Capítulo 66

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Rheia

No tardé en alcanzar a Shaon que se abatía a duelo contra Dacaeh, la situación no parecía verse indispuesta por la duda de si esto era un trampa o simplemente estaba fluyendo sin más tras ataques y respuestas con la misma intensidad. Mi hermano lo mantenía más que centrado en su pelea, sus colmillos llevaban el rastro de la sangre y es que su habilidad le requiere utilizar su mordida que es más fuerte que la de otros. Pude apreciar esos desgarros en el cuello y brazos en Dacaeh, siguiendo las marcas de líneas negras esparcidas por su piel que ahora se combinaban con el color oscuro de su sangre como muestra de que Shaon había conseguido en repetidas veces llegar a él con éxito, después de todo esa es la debilidad y mejor punto para atacar a los del Oeste.

Pero el estado de mi hermano no era mejor que el otro, Dacaeh también había conseguido alcanzarlo, aunque habían rastros de garras esparcidas por su piel y que aún siguiera enérgicamente peleando, supuse que o bien los que le atacaron con anterioridad no portaban en sus garras los pétalos de Mordekben o bien Shaon había logrado esquivar a la perfección las garras de Dacaeh que contienen ese paralizante y en recompensa era dañado por sus colmillos también. El veneno de los Naga's del Oeste es un poco más fuerte que el nuestro, solo si me fijaba con precisión, podía ver el ligero movimiento algo irregular de su pecho y brazos a la hora de atacar.

—Dseta y Rho, hagan frente a la izquierda del tercer pilar. Lambda, conmigo por la derecha. Impidan que se acerquen más de dos metros y desagrupen sus formaciones que se están reincorporando.

Ordené al distinguir lo que intentaban hacer los seguidores de Dacaeh, sus movimientos no eran limpios y, en definitiva, estaban estableciéndose en una posición calculada. Mis colmillos cosquillean por cómo di la orden a nuestros clanes, no podía evitar la pequeña duda que aún persistía en un "¿y si prefieren no seguirme?". Pero nuevamente me demostraron y extinguieron ese temor al responderme de inmediato en una sola voz, una sintonía que vibraba de fortaleza y seguridad. Sentí que había ganado algo a lo que ni siquiera le había puesto nombre. 

—¡Sí, quinta pilar!

Nueve Naga's de mi clan seguían a mi detrás y frente despejando mi camino, había perdido unos cuántos por el tallo de Mordekben y las garras enemigas contaminadas con sus pétalos. Las armaduras ayudaban en gran parte a evitar ser heridos mortalmente en nuestra zona débil, pero portar una armadura no significaba que ya estabas libre de no morir a causa de ese tallo, muchos del Oeste sabían cómo romper estas armaduras tras varios ataques persistentes en ellas, así como nosotros también sabíamos cómo hacerlo con las suyas.

La gran diferencia en ser conocedores de aquel detalle, es que el Este no traiciona a su palabra y no requeriríamos ni usaríamos parte de esa planta en nadie. Los recolectores se estaban asegurando de aminorar esa ventaja en los traidores hasta llegar a las tierras de fuego del clan Sigma, allí podría extinguirse con la gran cantidad de luz que, cualquier criatura que caiga en esas aguas de fuego tan espesas y caloríficas, no quedaría rastro alguno de lo que antes era. 

—¡Cuidado, quinta pilar! —vociferan de repente y me detengo observando para todos lados en busca de la amenaza.

—Será un gusto destrozar con mis propias garras a todos los tuyos pilar inútil que será un gran trofeo para nuestro rey. —Interrumpe frente a mí un Naga del Oeste de gran tamaño, grandes cicatrices antiguas en su cuerpo que demuestran que es uno de los que pelearon en la primera guerra y que debe estar a la altura de los regentes.

Escucho, aún desconcertada por mi instinto que me exige atacar o huir ante la amenaza inminente que tengo delante, los siseos y jadeos de dolor de mi clan e intento ayudarles cuando nos rodean, pero el contrincante que me gana por mucho devuelve mi cabeza hacia él en un agarre que no pude esquivar. Su fuerza es devastadora, intento encontrar a los otros dos clanes con desesperación, pero no hay rastros de ellos ni de Shaon y Dacaeh. Ya deben haber llegado a las tierras de fuego más rápido de lo que pensé.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora