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    Había caído la noche. Jungkook escuchaba el disco de Pazados en una radio vieja que conservaba desde pequeño. Movía la cabeza al ritmo de la música al tiempo en que decidía qué ponerse con ambas puertas de su ropero abiertas. Sacó un pantalón negro ajustado, una remera de Metalica y una chaqueta negra. Ya vestido, se sentó en su cama para ponerse sus Converse negras. Se estaba atando los cordones cuando le llegó un mensaje al celular, era Jimin preguntándole si al final iban a verse en el toque. Jungkook le respondió con una selfie y le dijo que sí. Dejó el celular en la cama y terminó de atarse los cordones. De su mesa de luz, tomó sus anillos favoritos y se los puso. Miró satisfecho hacia sus manos, adoraba usarlos, los asociaba a los fines de semana así que le hacían feliz.

    Se escuchó la bocina de una moto. Jungkook guardó su celular en el bolsillo derecho de su pantalón, apagó la radio y salió de su habitación.

    —Chau —le dijo a su hermana y a su madre, quienes comían la cena. Abrió la puerta y salió de su casa antes de obtener cualquier tipo de respuesta.

    Afuera estaba Taehyung sobre su moto, en cuanto vió a Jungkook giró el acelerador para hacer ruido.

    —Ya, ya... —dijo como pidiéndole que se detuviera, cerrando el portón detrás de él. Taehyung rió y le lanzó un casco. Jungkook lo atrapó entre sus manos y se lo puso.

    —Vas a tener que agarrarte de mí, me da más estabilidad —le advirtió antes de que se subiera.

    —Si quieres que te abrace puedes pedírmelo directamente —bromeó Jungkook, Taehyung negó con la cabeza.

    Jungkook se subió y se agarró a la cintura de Taehyung. Él, enseguida, arrancó la moto.

    Se dirigían a gran velocidad hacia el centro de la ciudad, Jungkook sentía a su cuerpo romper el viento. Le encantaba esa sensación. En la ruta, poco transitada, Taehyung aceleró el motor. Inclinaron sus cuerpos hacia adelante para mejorar la aerodinámica, la adrenalina se apoderaba de sus cerebros.
Cuando llegaron al centro, Taehyung bajó la velocidad. Era fácil deducir dónde sería el toque porque las veredas estaban llenas de personas vestidas para la ocasión, las cuales se dirigían hacia un mismo punto, bastaba con seguirlas.
Habían acordado de encontrarse con Namjooon y con los chicos de Galaxia en la puerta del club nocturno. La cuadra estaba ocupada por las camionetas de las diferentes bandas. Taehyung frenó en la esquina, Jungkook se bajó de la moto para que Taehyung fuera a estacionarla a otra parte.

    Caminó por la vereda buscando a Namjoon con la mirada, lo encontró al lado de la puerta de entrada hablando y riendo con los integrantes de Galaxia y un amigo de la banda. Con el casco bajo el brazo, se acercó para saludarlos.

    —¿Cómo andan? —dijo Jungkook sonriente, entrando a la ronda. Saludó a Namjoon con un amistoso apretón de manos y un choque de hombros. Su vista se movió hasta el hombre que hablaba con la banda— Tú eres el que se subió al escenario la semana pasada, ¿no?

    —El mismo —sonrió orgulloso.

    —¿Por qué no fuiste al after? —cuestionó.

    —Tenía que llevar a mi hija a la escuela al día siguiente —se explicó, le tendió una mano para saludarlo—. Soy Yoo, un gusto.

    Jungkook aceptó el apretón de manos.

    —Jungkook.

    Su mirada se desplazó hacia Jimin. El joven tenía puestas unas botas altas de plataforma, unos pantalones ajustados rotos en las rodillas y una camisa negra con las mangas rasgadas. En su mano, la cual lucía una pulsera de arcoíris, cargaba una lata de cerveza. Sus miradas se encontraron, Jimin lo descubrió escaneandolo. Con una sonrisa ladina, sin apartar la mirada, se llevó la lata a los labios y tomó un sorbo. Viéndolo así, a Jungkook le daban ganas de que no hubiese nadie alrededor para estamparlo con la pared y comerlo a besos.

Para Siempre [Kookmin]Where stories live. Discover now