Renacidos en Orlox

Capítulo 5

Kaie

Gwen parece algo sorprendida cada que saco mi lengua, tenía una idea de cómo es la suya, pero sigo con la duda y su asombro me reitera que también somos diferentes en ese aspecto. Me pregunto si le es de utilidad como la de los Naga's, nuestra lengua es sensible a las sustancias del aire, por lo que, podemos saber si se acerca una tormenta o cualquier otra cosa relacionada con el clima. Nuestra piel es sensible a las bajas temperaturas al ser de sangre fría.

Por otra parte, me da satisfacción que a mi presa le haya gustado el fruto Toyaih, aunque creo que ella le colocó su propio nombre. Es una criatura muy expresiva y pensar que hace poco la he encontrado, me topé con una pequeña y frágil criatura suave que no es conocedora de absolutamente nada de este reino, ni ella ni su propio cuerpo, por lo que veo.

Todo de ella es una gran incógnita por descubrir, hasta pareciera irreal, y es totalmente mía. Apostaría a que soy el primer Naga en encontrar a este tipo de criatura, a un humano. Tienen nombres con sonidos que mi garganta no puede evitar resonar de forma diferente de como ella lo dice, a menos que lo haga un poco más lento y con más práctica.

En todo el trayecto al río no hizo más que aferrarse a mí con sus delgados brazos y pensaría que no me di cuenta, pero soy sensible a cualquier tacto, así que, sabía que su mirada estaba en mí todo el tiempo y que también estaba acariciando el largo de mi cabello. Por suerte no se lastimó esos delicados dedos al rozarlo porque, dependiendo cómo lo hagas, puede ser igual de filoso que mis garras, de esa forma evitamos enredos o desventajas cuando cazamos o peleamos con otras bestias salvajes.

Otra cosa que no pude evitar sentir fue su respiración en mi cuello, lo cual hizo que se me erizaran las escamas de la parte baja de mi cuerpo y, al estar ella tan cerca a mí, también podía percibir esa dulce fragancia que me atrajo a su lado desde un principio. Es la primera vez que siento algo así y no lo entiendo. Me siento cautivado por esta pequeña y extraña criatura, fue y es mi presa desde el momento en que la encontré.

Nunca me interesaron particularmente las hembras Naga's, hubo un tiempo que estuve con algunas, pero no estaba interesado en tomar a una de ellas como pareja y aún no llegaba a mí esa obligación como con mis tres hermanos mayores. Decidí restarle importancia sin más, pero todo cambió al encontrar y reclamar a Gwen, mi presa, aunque exactamente en qué grado aún no estoy seguro de establecerla.

Quiero aprender más de estos humanos y de ella en especial, así como ella también quiere hacerlo conmigo, lo veo en la profundidad de sus extraños ojos, que son de un verde más brillante y hermoso que la sangre de un Yakhtay ahora que he tenido la oportunidad de verlos más de cerca. Y ahora se encuentra apreciando con esos extrañamente llamativos ojos todo el lugar que para mí no es más que un simple río. Sin dudarlo por más tiempo, hace el ademán de querer meterse al agua, pero inesperadamente se detiene y en su lugar voltea a verme con las mejillas del mismo color que el de su cabello.

Esas reacciones también son las primeras que he podido contemplar y creo que es una muestra de nerviosismo, lo creo así porque tuvo la misma reacción al preguntarme cómo tenía que comer la carne o para que la trajera entre mis brazos aquí en vez de solo sujetarla con una parte de mi cola.

Si los Naga's se sienten de esa misma forma, lo demuestran con un constante movimiento de la punta de la cola, es un movimiento involuntario, por lo que sí es algo nuevo por apreciar en la especie de Gwen. Todos esos pequeños detalles en ella llenan más mi curiosidad por saber qué otras cosas me faltan por descubrir y más allá de mi curiosidad, deseo hacerlo.

—¿Debería quitarme la ropa?

Sus mejillas se intensifican aún más, resaltando esos infinitos puntos que le adornan el rostro, los mismos que aparecen en el cielo al asentarse la noche. Ahora que lo pienso, solo lleva consigo esa extraña vestimenta, pero no entiendo la razón de su pregunta.