Capítulo 10 🎻

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Raven

El silencio me hace absorber con brutalidad los hechos: el hombre decapitado cerca de mis pies, la sangre manchando mi vestido blanco y mi boca abierta mientras miro horrorizada a Krestel. Tiene la mandíbula apretada, sus fosas nasales dilatadas y el odio grabado en su hermoso rostro. La visión de él tan furioso trae destellos de sus pensamientos a mi mente. No soporta que alguien más me haya tocado. Odia verme herida. Odia verme tan asustada. Mi corazón se agita dentro de mi pecho y me chupo el labio para evitar que tiemble. El terror me mantiene suspendida al igual que el pánico.

—Krestel...

Se apresura dónde estoy parada y se quita la chaqueta para cubrirme con ella. Arropa mi cuerpo como si estuviera hecha de cristal. No pensé que él podría ser así de gentil. No después de que acaba de arrancarle la cabeza a un hombre sin piedad.

—¿Estás bien? —pregunta, su voz ronca por la furia —. ¿Te lastimó?

Parpadeo hacia él, tratando de ver a través de las emociones que inundan mis ojos.

—Estoy bien —titubeo —. No llegó muy lejos, pero él...

Los músculos de su mandíbula se pronuncian y su mirada siniestra encuentra la mía. Está buscando alguna herida. Sé lo que pasa por su mente. Lamenta haber matado tan rápido a Raymond. Es capaz de revivirlo con tal de darle un final más doloroso. Quiere despedazar sus miembros. Quiere escucharlo suplicar para negarle el perdón. Le aprieto la mano en un intento de calmar sus emociones.

—¿Él qué? —Me mira asombrado y sin aliento.

Siente la presión del lazo y el acercamiento deseado. No podrá evitar ser protector conmigo.

—Estaba enojado por el anuncio que le diste al público —respondo—. La llegada de una reina a Arkos significa que tu gobierno seguirá prologándose por más tiempo.

—Era un traidor —La furia sangra en sus palabras.

—Sí. Él no permitió que la mercancía de Sotovia llegara al resto de Arkos. De hecho, hizo un trato con varios piratas con el fin de perjudicarte. Fingía ser tu amigo, pero en realidad formaba parte de la oposición.

Mira con desprecio el cuerpo inerte y decapitado. La sangre ensucia la alfombra, las paredes y mi ropa. Ya no soporto el olor. Quiero bañarme y borrar sus repugnantes palabras. Él me aseguró que Krestel mató a niños inocentes porque eran licántropos. Dijo tantas cosas que me dejaron incertidumbres y miedos.

—Hijo de puta.

—Vieron la oportunidad de atacarte por tu falta de participación en las operaciones.

Hago una mueca de dolor cuando mi cuerpo es presionado contra la pared y Krestel me rodea con sus brazos. El brillo intenso en sus ojos me quita la respiración. Saqué a relucir sus debilidades sin ninguna intención y obviamente no lo aprecia.

—¿Y qué me dices de sus otras declaraciones? —Inhala mi cabello —. Porque lo veo en tu cara, Raven. Estás aterrada.

Trago grueso.

—¿No debería estarlo?

Me dedica una depredadora sonrisa.

—Tienes motivos, sí, pero no es lo único que deseo provocar en ti —Se aparta y miro con disgusto como agarra la cabeza ensangrentada sin pudor —. Sabía que tus dones serán muy útiles en la Corte. Gracias a ti todos los traidores como Raymond morirán.

Me extiende la mano y ensancho los ojos. La sangre gotea de sus dedos y manchan sus largas uñas negras. ¿Qué demonios pretende?

—¿Qué haces?

Una Melodía MortalOnde as histórias ganham vida. Descobre agora