༒︎ 𝙴𝚜𝚌𝚕𝚊𝚟𝚘𝚜 𝙳𝚎𝚕 𝙿𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘 | 𝐒𝐡𝐢𝐧𝐠𝐞𝐤𝐢 𝐍𝐨 𝐊𝐲𝐨𝐣𝐢𝐧 ༒︎

༒︎ Capítulo 48 ༒︎

Era cierto lo que pensaba, era ella.

—no puede ser...—Alexander me volteó a ver y reaccioné, «ella lo sabe». Tomé un cuchillo de la mesa pero Alexander colocó su mano sobre la mía impidiéndome actuar, lo miré y en su rostro había una sola orden, no.

Respiré hondo y me relajé—vamos a un lugar más tranquilo, necesito algo de aire—Alexander asintió.

—¿Estás bien Raven? —preguntó el señor Tanaka al mismo tiempo que su hijo, Alexander, se separó de Raven y le extendió un vaso con agua. Usé ese momento para tomar otro cuchillo sin que lo notaran.

—querido, necesito hablar con la señorita Renata, en privado—Raven logró calmarse rápido y se levantó—Alex, quédate aquí con tu padre...

—pero madre...

—¡He dicho que te quedes! —elevó un poco la voz, al darse cuenta de eso carraspeó—por favor, solo hazlo—ambas nos miramos y salimos de la sala de convivencia para ir a otra que estuviera vacía.

Entramos a una que no era custodiada ni estaba ocupada, una vez dentro ella cerró la puerta con seguro—veo que eres igual que siempre, artificial y con un horrendo carácter. Agradezco no haberlo heredado.

—¿Dice eso la psicópata que tomó un cuchillo con intenciones asesinas? —ella no sabía que mi objetivo era herirme y volar todo el edificio.

—¿Hablará de psicópatas la madre de alguien como Alexander? Raven, tu hijo amenazó con matar a mi hijo si no seguía su estúpida farsa, voló el tren en el que iba su amante y quien sabe qué más ha hecho—soltó una carcajada y se acercó a la mesa de la sala para sentarse—son increíbles las casualidades, ¿No crees?

—Las casualidades no existen Tsuriko, cuando la vida junta de nuevo a dos personas es porque algo quedó pendiente de hablar, de aprender, o inclusive de perdonar—suspiré y tomé asiento junto con ella—en fin, dejemos eso ya, ¿Qué haces aquí?

—eso deberías preguntárselo a tu querido hijo, que me tiene aquí. Mejor dime qué hace alguien como tú en un país que se encuentra en guerra, creí que estarías en alguna playa disfrutando tu dichosa vida de casada con el hombre de tus sueños.

—eso estaba haciendo hasta hace poco más de un año, pero se desató esta guerra fría y Axel tuvo que intervenir antes de jubilarse—no respondí, estaba riéndome internamente por esta situación y al mismo tiempo pensaba en qué hacer, ella conocía algo de mí que me ponía en riesgo.

—fuiste muy estúpida al decir mi nombre en voz alta, ¿Qué tal y alguien te escuchó? Me pone en peligro tu simple aparición

—respeta a quien tienes frente a ti...

—¿Por qué? ¿Porque eres mi madre? No me digas que ahora sí vas a asumir tu papel...

—no es por eso, es porque soy esposa del anterior primer ministro y madre del actual, dime, sin la farsa que inventó Alex, ¿Quién eres tú?