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    La cama rechinaba contra la pared, sincronizada con los gemidos de placer. Las mantas magenta estaban arrolladas al final del colchón, a sus pies. Había prendas de ropa arrugadas en el suelo. La habitación se iluminaba por unas luces blancas pegadas en la pared que se encendían y se apagaban.
La espalda de Jungkook estaba siendo arañada por las delicadas uñas de una chica que había conocido en Tinder, gozaba entre sus piernas en busca del clímax.

    De forma inesperada se escuchó a una moto frenar, justo antes de que se escuchara el portón de la casa abrirse. Los ojos de la chica se abrieron de par en par.

    —¡Mi padre! —exclamó empujándolo fuera de ella.

    Jungkook se bajó de la cama y se puso la ropa lo más rápido que pudo, al igual que la chica.

    Se escuchó la puerta de la casa abrirse.

    —¡Ya llegué! —dijo un hombre desde la sala de estar, dejando un juego de llaves sobre la mesa.

    —¿Qué hago? —susurró Jungkook, nervioso.

    —Abajo de la cama, ¡rápido! —le indicó ella.

    Jungkook no lo pensó dos veces, tomó su mochila y se escondió debajo de la cama. Se acostó boca arriba intentando estar lo más cómodo posible en aquel reducido espacio entre el suelo y la parrilla de la cama. Entonces vió la mano de la chica alcanzándole su celular, se había olvidado de agarrarlo. Lo tomó y lo puso en silencio, por las dudas.

    —¿Hija? —el hombre golpeó la puerta de la habitación.

    —Pasa —dijo ocultando su nerviosismo como toda una profesional, sentándose en la cama, actuando natural.

    El corazón de Jungkook latía rápido, intentaba respirar de forma silenciosa. Desde su punto de vista, vió la puerta abrirse mostrando un par de zapatos elegantes y el dobladillo de un pantalón de vestir.

    —¿Saliste antes del trabajo? —preguntó la chica.

    —Sí, aproveché y pasé por un carrito, traje hamburguesas para la cena.

    —¿Para ahora? —bajó ambos pies de la cama.

    —Sí, así no se enfrían.

    La chica se bajó de la cama y salió de la habitación, cerró la puerta detrás de ella. Jungkook estuvo a punto de salir de su escondite pero escuchó el cerrojo de la puerta otra vez.

    —Deja abierto para que se ventile —dijo el hombre, Jungkook maldecía para sus adentros—, hay olor raro.

    Entonces Jungkook quedó solo en la habitación, acostado en el suelo. Sintió a su celular vibrar en su mano. Lo desbloqueó, era un mensaje de la chica: "perdón, vas a tener que esperar a que mi padre se vaya a acostar para salir", decía. Jungkook chasqueó la lengua con molestia y aceptó su destino, no le quedaba de otra.

    Aprovechó para revisar su bandeja de entrada. Tenía mensajes de parte de Jimin y de su chat grupal con TaeHyung y Namjoon. Primero abrió los mensajes de Jimin, el chico preguntaba por cómo le había ido en el trabajo. Jungkook respondió que le había ido bien, que el día no había sido muy cansador. Recibió una respuesta casi inmediata en la que le preguntaba si podían verse otra vez. Jungkook tenía ganas de verlo pero, dada la situación, no iba a poder. "No pasa nada, entiendo que no tengas tiempo para vernos" fue la respuesta de Jimin con un corazón al final. Prosiguió entonces a abrir los mensajes que tenía en el grupo. Eran mensajes banales sobre un meme. Jungkook abrió la cámara y se sacó una foto, "soy el monstruo debajo de tu cama" agregó. Los chicos rieron y le preguntaron qué estaba haciendo, explicó su situación generando que se rieran aún más.

    Así pasó los minutos que se convirtieron en horas. El hombre se había puesto a mirar Netflix en el televisor de la sala de estar. La chica ya había vuelto a su cuarto pero no podían ni siquiera hablar porque que la escucharan significaría un problema. Finalmente, al padre de la chica se le ocurrió irse a acostar. Jungkook salió de debajo de la cama arrastrándose, sacó su mochila y se puso de pie. Se quitó el polvo de la ropa. La chica lo guió hasta la puerta, la que abrió con sumo cuidado.

    —Perdón por hacerte pasar por esto... —se disculpó en cuanto Jungkook estuvo afuera.

    —Me queda la anécdota —se encogió de hombros y se colgó la mochila.

    —Hija, ¿pasó algo? —se escuchó la voz del hombre, la chica cerró la puerta prácticamente en la cara de Jungkook.

    —Pensé que alguien había golpeado las manos —Su voz se ahogó dentro de la casa.

     Jungkook soltó un suspiro cansado. Se acomodó la mochila en los hombros y empezó a caminar hacia su casa. Hacía un poco de frío pero era soportable. Caminaba a paso rápido, tenía muchas ganas de darse una ducha e irse a acostar. Así que eso fue lo que hizo. Cayó rendido en su cama, como una bola de plomo, había sido un día largo.

    Volvió a prender su celular, abrió su conversación de WhatsApp con Jimin, tenía nuevos mensajes que no había leído. Jimin lo estaba invitando al toque que iba a haber el fin de semana que venía. "Si vienes con la banda no tienes que pagar la entrada", decía el último mensaje con un emoji de una carita guiñando el ojo. "¿Pueden ir mis amigos?", preguntó, le había gustado la idea. Apareció el texto "escribiendo" al lado de la foto de perfíl de Jimin, luego desapareció. Se quedó unos segundos así y volvió a aparecer. "Claro", terminó por responder Jimin. Jungkook esbozó una sonrisa. Quedó avisándole a sus amigos que tenían planes para el fin de semana. Se despidió de Jimin porque tenía sueño, quería dormir y al día siguiente tendría que trabajar.
Apagó su celular, lo puso a cargar y se sacó la ropa hasta quedar en boxers y se acostó a dormir.

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capítulo cortito pero necesario.
es la primera vez EN MI VIDA que escribo cualquier tipo de interacción heterosexual, no sé cómo sentirme al respecto. está basada en algo que le pasó a un amigo mío, eso de tener que esconderse abajo de la cama de una mina jajaja me mandó la foto escondido abajo de la cama y todo, teníamos quince años en ese entonces, fue muy gracioso. 

Para Siempre [Kookmin]Where stories live. Discover now