Capítulo 8 🎻

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Raven

Cerca del mediodía, Morana me da un tour exclusivo por algunos rincones del castillo. Es tan inmenso que nunca lo terminaríamos en un día así que me lleva a las zonas más importantes y atractivas. Me siento como una niña pequeña que visita por primera vez Disneyland. Amaría tener una cámara a mi disposición para capturar cada detalle. Es precioso, un monumento que nunca podría encontrar en el mundo mortal.

Pasamos por el jardín que parece un parque botánico con los pinos, flores invernales y un puente decorado con enredaderas sobre un lago helado. Más allá puedo vislumbrar extensas montañas con puntas finas negras. Sería hermoso perderse en Arkos. Con el transcurso del tiempo puedo acostumbrarme a vivir aquí. No me costaría mucho esfuerzo.

—Dijiste que las tierras están congeladas desde hace casi trescientos años —Me dirijo a Morana, ajustando mi capa roja —. ¿Fue justo cuando Krestel asumió al trono?

Morana levanta la mano y una mariposa se detiene en su dedo. Su cabello hoy es rosa como había dicho ayer. El cambio de color le proporciona un tipo de belleza única. A la luz del sol veo que sus orejas son puntiagudas. Anoche estaban cubiertas.

—Sí —responde Morana sin mirarme —. Dicen que fue un castigo de los dioses congelar la tierra de Arkos. Una penitencia para sus habitantes.

Mi ceño se frunce.

—¿Penitencia?

—Muchos participaron en la masacre. Vieron arder a quienes le dieron hogar, comida y bienestar.

Un escalofrío atraviesa mi espina dorsal.

—Los padres de Krestel.

Se produce un profundo silencio antes de que Morana vuelva a responder.

—Los dioses también lloraron esa noche —Se detiene un segundo —. Del cielo cayó una lluvia de sangre y cubrió la nieve. Fue un evento que sentenció a más de uno y nunca lo olvidaremos.

—¿Los dioses apoyaron a Krestel?

Los ojos de Morana destellan cuando encuentra el valor de mirarme.

—No estaría en el trono si no fuera el caso. La ley principal en Arkos es que solo alguien portador de un poder único usará la corona y reinará nuestro pueblo. El rey Markovic cumple con todos los requisitos.

—¿Si esa es la tradición en Arkos por qué no lo aceptaron y mataron a sus padres?

—Hubo alguien del lado opositor que se negó a reconocerlo como su rey. Creía que Krestel y sus padres abusarían de su poder —expone —. Fue él quién llevó a cabo una campaña para derrocarlos y convenció al pueblo de apoyarlo.

El torbellino de confusión y ansiedad surge al instante en mis pulmones. Nada diferente a lo que he visto en mis dieciocho años. Cuando alguien se siente amenazado busca la manera de eliminar esa inseguridad. Con la familia Markovic al poder nadie más tenía oportunidad de sentarse en el trono. No querían un reinado eterno. Derrocarlos era imposible.

—¿Quién era el opositor? Imagino que está muerto.

Morana suspira.

—No puedo decírtelo porque no me corresponde. Hay muchas versiones y solo el rey te dirá la correcta. Es un tema sensible y si sabes lo que te conviene no lo mencionarás en su presencia. Espera a ganarte ese beneficio. Él es muy cerrado.

Inhalo bruscamente. Ya habrá tiempo para seguir indagando sobre la historia de Arkos. Sé que es más trágica de lo que Morana comenta.

—Entiendo.

Una Melodía MortalWhere stories live. Discover now