Capítulo 22 🎻

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Raven

No debería sentirme traicionada y celosa. Lo que Krestel tuvo con ellas sucedió hace años y no significan nada. Lo que me molesta de esta situación es verlas cómodas pidiéndome formar parte de una orgía y él no hizo más que despedirlas. ¿Y si la situación fuera diferente?

Agarro la falda de mi vestido mientras caminamos en silencio y nos detenemos en el jardín. El cielo es granate y la nieve cae anunciando una tormenta. Fue mala idea escoger esta noche para una fiesta que no tiene nada de agradable. Quiero retirarme a mi habitación y llorar hasta quedarme dormida.

—Eso fue bastante estúpido y valiente de mi parte —Mirko se ríe con nerviosismo —. Supongo que debo despedirme de mi trabajo y mi vida.

—No te hará nada.

—¿Cómo estás tan segura?

—Si quisiera matarte lo habría hecho en el entrenamiento, pero te dejó vivir —Le recuerdo —. Subestimas la influencia que tengo.

Se posiciona a mi lado y saca un paquete de cigarros. Me ofrece una que acepto con una sonrisa. ¿Cuándo se convirtió en mi aliado? Pensé que sería un soldado más del reino que no volvería a ver, pero es mi entrenador y hablar con él es reconfortante. Mirko es mi amigo.

—Me disculpo por dudar de ti. Cualquiera puede ver que te metiste bajo su piel —enciende el cigarro y hace lo mismo con el mío —. Tú calmas la tempestad de sus ojos.

Le doy una calada al cigarro y casi expulso uno de mis pulmones. He probado varios en mis dieciocho años, pero jamás uno tan fuerte. Es la mezcla de todos los tabacos del mundo. Eww...

—Él me advirtió que es imposible cambiar a un monstruo —digo y hago una mueca —. Es tonto de mi parte pretender lo contrario.

Nos sentamos en la banca del jardín, fumando cigarros como si fuera una noche normal sin preocuparnos por la lluvia que se acerca. Me gusta estar con él. Es más relajante que soportar a los extraños de la fiesta.

—Nadie dijo sobre cambiar, pero sí puedes enseñarle parte de tu humanidad. Demostrarle que no existen solo cosas malas en Arkos. También hay gente que aún cree en él y lo apoyan. Tienen fe de que será un gran rey.

Lentamente elevo la mirada hacia él.

—¿Tú formas parte de ese grupo?

Se queda muy quieto y muy silencioso. Por un segundo creo que no va a responder, pero finalmente lo hace después de lo que parecen largos minutos:

—Sí. No es su culpa haber crecido en un mundo lleno de odio. No es consciente de ese sector vulnerable que aún espera por él y mantienen la esperanza de que algún día reflexionará y extenderá sus alas para salvarlos —expulsa el humo del cigarro —. En Rosetown es considerado un héroe por haberlos protegido de Baltor y su ejército.

—¿Qué le hizo Baltor a los habitantes de Rosetown?

—Fue la primera ciudad que sometió porque la reina Heliana nació ahí y quería acabar con todas las raíces de ella. Los mantuvo de esclavos durante un año hasta que el rey fue lo suficientemente fuerte y mató al impostor.

—Los licántropos sometieron a Rosetown.

—Los licántropos hicieron mucho daño —dice Mirko —. Perdóname, pero comprendo su razón de odiarlos.

Mis manos se entumecen, mis dedos se aprietan alrededor del cigarro y se rompe. Las palabras me cortan la garganta y tocan mis partes más frágiles. No he vivido lo mismo que Krestel. No experimenté su dolor y puede que nunca sienta lo mismo, pero no estoy en posición de juzgar sus acciones pasadas. Nunca lo haré.

Una Melodía MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora