Para Siempre [Kookmin]

5

    Esperó a que todos en la casa se durmieran. Se puso un buzo de canguro, unos pantalones deportivos y sus championes nuevos. Se abrigó con una campera para lluvia, subió el cierre hasta arriba , guardó su celular en el bolsillo y se puso perfume. Abrió uno de los cajones de la mesa de luz y sacó un paquete de condones. Con cautela, caminó hasta la cocina, donde estaba la puerta del fondo de la casa. A esa nunca la cerraban con llave porque tenía un pasador desde adentro. Asegurándose de hacer el menor ruido posible, abrió la puerta. Enseguida sintió el frescor de la noche, se puso ambas capuchas. Cuando dió con el muro de la casa, lo trepó para no tener que abrir el portón. Saltó y amortiguó con las rodillas cuando estuvo del otro lado. Se acomodó la ropa, puso sus manos en los bolsillos y empezó a caminar hacia la casa de Jimin con la vista clavada al piso.

    En el camino se cruzó con algunas personas que salían de trabajar, otras que trabajaban en la calle. Pasó por al lado recibiendo saludos de ellas, él asintió con la cabeza en respuesta en cada ocasión.

    La casa de Jimin no quedaba muy lejos de la suya, había llegado a destino al pasar de diez minutos. Se quedó de pie frente al portón. Se veía una luz azulada prendida a través de la cortina de la ventana del segundo piso. Se escuchaba el sonido de una canción ahogada desde dentro de la casa. Jungkook miró a los costados y sacó su celular del bolsillo. "Estoy afuera", le escribió a Jimin. La música se detuvo unos segundos y volvió a sonar. Entonces alguien abrió la cortina, era él. Jungkook levantó la mano en forma de saludo, Jimin sonrió y se alejó de la ventana.
Jungkook empezaba a sentirse nervioso. No era la primera vez que hacía algo por el estilo pero nunca se acostumbraba.

    Al pasar de unos segundos, se abrió la puerta de entrada de la casa. Jimin llevaba puesta ropa para dormir y un par de pantuflas, el contraste entre esa apariencia y el look con el que lo había conocido no pudo pasar desapercibido. El chico caminó hasta el portón y lo abrió para que Jungkook pasara.

    —Entra rápido que está frío —lo invitó, Jungkook le hizo caso dado que tenía razón.

    —Permiso —dijo Jungkook cuando pasó por la puerta.

    Dentro de la casa, la música se escuchaba más fuerte. Las luces estaban todas apagadas excepto por la de la escalera. Sintió como Jimin tomó su mano en la oscuridad para empezar a guiarlo a su habitación. Ya en el segundo piso, Jimin apagó la luz de la escalera y se adentró a su habitación siendo seguido por Jungkook. La música venía de esa habitación, sobre un escritorio había un celular con Youtube abierto pasando una lista de reproducción.

    El cuarto era pequeño pero de techo alto. Había un tubo de luz negra enchufado a la pared, la cual estaba rayada y dibujada con pintura fluorescente que brillaba a la luz. En una esquina, a los pies de la cama, había una guitarra eléctrica junto a un pequeño amplificador. Justo al lado estaba el espejo donde Jimin se había tomado la foto.

    Jungkook se sacó la campera de lluvia para estar más cómodo, la dejó colgada en el respaldo de una silla. Sintió entonces una mano posarse en su hombro. Giró lentamente sobre sus talones, Jimin estaba frente a él a una corta distancia. Sus respiraciones chocaban.

    —¿Recuerdas dónde nos habíamos quedado? —preguntó Jimin a unos pocos centímetros de los labios de Jungkook, seductor.

    Jungkook soltó una sonrisa ladina, sus manos fueron a parar a la cintura de Jimin.

    —¿Cómo olvidarlo? —ronroneó, coqueto.

    Entonces empezaron a besarse. Primero lento y suave, como para romper el hielo, luego empezaron las caricias y aceleraron el ritmo. Jungkook sentía a la temperatura elevarse de a poco.
Jimin empezó a caminar en reversa, Jungkook lo seguía sin separar sus labios. Dieron un giro de ciento ochenta grados. Jimin puso sus manos en el pecho de Jungkook guiándolo hacia la cama. Jungkook se sentó en la cama, Jimin se sentó a horcajadas en su regazo.