Capítulo 32 🎻

36.3K 4.4K 9.2K
                                    

Krestel

Cientos de hombres inclinan las cabezas e hincan una rodilla cuando entro en la sala de entrenamiento. Mi tío Darko entre ellos. Registro cada cuerpo, mirada y postura. Ninguna señal de miedo ni rabia. Renuncian a muchos de sus sueños y familiares para unirse a mi ejército.

No entreno a cobardes.

Antes de estar aquí ellos superaron varias pruebas como sobrevivir una noche en el bosque de los lamentos. Kiro no debería ser la excepción, pero confío en que algún día logrará sorprenderme. Sus emociones actualmente son un descontrol y está roto. Tiene otras batallas que lidiar primero. Los traumas le robaron su inocencia y nunca volverá a recuperarla.

Camino a pasos lentos, rodeando a los hombres como un depredador. Me detengo frente al niño de cabello oscuro, ojos marrones y con una cicatriz muy notable en su ceja izquierda. Viste el uniforme característico de los caballeros. Negro y rojo. Le sienta bien. Ya no es el vagabundo que vi ayer.

—¿Qué tal su noche, soldado? —pregunto.

Kiro mira a los demás con una expresión confundida, como si no pudiera creer que le hablo a él. Cuando está convencido responde en voz alta.

—Bien, alteza. Agradezco su generosidad.

Asiento para seguir mi evaluación al resto de los soldados. Nikov se une al salón, deteniéndose en el marco de la puerta mientras mastica una manzana.

—Los entrenamientos a partir de ahora serán muchos más duros y exigentes. Con esto me refiero a que los descansos no existirán —espeto. Mi voz hace eco—. Hay una amenaza que muy pronto no vamos a poder controlar y tendremos que enfrentarla.

Mi tío Darko me pide permiso para hablar y le concedo.

—Hablamos del mundo de sombras —intercede —. Forma parte de otra dimensión y quiere quebrar los portales para tener acceso a Arkos. Las criaturas de ahí son demonios dispuestos a cualquier cosa para robar nuestras almas. Seremos sus alimentos si no los vencemos a tiempo.

Hay un coro de jadeos que paran cuando levanto un dedo.

—No estoy declarando ninguna derrota, pero quería advertirles que tampoco se trata de un tema que deben tomar a la ligera. Quiero que se concentren y pongan todo su compromiso en los entrenamientos. La unidad es muy importante en estas situaciones —declaro —. Nada de romper las reglas ni desobediencias. Ninguna será tolerada.

Silencio.

—Sobre todo, escuchen cada instrucción del comandante —Miro a mi tío Darko —. Su única intención es hacerlos más fuertes de lo que son. Aquel que no cumpla una sola orden quedará fuera y volverá a su patética vida sin propósitos. ¿He sido claro?

Colocan las manos en sus pechos.

—¡Sí, majestad!

—Bien —sonrío —. Demuestren que aún vale la pena luchar por ustedes y no me hagan perder el maldito tiempo.

🐇

Raven

Mirko se une a mí en los establos mientras termino de ensillar a Bruma y después me ayuda a subir en su espalda para empezar a montar. El hombre que se encarga de cuidarla me saluda y prosigue con el resto de las tareas. Se llama Karl y aprecia a Krestel. Me ha preguntado por él más temprano y me dio su apoyo porque sabe lo que ha ocurrido en la capital.

No imaginé encontrar a alguien hablar tan bien del rey, pero la vida es una experta en las sorpresas. Karl afirma que son amigos. Hay tanto de Krestel que debo conocer.

Una Melodía MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora