Capítulo 25 🎻

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Raven

Hay un tirón en mi pecho que no me permite cerrar los ojos. Cinco horas. Han pasado más de cinco horas y Krestel no aparece. Mi angustia crece, llenándome de temor. Sabía que no estaba equivocada con mis predicciones. Algo malo ha sucedido y no hay manera de que escuche sus pensamientos. ¿Por qué no me deja entrar? Frustrada hasta la médula, me levanto de la cama con los escalofríos invadiendo mi cuerpo. Serenity le advirtió que podría ser una trampa y que la palabra de Morana no era fiable. No escuchó.

Maldito hombre terco.

Es el strigoi más poderoso de todo Arkos, pero también un imbécil. Los licántropos lograron permanecer ocultos durante siglos en ese campamento. Dudo que estén indefensos. Tienen listo la artillería para cualquier guerra que se aproxima. Ellos sabían que Krestel tarde o temprano los encontraría.

Cubro mi cuerpo con una bata y cierro la puerta con seguro cuando salgo de la habitación. No me dejaré llevar por la desesperación. Confiaré en Krestel. ¿Cinco horas? Veinticuatro horas es la verdadera razón para alarmarse.

El ascensor me deja en los pasillos que dirigen a la habitación de Ava y toco su puerta que está cerrada. La impaciencia me impulsa a morderme las uñas. Este hombre terminará con mi poca cordura. ¿No sería más considerado de su parte hablarme por medio del lazo? ¿Por qué tenerme al borde del llanto?

—¿Sabes qué hora es? —protesta Ava en cuanto abre la puerta —. ¿No podías esperar hasta mañana?

Entro a su habitación sin autorización a pesar de la mirada molesta que me lanza. Tampoco volvió a recuperar sus habilidades. La suerte definitivamente no está de mi lado.

—Krestel no ha vuelto de su misión y me preocupa. Le dije que tenía un mal presentimiento, pero eligió ignorarme. Es frustrante no poder sentir sus emociones.

Mi hermana bosteza y se frota los ojos. La culpa viene de inmediato por interrumpir su sueño. Finalmente ha logrado dormir sin pesadillas después de años. La carga que implicaba sus habilidades ya no le provoca insomnios. Ava está teniendo un descanso.

—¿Cuántas horas han pasado?

—Cinco.

—Cinco —rueda los ojos —. No hay razón para alarmarse, Krestel es un demonio experimentado. Volverá pronto. ¿Crees que es tan fácil de vencer?

Presiono una mano en mi pecho.

—¿Por qué no deja de doler?

Un largo silencio desciende, tenso por la dolorosa premonición. Si hay algo que nos caracteriza a los médiums de mi familia es que nunca nos equivocamos.

—Odio no poder ayudarte, Raven —Ava me mira con pena —. Soy la menos indicada. Nikov y sus padres están más capacitados que yo en estos momentos. Lo siento mucho.

—Hey, está bien. No es tu culpa —La abrazo y acaricio su pelo —. Solo quería decírselo a alguien.

—¿Qué piensas realmente? —Ava no me suelta.

—Fue Morana quién le dio la ubicación.

—No es sorpresa que aún no haya regresado.

—¿Cuál es tu conclusión?

Nos apartamos, compartiendo miradas sospechosas.

—Krestel no confía del todo en Morana, pero sí en sus poderes. Piensa que es invencible desde que bebió tu sangre —Se tira en la cama con otro bostezo —. No tomó ninguna precaución en esta misión y subestimó a sus enemigos. Apuesto a que los licántropos estaban listos para enfrentarse a una situación así. No por nada pasaron desapercibidos casi trescientos años.

Una Melodía MortalWhere stories live. Discover now