. Ellos en verdad sabían lo que ocurría y no hacían nada, no les importaba, en su mirada se dejaba ver esa indiferencia hacia mí o hacia él.

—prepárenla, debe estar lista en menos de una hora—volteó a verme—síguelos y no intentes nada extraño—seguido de eso volteó con la enfermera que nos acompañaba—dale los cuidados necesarios para antes de que nos vayamos—como si se tratase del señor de este lugar todos se movilizaron, y aunque me matara en lo más profundo, me incluía en ese grupo que se movilizó con rapidez.

Una mujer joven, fácilmente de la edad de los chicos podría decir, abrió una puerta de la habitación a la que entramos, desde mi lugar vi que era el vestidor, estaba repleto de ropa elegante y otra un poco extravagante. Salió con un conjunto y lo extendió en la cama.

—deberíamos comenzar con una ducha para que estés lista—asentí y nos adentramos en el baño—si quieres estar más cómoda solo vigilaré detrás de la puerta, puedes ducharte con tranquilidad—sin contestar deslicé la puerta de cristal y abrí la regadera, el vapor pronto empañó el cristal y entré—solo ten cuidado de no mojar tu rostro, las heridas aún no se cierran.

Mientras la escuchaba me retiré las vendas y con cuidado cerré las heridas que tenía, el vapor del agua caliente ocultaba el vapor de mi regeneración. Una vez terminé salí con una bata cubriéndome el cuerpo y las vendas mal puestas.

—¿Cómo te llamas? —pregunté de la nada

—soy Jane. ¿Tú? —dudé en hablar, pero ya estaba ahí.

—me llamo Raven, aunque preferiría que no me llamases así.

—aunque quisiera no puedo. A partir de ahora por seguridad todos deberemos tratarte como nuestra señora, aunque en esta habitación sea solo una conversación simple, no podremos hacer algo como esto afuera.

—entiendo—me volví a retirar las vendas en el tocador y me puse unas nuevas—¿Ella era una buena persona? Hablo de la verdadera Renata Montrel—Jane elevó la vista y la vi desde el espejo.

—Lady Renata era alguien demasiado rebelde—su tono melancólico acompañado de una sonrisa triste delató la buena relación que tenía con ella—sus planes para la guerra eran distintos a los que tienen ellos. Además estaba demasiado inmiscuida en otros asuntos que daban mala imagen a la embajada de la alianza.

—¿"Asuntos"?

—ella hacía constantemente conferencias donde hablaba de los derechos de la raza Eldiana, hablaba en sus discursos sobre el importante papel de las mujeres en la sociedad, y a pesar de ser temas por los cuales ser recriminada, tenía mucho apoyo. Era alguien demasiado rebelde, hasta que la embajada le puso un alto.

—entiendo perfectamente eso—me terminé de arreglar y volteé a verla—si voy a usurpar un lugar entonces debo cumplir con el papel, ¿No lo crees? —mi sonrisa cómplice se borró al ver su reacción.

༒︎ 𝙴𝚜𝚌𝚕𝚊𝚟𝚘𝚜 𝙳𝚎𝚕 𝙿𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘 | 𝐒𝐡𝐢𝐧𝐠𝐞𝐤𝐢 𝐍𝐨 𝐊𝐲𝐨𝐣𝐢𝐧 ༒︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora