Capítulo 34 🎻

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Raven

Siento como si un huracán hubiera arrasado con todo cuando Ava suelta las últimas palabras. Estoy atónita, el miedo me deja paralizada y baja mi presión. Krestel está quieto a mi lado, pero noto la forma en que su mandíbula se tensa y aprieta los puños.

Una masacre se acerca.

Y no podré detenerlo.

Cuento hasta diez mientras me preparo para el inminente caos. Mi hermana no se alteraría si la situación no fuese grave. Algo malo ha pasado con Karrie y si está herida Krestel armará una guerra. Es su protegida. Su princesa. La niña que ha salvado de monstruos y prometió protegerla siempre.

—¿Cuándo fue la última vez que la viste?

Krestel sigue en silencio, Ava es un desastre de emociones y confirma mi teoría de que nada bueno se aproxima. Ella siempre ha sido muy serena y la reina del control. Ahora está a punto de llorar.

—Hace más de una hora la vi sentada en el jardín con su boceto —explica—. No quise acercarme mucho porque parecía muy cómoda con la soledad. Veinte minutos después pasé por el mismo sitio y había desaparecido.

No te alteres, Raven. No te alteres... Demasiado tarde. Estoy aterrada.

—¿Qué más? —pregunto.

El silencio de Krestel me asusta.

—La busqué en su habitación porque quería invitarla a comer unas galletas y tampoco la encontré. Fue ahí cuando me alarmé —Ava se estremece —. Le pregunté a algunos guardias si la vieron y nadie supo decirme nada.

Finalmente, obtengo una reacción por parte de Krestel.

—Karrie nunca debió salir del castillo. Tenían órdenes estrictas de mantener un ojo en ella.

—Anoche me dijo que echaba de menos a su madre y estaba muy deprimida. ¿No sabe qué sucedió realmente?

Krestel se ríe sin humor.

—¿Cómo demonios le explico a una niña que su madre fue golpeada hasta la muerte por un abusador y dejó irreconocible su cadáver?

Libero un suspiro pesado. Suena tan horrible.

—Entonces no lo sabe.

—Cree que su madre la dejó aquí para que la cuidemos.

—Mierda —maldigo —. Debemos empezar a movernos y buscarla antes de que sea muy tarde.

—Iré por ella en su antigua casa.

Hay una breve explosión y solo queda humo rojo en el lugar dónde había estado hace segundos. Ni siquiera esperó que le cuente mi teoría. Él fue a buscarla sin dudar y le ruego a los dioses que Karrie esté bien. No quiero pensar en la reacción de Krestel si no regresa sana e intacta.

—Vamos al bosque —musito —. Tengo la sospecha de que alguien la llevó.

Ava se tensa y muerde sus uñas. Ella también lo sabe.

—¿El acosador?

El corazón me late tan deprisa que estoy aterrorizada. Si la llevaron los licántropos el panorama se pondrá mucho peor. Krestel será mucho más restrictivo y yo estaré decepcionada. Si lo hicieron para atraerme fue un movimiento muy bajo. Planeaba buscarlos de todos modos. ¿Por qué usar a una niña inocente?

—Sí.

Gime con angustia.

—Tenía fe en ellos.

—Yo también —acepto—. Confío en que no le hicieron daño. Supongo que están muy desesperados y pensaron que yo no quería hablar con ellos.

Una Melodía MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora