3

2.7K 339 18
                                    

    Jungkook bajó del taxi con desgano, estaba cansado y un poco borracho, todo lo que quería hacer era acostarse en su cama y dormir como nunca antes. Había sido una noche larga. Se despidió de sus amigos y el taxi arrancó.

    Caminó hasta el portón de su casa con cuidado de no tropezarse, soltó un bostezo al adentrarse al jardín. El Sol de la mañana le calentaba el cuerpo
Se acercó hasta la reja de la puerta, revolvió su bolsillo en busca de la llave. No la encontró. Cerró los ojos, estaba frito.
Se dirigió hasta una maceta detrás de la que siempre guardaban una llave extra con esperanzas de que alguien la hubiera dejado allí, no estaba.

    —Mierda —musitó.

    No iba a quedarse afuera pero tampoco quería cruzarse con su madre, iba a ser para problemas.
Pensó en una solución. Así fue que se le ocurrió golpearle la ventana del cuarto a su hermana menor para que le abriera la puerta desde adentro.
Caminó entonces hasta la ventana, miró a través del espacio que había entre las cortinas, su hermana estaba durmiendo.
Golpeó suavemente el vidrio de la ventana con sus nudillos.

    —Jiyu... —la llamó con voz calma mientras seguía dando golpecitos en el vidrio— Jiyu...

    Vió a la chica removerse en su cama y abrir los ojos. Se sentó y refregó sus ojos con sus puños. Pestañeó lentamente y miró hacia la ventana, adormilada. Al ver a su hermano detrás de la cortina se levantó y abrió la ventana corrediza.

    —Jiyu, ¿me abres la reja? —le preguntó en voz baja.

    Ella le lanzó una mirada acusatoria, no era la primera vez que esto sucedía.

    —Voy —dijo al fin.

    Jungkook sonrió y se dirigió a la puerta de entrada. Escuchó el ruido metálico de las llaves arrastrándose por la mesa de vidrio del comedor. Entonces su hermana abrió la puerta de madera y le dió las llaves.

    —Gracias —dijo Jungkook.

    Jiyu puso sus ojos en blanco y volvió a su cuarto a acostarse.
Jungkook metió la llave en la cerradura con cuidado y la giró hasta abrir la reja. Una vez destrancada, la abrió con lentitud para no hacer mucho ruido. Entró a su casa pisando con las puntas de sus pies y cerró la reja detrás de él. Luego cerró la puerta con la misma cautela. Continuó con sigilo hacia su habitación.

    Abrió la puerta de su cuarto y se encontró con su madre sentada en su cama, de brazos cruzados, mirando hacia su dirección con el semblante serio. Nada podría salir bien.

    —¿Estas te parecen horas de llegar? —lo cuestionó con un tono severo en su voz.

    —Déjame quieto, ma —se paró al lado de la puerta y señaló hacia el pasillo—, sal de mi habitación. Quiero dormir.

    —En un rato tienes que ir a trabajar, ¿sabías? —se puso de pie.

    —Por eso, sal de mi habitación y dejame dormir.

    —Tú no me dices qué hacer —lo señaló con el dedo índice—. Además llegas en este estado... puedo sentir el olor a alcohol desde acá.

    Jungkook refregó su rostro con su mano y soltó un suspiro. Se sentó en su cama.

    —No te da vergüenza que tu hermana te vea así —volvió a hablar.

    —Sí, estuve mal, no lo vuelvo a hacer —aceptó Jungkook, ya muy cansado.

    Su madre lo miró por unos segundos con los brazos cruzados y terminó por salir de la habitación cerrando la puerta de un golpazo.
Jungkook se quitó los zapatos y se tiró hacia atrás en su cama, chasqueó la lengua, la había cagado.
No veía la hora de ahorrar todo el dinero necesario para mudarse, quería independizarse. Tenía veinticinco años y muchas ganas de vivir solo. Quería vivir solo para poder llegar a su casa a cualquier hora y que nadie juzgue sus acciones, para poder ser libre de una vez por todas.

    Del bolsillo interno de su chaqueta, sacó el CD que había comprado. Lo sostuvo entre sus manos y se detuvo a mirar la portada, pasó el dedo por encima del tribal que había dibujado en ella. Lo dejó en la mesa de luz, se sacó la chaqueta y se acomodó en la cama. Puso una alarma en su celular, se tapó con una manta y cerró los ojos.

    Todavía sentía que el mundo le daba vueltas. A su cabeza volvían los recuerdos de la noche; la previa en la casa de Taehyung, el concierto y el after con Galaxia. Entonces el guitarrista se apoderó de sus pensamientos; sus manos, su cuerpo, sus labios. Soltó un suspiro intentando dejar su mente en blanco.

    Lo siguiente que pudo percibir es la alarma de su celular despertándolo. Eran las nueve de la mañana, había dormido tres horas. Abrió los ojos y se sentó en la cama para darse cuenta de que se había dormido vestido. Miró sus manos, aún tenía puestos los anillos. No podía usarlos en el trabajo, así que se los quitó y los puso sobre la mesa de luz. Para su suerte, no tenía nada de resaca. Se levantó, tomó ropa de su armario y se metió al baño a darse una ducha. No tenía mucho tiempo, así que fue un proceso rápido. Se vistió con la misma velocidad y salió del baño con los cabellos mojados a hacerse un café de máquina. Tomó su desayuno y guardó su uniforme del trabajo en su mochila. Ya listo, salió de su casa a la parada de ómnibus.

    Llegó justo a tiempo. Se subió al transporte y se sentó al fondo. Sacó su celular del bolsillo de su pantalón y abrió Instagram, Hizo scroll en el inicio hasta que se aburrió. Luego se dedicó a mirar las stories de la gente que seguía. Se topó con las publicaciones de Pazados acerca del concierto de la noche anterior. Pasando las stories, se vió a sí mismo entre el público. Sonrió. Avanzó unas stories más y se vio junto al guitarrista de Galaxia. Posó el dedo en la pantalla para seguir viendo la foto. Una idea cruzó su cabeza.
Se metió al perfil de Pazados y tocó la pantalla en donde decía "seguidos". Buscó a ver si encontraba el perfil de Galaxia, no pudo, las bandas no se seguían entre sí. Entonces fue al buscador y buscó a la banda por el nombre. Bajando unos cuantos perfiles, los encontró. Una sonrisa se dibujó en los labios de Jungkook. Las primeras fotos del perfil eran sobre el concierto de la noche anterior, anunciando su primer toque. Después, más abajo, había fotos de los integrantes de la banda y videos de los ensayos.
Fue así que dió con una foto de Jimin en la que estaba etiquetado su perfil personal. No dudó un segundo y entró al perfil. La cuenta era privada, así que le mandó una solicitud de seguimiento. Pensó en mandarle un mensaje pero consideró que era demasiado pronto, tal vez había sido cosa de una sola noche y el chico no estaba interesado en hablarle. Entonces optó por esperar. Apagó su celular y lo volvió a guardar en el bolsillo.

    Miraba por la ventana, sumido en sus pensamientos. No tenía ganas de ir a trabajar, su trabajo no le gustaba, pero no tenía de otra. Soltó un suspiro cuando notó que ya estaba cerca de su destino. Se puso de pie, colgó su mochila al hombro y caminó hasta la puerta de bajada. Tocó el timbre y esperó a que el ómnibus se detuviera. Ya con los pies en la vereda, se adentró en el centro comercial. Caminó unas cuadras hasta llegar al local de comida rápida en el que trabajaba. Saludó a sus compañeros de trabajo al entrar y se dirigió al cambiador para ponerse su uniforme.

    Ya cambiado, con una remera que tenía el nombre del local y una gorra con visera, esperó a las indicaciones de su jefe: hoy le tocaba atender en la caja. Era de los peores trabajos porque no le podía sobrar ni faltar dinero, tenía que estar todo el día concentrado.

    —Todo sea con tal de irme de casa —dijo para sí mismo poniéndose detrás del mostrador.

___

hey! les aviso que el proceso para llegar a la parte que me interesa de la historia va a ser lento, y no se esperan ese giro en absoluto. ni yo sé muy bien en qué momento va a suceder (mentira, sí sé pero falta un rato)

Para Siempre [Kookmin]Where stories live. Discover now